Costumbres, tradición, gastronomía, trabajos rurales, vida vaqueira, saber popular

Etiquetas, palabras clave, tags: ecología sostenible, respeto al entorno, a los lugareños

 

Pero una ecología al completo,
en el sentido etimológico de la palabra.
En palabras de Frederic Uhlman:

"Qué interés tiene preservar la naturaleza
en un parque nacional, si luego no se puede encontrar allí a los que, desde siempre,
han vivido la intimidad de su país,
si no se encuentra alli a los que saben dar
su nombre a la montaña
y que al hacerlo le dan vida?
".
Frederic Uhlman.

Ecología:
esa otra forma de cultura
(de cultivo)

Porque...

 "Cuando hayáis talado el último árbol,
cuando hayáis matado el último animal,
cuando hayáis contaminado el último río,
os daréis cuenta de que
el dinero no se come"
(de los indios cris, Canadá)

... de paso por estas
montañas asturianas...

con todas las materias de estudio sobre el terreno:
Geografía, Botánica, Historia, Lengua,
Arquitectura, Mitología...

ya tamos na primavera: lo dicen esgañitaos los paxarinos...
(foto de Xerardo García González)

Y turismo de montaña, turismo cultural,
turismo educativo, turismo rural,
ocio en la naturaleza, tiempo al aire libre,

respeto ecológico a los pueblos...

Agua

Aunque no lo parezca, el agua puede escasear, incluso, en la montaña: y, sobre todo, en zonas calizas (las fuentes, también hay que rastrearlas).

Tomemos lo necesario, rellenemos las cantimploras, y dejemos correr lo demás, limpio como corría.

No alteraremos la corriente del manantial con residuos de ningún tipo (detergentes, aceites, jabones…).

Y un cuidado: no todos los manantiales (abrevaderos, sobre todo) son potables. En ocasiones, se trata de simples barcales (bebeeros) a los que llega el agua por mangueras tomadas en cualquier regueru en el que sestean, incluso, los ganados.

Basuras

En la misma bolsa del bocata, o de los frutos secos…, recogemos los restos contaminantes, que vuelven a la mochila hasta el regreso al primer pueblo (latas, chicles, botellas, plásticos…).

Y cerraremos bien las bolsas de modo que no las saquen los perros, los cuervos...

Botellas

Todo tipo de vidrio es un peligro en el campo: se rompe, puede cortarse otra persona o un animal...

Y, sobre todo, el vidrio puede calentar con el sol y producir fuego.

Cabanas, cuadras,
cierres de las fincas ...

Como no son nuestras, hemos de respetarlas: tienen su dueño, al que pueden resultar imprescindibles una buena parte del año.

Con demasiada frecuencia oímos entre los ganaderos una queja: deterioros, robos, destrozos de existencias o alimentos, quema de las cameras....

Una cuadra dejada con la puerta abierta puede cerrrase de golpe con animales dentro, y ser causa de muchos daños (hasta de muertes).

Si nos resulta imprescindible usarlas (cobijarse en una emboscada, pasar la noche...) seremos agradecidos con sus dueños: dejaremos las cosas como estaban.

Lo mismo ocurre con las portillas, los cierres de las fincas: en principio, no se pueden abrir, son fincas privadas; y, si hubiera que pasar por necesidad, dejaremos las portillas como estaban, cerradas o abiertas, según las encuentremos. Y, si hay animales, el riesgo sería impredecible, un animal puede embestir a las personas ajenas a la finca, a los perritos que se puedan llevare con uno. Tan gracioso como inteligente resulta el cartel que el dueño colgó de la portilla en una finca somedana, cansado de que la cruzaran los turistas y dejaran las portillas abiertas. A nadie se le ocurriría tras la advertencia seria:

«Si usted cree que puede cruzar la finca en ocho minutos, mi toro Brinco lo hace en cuatro», -sentencia el letrero-. 

Camperas

Son los pastos del ganao, de modo que está fuera de lugar todo tipo de plásticos, botellas, latas, aceites, detergentes...

No son el escenario, ni la pista adecuada para competiciones, motores, ruidos, tiro al plato... (éstos ya tienen sus lugares reservados en su sitio).

Coches

En la mayoría de las ocasiones, para ir al monte, hay que acercarse en coches: para eso están (a falta de otra línea pública, no hay más remedio).

Pero tampoco al monte hay que ir en un coche por persona.

En muchos casos, incluso podemos dividir el trasiego a la mitad: podemos intercambiar las llaves a medio camino (la misma ruta, pero a la inversa). Andamos el doble espacio, sin repetir la vuelta.

Coleccionistas

Tampoco hay que llevarse la montaña ni el bosque a casa: mejor dejarlos donde están.
Si hay que recoger muestras (trabajos, estudios, aficiones...), seleccionar lo justo: una hoja, un mineral desgajado... ("depredar" no es lo mismo que "predar").

Para lo demás están las libretinas de notas, las diapositivas, las fotos...

Otra cosa es depredar: arrancar, afanar, sin más, plantas, estalactitas, piedras, fósiles, mariposas, insectos, hojas, flores, ramas….

Los restos arqueológicos, edificios, monumentos…, por supuesto, no son coleccionables ("depredación" a tope).

Colecciones minerales

El monte, como se dijo, no es para llevar a casa, ni para impresionar a las visitas en las vitrinas ni en el "hall".

Si hay que tomar muestras, tomaremos, en principio, los trozos desgajados, los trozos rotos en el camino o en la cantera.

¿Para qué romper a martillazos los cristales ensamblados de una brillante cuarcita, sólo por llevar más grueso el trozo?

¿Por qué romper a martillazos una impecable estalactita más que milenaria?

Colillas

Dicen los expertos que tarda 10 años en deshacerse una colilla: ¿tanto aprecio le tenemos, para querer que duren el filtro y la colilla contaminando el campo en nuestro recuerdo, y por tanto tiempo?

Pero la colilla encendida puede contaminar más en serio y en mucho menos tiempo: miles de árboles puede calcinar en pocas horas, transformada en fuego irresponsable.

Cultivos

Respetaremos los sembrados: podemos perjudicar seriamente el trabajo y el alimento de una familia que invirtió en esa tierra muchas gotas de sudor y de esperanzas.

Siempre hay senderos alrededor de los sembrados.

Fincas

Cada finca señalada (con xebes, portilla, setos, pareones…) tiene también su dueño: la repetaremos como nos gustaría que nos la respetaran, si fuera nuestra.

Si por fuerza mayor hubiera que entrar en una finca (a veces, se cerraron los caminos colaterales, necesitamos agua, cobijo ocasional en la cabana), la cruzaremos por un sendero, o por las veras.

Y, en todo caso, dejaremos las cosas exactamente como las encontramos: un mal uso de las fincas puede traer para los dueños (o para los ganados) consecuencias irreparables.

Fitos

Son esos pequeños ‘mojones’ compuestos de varias piedras menores, cuidadosamente levantadas en forma de pequeños conos por montañeros de verdad.

Los fitos resultan imprescindibles para guiarse con niebla en las caras más pendientes de las montañas: ni se nos ocurrirá destruir alguno. Puede salvar una vida directa al precipicio.

Flechitas

El amor también se puede mostrar (y demostrar) en el monte, al monte y a los árboles: pero no precisamente haciéndolos sufrir con "flechitas y corazoncitos" tallados a punta de saña en sus cortezas.

En el monte, para "flechas y flechitas", basten (a veces también sobran por inadecuadas y confusas) las que marcan los senderos.

Fósiles

Muchos tipos de fósiles podemos encontrar hoy en los cortes del terreno que van dejando al descubierto las garras de las palas: pequeños crustáceos, moluscos, minúsculos esqueletos petrificados, hojas diseñadas en la piedra...

¿Pero para qué intentar desgarrarlos, si van a salir en cachos, espiazaos, esmigayaos...? Llevando a la vitrina los despojos del botín, ¿qué ganamos en el cambio?

Fuego

Es el primer agresor (aparte del humano) sobre el entorno de estas montañas: y cuanto más pendientes más destructor.

En circunstancias normales, nunca existe razón alguna para prender una hoguera a campo abierto: no digamos ya en medio del monte o del matorral.

El fuego con viento, calor, yerba, xamasca seca…, puede arrasar toda una ladera por muchos años; puede destruir cuadras, xebes, árboles centenarios, ganados…, de consecuencias trájicas para ellos mismos, y para sus propietarios.

Fuentes,
bebederos,
manantiales
de pueblos y
puertos

Tampoco son propiedad privada del que va de paso: las aguas públicas suponen la vida de lugareños y ganados todo el año; en invierno, en los poblados; el resto del año, por los montes con sus ganados.

Por esto, debemos dejar las aguas como están: bebemos, rellenamos cantimploras, nos refrescamos..., pero no enturbiamos el manantial con jabones, detergentes, aceites...; ni lavamos las botas dentro de las fuentes, ni revolcamos las aguas, ni bañamos animales... Los lugareños también tienen derechos. Y, además, las fuentes se conservan, precisamente, gracias a ellos.

Ganados

Son animales: lo que ya sería bastante, para respetarlos.

De otro lado, pueden jugar malas pasadas: perros guardianes, vacas un poco bravas, toros...: los daños pueden resultar imprevisibles (para el gracioso, o el torero de turno, claro).

Mejor, respetar sus territorios y sus leyes en la manada.

Herbarios

También tienen su lugar, seleccionados con cuidado: son otra forma de entender y sentir el paisaje, al conocer mejor cada árbol.

¿Pero qué ganamos, también, desgarrando, o afanando a puñaos, raíces, bulbos, flores..., que tal vez tarden mucho en reproducirse, o incluso están al borde de la extinción, o extinguidas como lo está el saño en estos altos?

Y además: son muchas las yerbas, hojas, granas, flores..., que siguen usando los curiosos que bien las conocen, y las aprecian por sus muchas propiedades y funciones.

Nieblas, nublinas

Cada día son más los accidentes debidos a las nieblas. Observa el movimiento de la nublina: si no se mueve, es ciega, está pegada al suelo, no deja claros entre los picachos, viene del norte, orbaya..., si los animales no se mueven..., muy mala cosa.

No te arriesgues, no te salgas de la pista, sigue los senderos más amplios de los animales (los que tienen más huellas); y si se van estrechando, si aparecen yerbas a los lados, si están cubiertos de musgo o de maleza..., no sigas, vuelve al camino principal. Seguro que acaban en precipicio.

Piensa que el sendero no te lo vas a inventar tú..

Piedras
Procura no mover (y menos, tirar...) las piedras de la pendiente a tu paso por los senderos, o por el pedreru: una piedra suelta, rodando ladera abajo puede tener consecuencias impredecibles; si es grande, hasta la muerte de un animal, de alguien que pasa por el valle o por el río, a quien tú no ves, pero que está allí...
Perros sueltos

Los perros sueltos en el monte suelen tener unos riesgos, comenzando por ellos mismos: algunos ganados los persiguen por varias razones (tienen celo de sus crías, los confunden con animales salvajes...).

Los perros sueltos de los ganaderos, si están sin enseñar lo suficiente, pueden atacar a las personas que van simplemente de camino.

Los perros que van de paso con sus dueños también pueden ser atacados por (o atacar a) otros perros que sienten invadido su territorio; y enzarzarse ambos en pelea que va a dejar a uno/a malparado/a.

Finalmente, algunos perros de compañía se vuelven agresivos en el campo al considerar que alguien se acerca a sus dueños: pueden causar serios problemas.

Plantas

Explícitamente protegidas o no, hemos de respetar todas las plantas a nuestro paso: cada una tiene (o tuvo) su importancia. Y si son venenosas, por razón doble.

Está fuera de lugar todo tipo de corta caprichosa, ruptura de cañas, grabados de iniciales en los troncos impecables…

"Predar":
no "depredar"

Es evidente que todo ser vivo es un "predador": el que toma lo necesario, lo imprescindible para seguir viviendo con una cierta calidad de vida.

Pero lo que pasa la raya del equilibrio es "depredar": dañar, separarse de esa necesidad natural de subsistencia ecológica, sin más.

Del entorno tomemos sólo lo imprescindible: no nos convirtamos en un "depredador" más entre tantos otros.

¿Será verdad eso de que el hombre es el mayor "depredador" de la naturaleza"? ¿Exageramos, o no?

Productos de la zona

Otra manera positiva de colaborar con el entorno es valorar sus productos: alimenticios, artesanales, caseros...

Al adquirirlos directamente a sus productores (donde los hay, claro), colaboramos con esa larga historia de creatividad y de trabajo en los pueblos rurales.

Estimulamos a los vecinos y vecinas para que sigan produciendo otros: y nosotros los seguimos disfrutando.

Pueblos

Los pueblos rurales (y los despoblados, por supuesto) también tienen sus derechos: y el primero es el de seguir viviendo como viven (o como malviven, si es el caso).

Incluso tienen derecho los despoblados a seguir desmoronándose en silencio, como también tienen derecho a morirse las personas sin sufrimiento, sin que nadie las moleste (si es que nadie puede evitarlo). Es la ley más elemental de la vida, según parece.

Por esto, ¿qué razón hay para romper el silencio de los pueblos, irrumpiendo, ocupando, invadiendo sus espacios con ruidos de motores "a toda pastilla" en pleno día o a plena noche.

Y rompen los derechos de los pueblos los coches altravesaos nas caleyas, los alborotos, los desperfectos, las bolsas de plástico, las botellas disimuladas por las esquinas...

Y un simple matiz de palabras (por si acaso): "despoblados" no es igual que "abandonados" (cuestión de simple diccionario).

No existen pueblos rurales "abandonados": siempre hay alguien que los lleva dentro, aunque esté a muchas millas de camino.

Ruidos

Son otra forma de contaminar los montes y los pueblos: la contaminación acústica –que se dice hoy (la voz es lo de menos).

Cada día son más frecuentes motores "a toda pastilla" por las caleyas de los pueblos, o por los mayaos entre las cabanas, comprobando quién levanta más polvareda, o quién espanta más ganados: son de "admirar" sus "proezas" (gracias a la paciencia de los vecinos, los caminantes y los vaqueros, claro).

Senderos, caminos, sendas ...

Ya, por principio, sigue los senderos más trillados, los más frecuentados: anchos, con huellas, pateados...; no te salgas por sendas que acaban en el precipicio, que te pueden llevar a una pendiente de la que tendrás que dar la vuelta... (si puedes, claro)

Piensa que los senderos tienen una lógica estratégica que no puede fallar: son una red trazada por animales y personas desde hace miles de años (muchos miles); no fallan, si los endiendes: mira su anchura, que vayan a media ladera, o al filo de la cima; que crucen los altos por lo mejor de lo malo; que busquen los pasos entre las peñas, que no se metan al precipicio...

No tengas miedo: los animales nunca se arriesgan el tipo; y los lugareños sólo pasan por donde se puede pasar; otra cosa es que ellos pasen mejor que nosotros; pero tampoco ser meten al precipicio.

Señales del
camino

Como se dijo, pueden ser imprescindibles (cuando están bien puestas, por supuesto) para evitar muchos rodeos, rabietas, y a veces, lágrimas, desgracias: las respetaremos como están.

Y los fitos, los jitos, ni tocarlos: sólo agradecerlos a los pacientes montañeros y montañeras de verdá.

Sentido común
Como alguien muy bien dijo por ahí: "A la montaña, además de mapa y linterna, hay que llevar sentido común"
Vestigios históricos.

Son relativamente abundantes los que sobreviven como pueden por los montes y en zonas rurales: túmulos, fósiles, dólmenes, castros, empedrados, ermitas derruidas... (lo que nos van dejando las garras de las máquinas, y las normas subsidiarias).

Su mejor protección hoy (por desgracia, claro) es el olvido entre las zarzas: allí ya no los molesta nadie.

Por esto, lo mejor es dejarlos como están: más que piedras, utensilios, restos del subsuelo..., llevemos fotos, vídeos, diseños, notas en las libretas. Los demás también tienen derechos.

En fin, ¡qué bien resuenan por las esponjosas camperas!
términos como:

desarrollo sostenible,
desarrollo ecológico,
desarrollo local,
turismo ecológico,
turismo cultural,
turismo sostenible,
senderismo ecologista y ecológico,
aprecio por la investigación en los pueblos de montaña

... pero ¡qué ruidos, qué chirridos!
aturden en otras expresiones
(no por más disimuladas y solapadas,
menos frecuentes) como:

explotación local,
manipulación informativa,
amiguismo de siglas, pincheos y corbatas,
subvenciones a dedo y por carnet,
manipulación insostenible,
desprecio por la cultura local,
desprecio por la cultura asturiana,
desprecio por la cultura rural,
amiguismo de partidito hasta en la sopa...

Y represión, ocultación, tergiversación,
malversación, manipulación ...
desprecio por la investigación
y el desarrollo sostenible de los pueblos,
desprecio por la región asturiana ...
y tantas otras formas parecidas
del subdesarrollo caciquil
(otra forma de terrorismo medioambiental)
tan frecuentes también
en mala parte de nuestro entrañable contorno,
(¡cuándo disfrutaremos de los cambios!)

***

Francisco Giner de los Ríos

"Que los montañeros saben amar, respetar y amparar tan grandes bienes, y las masas no? Pues deber es prepararlas y educarlas convenientemente (...). Para que la Naturaleza se convierta en paisaje viviente y utilitario de los hombres precisa ser introducida en la geografía de la civilización (...). Así se consigue el que se abra el vivir de la belleza natural, el goce del paisaje, para capas cada vez más extensas y sencillas del pueblo. Y se eleva su sensibilidad..."

Seguiremos construyendo, estudiando, diseñando un uso sostenible
de nuestros entrañables recursos naturales asturianos

En fin, seguiremos en la estaferia de unas mejores sendas
por la montaña central, oriental y occidental asturiana.

Siempre con la esperanza
de que los llamados "punto limpio móvil"
(camión de reciclaje selectivo),
ya rodando por otras regiones,
llegue también algún día
a la región asturiana:
cada día, a cada hora acordada,
el camión recoge las basuras
que le llevan los vecinos de una zona.


Consorcio para la Gestión
de los Recursos Sólidos en Asturias

En principio,
y sin ir más lejos,
porque son los
únicos que tenemos:
los que permite
la naturaleza
de estas montañas,
de momento,
y según lo que parece...

Ver algunos cuidados para no fastidiar la andadura

Un paseo ecológico a modo de ejemplo

(Reflexiones sobre la ecología lenense,
ya publicadas en el libro
Por las montañas de Lena (1998),
y en otros trabajos, charlas y publicaciones del autor
Julio Concepción Suárez).

Terminologías medioambientales: etimologías

Más reflexiones sobre el valor de la tierra:
sin otras especulaciones
, por supuesto

 

En fin, como diría Victor Hugo:

“Primero, fue necesario civilizar al hombre en su relación con el hombre. Ahora, es necesario civilizar al hombre en su relación con la naturaleza y los animales”.
Victor Hugo.


Y la contaminación verbal,
de La Tesa, en este caso:
con el invento de *La Texa:
otra falta de respeto a los vaqueros


Dibujo de José Luis Benito

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