Costumbres, tradición, gastronomía, trabajos rurales, vida vaqueira, saber popular

..

El oficiu
de les castañeres

(3)

Resumen del texto "Nel tiempu les castañes",
pregón del
premiu "Castaño de Lena" 2003
a la Banda de Gaites Güestia.
Pola de Lena
Xulio Concepción Suárez
(...continuación)

La importancia de les castañes. El oficiu de les castañeres. De la importancia de las castañas en la economía familiar lenense, hay muchos testimonios: cualquiera persona, mayor o no tan mayor, nos podría contar muchas anécdotas en cualquier pueblo.

Hace unos años me recordaba Pacita la de Muñón Fonderu muchos detalles y peripecias con les castañes. Por desgracia, a Pacita nunca la podremos ya escuchar ni entrevistar otra vez. Contaba Pacita con mucho aprecio la importancia de estos frutos en el valle: “Muñón ye la mapa les castañes” –decía con sus ojos brillantes mirando pa los castañeros de Brañachamosa y La Mara Muniz, mientras reconstruía la memoria de cuando ella era moza.

“A rebuscar castañes veníen les quirosanes, que yos llamábemos les castañeres. Veníen pe la seronda, andando pel Alto Riosa, y quedábense a recoyer castañes en les cases más pudientes, hasta que cayera el últimu ariciu del picalín de la castañar. Les castañeres cobraben 5 duros al mes, casi tanto como una moza de Muñón por asistir na casa’l médico na Pola –me explicaba Pacita.

Pero el tiempu les castañes esperábamoslu toes les moces solteres en cual-quier pueblu, pues sacábense unos duros: les castañes arrebuscaes pe la semana, vendíenese na Plaza’l Mercao el sábado a los cazurros, que les pagaben hasta un rial, les más ruines. Así, con un par de copinos de castañes más escoyíes (14 kilos), podía alcanzamos pa unes alpargates (alreor de 3 duros entonces).

Y con otros 3-4 copinos, teníes tela pa un vestíu: ventitantes pesetes. Como el vestíu facíeslu en casa, quedabes compuesta pa les fiestes de toa la temporá”. Y terminaba con gracia Pacita: “Les castañes yeren la esperanza de les moces casaderes”.

Castañas al trueque. Muchas otras formas de subsistencia tenían que ingeniar aquellas familias más que numerosas para alimentar tantos mozacos y mozacas, tan seguíos y abundantes como los deos de la mano; a veces, de las dos manos xuntas, por supuesto. Hasta faltaban deos pa cuntalos en aquellas familias más que numerosas.

Así, una forma importante del comercio con estos frutos era el trueque: aquel intercambio de castañas por los productos de la tienda, algo que llegó hasta los años treinta -me comentaban en Reconcos del Güerna, las hermanas Maruja y Teresa hace unos años. Muchas historias de castañas, castañeras y castañeros les debo a estas dos hermanas también.

El proceso era sencillo: ya desde bien temprano, las niñas, sobre todo las más pequeñas, salían antes de amanecer a rebuscar castañas por los caminos, por los montes comunales, por las matas propias y barciales. Al cabo de la mañana podían arrecostinar con algunas fardelás de cañuelas (las castañas desprendidas limpias de los arizos), que, una vez bien escogidas, llevaban en sacos por la semana al comercio más próximo.

Allí las cambiaban por productos diversos según el acuerdo de ambas partes. No había otra forma de pagar.

Volver a cuadro general de las castañas

artículo siguiente

Volver a gastronomía

Volver al cuadru les castañes

Volver a información cultural