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Ciona y Duardo: madre y fíu, un exemplu los dos...

LA VOZ "BENDUEÑOS"
etimología .

Desarrollo de la entrada
correspondiente a Bendueños,
ya publicada
en el Diccionario etimológico de toponimia asturiana,
Edición HiFer (2017). Oviedo (pp. 137 s)

Una raíz prerromana, traducida a la cultura latina

Bendueños supone un buen ejemplo de esos nombres de lugar que se atribuyen al paso remoto, milenario, de tribus indoeuropeas por estos montes asturianos. En el caso de Bendueños, un nombre atribuido al galo (un teónimo). De hecho, los montes Vindya, en la India central, se extienden desde el golfo de Cambay hasta las llanuras del Ganges (entre el río Indo y el río Ganges).

vieira de Santiago en la Capilla
La vieira de La Capilla
al par del camín de peregrinos.

En paralela coincidencia, el geógrafo Ptolomeo nombra el monte Vindio en las montañas que dividen Asturias de León, entre el Bierzo y el Pisuerga .


Ciona, la memoria de un pueblo

De modo que el nombre de Bendueños se remonta bastante más allá de los romanos; tal vez a una raíz en paralelo con el otro romanizado que terminó en Ubiña, peñas más altas del Güerna (preind. *alb-, 'altura, monte'); de la combinación morfológica albinea (lat. albus, 'blanco') se dice que saldría Ubina, Ubiña.

Pero, incluso, con este adjetivo no se trataría más que de otra de tantas traducciones latinas de un voz precedente: un posible *illa Vindia (toda la cordillera del monte Vindio) habría dado *Lavindia, y de ahí *Alvindia, Alvinea, Albinea... Simple traducción romana de culturas precedentes, con el deseo de borrar cultos anteriores para imponer los propios. La referencia semántica sería la misma: el sol, la luz, las calizas blancas, nevadas, relucientes...

La voz indoeuropea Vindos (la divinidad solar) queda estudiada con precisión por Martín Sevilla en diversos artículos (ver bibliografía).


las pitas pintas asturianas de caleya:
gatsina y gatsón.

Entre Vindonnus y Bendueños

El hecho de que Bendueños procediera de Vindonnus en nominativo, según Martín Sevilla , se debería a la condición de nombre propio ajeno a la lengua de los hablantes latinos; todavía en los documentos medievales, aparece como Uendonios, con grafía (U,V) y vocal tónica /o/ sin diptongar.


Un día de inverná

Para el citado autor, el teónimo Vindonnus aparece como epíteto del dios Apolo en inscripciones latinas localizadas en territorio francés, en antiguos asentamientos del pueblo galo.


Faciendo güelga pa la Ilesia...

La creencia en las propiedades del sol...

De este modo, pudo ser el nombre de una divinidad consagrada a curar enfermedades, sobre todo las que podían beneficiarse con la luz del sol: muy arraigadas todavía en los pueblos la costumbre de sacar los xatos pequeños por el invierno a tomar el sol; o de poner las heridas de las personas al sol, con ciertos cuidados (sobre todo, en los meses con R, que se decía).

O en el dicho de los mayores: "pa que curen las heridas, las roturas de güesos..., tienen que pasar dos agostos"; es decir, un año entero, y un mes de agosto -puro sol- como refuerzo. Creencia muy arraigada.

La palabra en sus orígenes

Etimológicamente, la voz estaría en relación con el adjetivo galo vindos ('blanco'), motivado sobre el dios solar, posteriormente cristianizado en un santuario (ind. vindos + lat. dominus, 'señor, dueño').

El culto al sol, que sería tan necesario para la vida en las montañas milenios atrás: levantar las nieves, germinar los pastos, facilitar los partos de la fauna tras el invierno, esperar la caza joven, mejorar la saluz de humanos y animales, en definitiva, con la vuelta del sol a los pastos y a las personas..


Con la nieve al pescuizu

La etimología de la voz vindos ('el dios blanco, el sol') se prolongaba -y, en parte, se prolonga-, en la arraigada creencia de los peregrinos que acudían al santuario a invocar ayuda para enfermedades propias y ajenas.


Torboniando en serio.

Algunos mayores ofrecían también animales en previsión y en pago por la gracia solicitada. Todo ello, en una evidente cristianización de un remoto culto prerromano (hoy, Santa María de Bendueños).

ANEXO 1: el origen del topónimo
por Martín Sevilla Rodríguez
(1984, "La toponimia...", 65)

"Comu étimu del topónimu Bendueños pue postulase'l teónimu galu Vindonnus, forma llatinizá'n nominativu. Esti teónimu apaez sólu o comu epítetu d'Apolu n'iscriciones llatines llocallizaes nun santuariu nes cercaníes de les fontes que dan nacencia al ríu La Cave, nel departamentu francés de Côte-d’Or, antigu asentarnientu de! pueblu galu de los Lingones.

Tal teónimu pudo haber dao nome a una divinidá independienti que posteriormenti fo asimilá a Apolo o bien haber surdío comu epítetu galu del dios Apolo, el dios que curia les enfermedaes entre los galos, sigún César. En cualquier casu, el teónimu Vindonnus ta, ensin duda, rellacionáu etimolóxicamenti col axetivu galu vindos «blanco», lo que quiciavis torne a camentar Vindonnus comu un epítetu de Apolo, en tantu que dios solar.

Una etimoloxía Bendueños < Vindonnus, con una impecatible evolución fonética, costituiría un vestixiu toponímicu de cultu a una divinidá gala Vindonnus o al Apollo Vindonnus galu. Tal cultu, que sofitaría la presencia de pueblos galos nesta zona de la Península Ibérica, sería posteriormenti sacralizáu pola cristianización cola creyación d'un santuariu, fenómenu relixiosu que paez habese dao con frecuencia en llugares de cultu o yacimientos culturales precristianos.

Estos son dellos de los topónimos que puen atribuíse con seguridá o con razoná verosimilitú a falantes d'una llingua o llingües indoeuropees prellatines no que güei ye Asturies"

ANEXO 2: El Culto al Sol
por Néstor F Marqués

"El Sol se había convertido en la divinidad fundamental de la mayoría de los romanos haciendo, incluso, que el resto de los dioses se consideraran extensiones y partes del gran conjunto unitario que representaba el dios Sol. Muchos emperadores lo adoptaron como su divinidad protectora para que se comparara el poder universal del astro en el cielo con el suyo en la Tierra.

Un caso paradigmático es el del emperador Constantino... De hecho, su conversión al cristianismo después de haber adorado al dios Sol no debe extrañarnos, pues Cristo y el astro rey desarrollaron una especial relación a comienzos del s. IV, que fue forzada de manera premeditada y propagandística por los cristianos

En un movimiento digno de las estrategias publicitarias actuales más agresivas, los cristianos comenzaron a celebrar el nacimiento de Jesucristo el mismo día en el que se celebraba el del Sol. La asimilación de Cristo con el propio dios Sol hacía más sencillo que quienes adoraban al Invicto [Sol] comenzaran a venerar también al dios cristiano.

En el año 336, encontramos la referencia más antigua a la celebración de la Navidad el 25 de diciembre, auqnque la práctica seguramente surgió en los años anteriores, durante el reinado de Constantino".


Foto de las imágenes negras en las pinturas de la iglesia, en el Camarino

ANEXO 3: El Camerín de la iglesia (las pinturas murales)
por David Ordóñez Castañón

Adosado por la parte trasera del presbiterio de este templo, se encuentra el camarín (o camerín). Este cuerpo fue construido en 1704 bajo la dirección del maestro cantero Pablo de Cubas, miembro de una familia con gran tradición constructora.

Si bien la composición y los detalles de molduras y recercados responden a un lenguaje plenamente barroco, la bóveda de arista, de la que sólo se conserva el arranque, fue ejecutada según la técnica gótica. Este habitáculo debió ser mandado construir por alguna familia nobiliaria del entorno, con la finalidad de rezar a la virgen con más intimidad, separados del resto de fieles.

En 1710 se encargó a Toribio Fernández Vaquero, maestro de dorar y pintar, la fábrica de un frontal y la realización de las pinturas al óleo de dicho camarín:

«(…) por llamamiento de Toribio Fernández, maestro de dorar y pintar, para que aquellos señores mandasen la pintura y doradura de el retablo y de el camarín de N.ª S.ª de Bendueños, mediante que dicho Toribio Fernández y yo, el mayordomo, convinimos por escritura que dicho maestro ejecutara la obra y se ajustaron en 1100 rs. con la fábrica de un frontal, que a dicho camarín pintado al óleo con las mejores pinturas ha de poner dicho maestro»

Las referidas pinturas murales son de estilo barroco. En la actualidad se conservan, parcialmente, las cenefas del zócalo, organizadas en tres niveles y ornamentadas con motivos vegetales y zoomórficos: aves, girasoles, uvas y otros frutos.

Por encima de la línea de impostas, además, cuatro figuras borrosas ceñidas por extraños personajes y rodeadas de roleos y flores que representan a San Ambrosio de Milán (atributos: mitra y vestiduras episcopales, libro), San Jerónimo (atributos: vestiduras cardenalicias, trompeta del Juicio Final, león, material de escritura,…), Santo Tomás y San Francisco de Asís (atributos: crucifico, calavera, vegetación, ¿aves?).

Inicialmente, las pinturas se extenderían por los cuatro paramentos y también cubrirían la bóveda, que se derrumbó en algún momento del siglo XIX (parte de los restos permanecen en el camarín, y otros diseminados por el pueblo).

La peculiaridad de las pinturas, además de su exuberancia decorativa, radica en el exotismo de algunas de las representaciones: sin duda las más llamativas son las indígenas en posición de genuflexión que soportan los medallones de San Jerónimo y San Ambrosio (ataviadas con peculiares vestimentas y alhajas de plumas). También aves del paraíso, bestias, hipocampos, y otras figuras de difícil interpretación.

Todo el conjunto está dotado de una serie de referencias teológicas y mitológicas sólo comprensibles por el visitante erudito. Si bien existen otras iglesias asturianas adornadas con ricas pinturas murales, lo excepcional de Bendueños, aparte de su profusión decorativa, es su contenido exótico y simbológico, que hacen del Camarín un espacio singular. Se trata, por tanto, de una extraordinaria muestra de pintura mural, de la que apenas pueden encontrarse otros ejemplos equiparables en Asturias.

Con el paso de los años, la falta de un adecuado mantenimiento en la cubierta conllevó la aparición de filtraciones de agua de lluvia, que terminaron por traspasar la plementería de la bóveda y escurrir por las paredes. La presencia de agua en la cara interior de los paramentos ha afectado de forma muy negativa a la conservación de las pinturas.

El deterioro del revoco es evidente: se han producido numerosos desprendimientos, con la consiguiente desaparición de importantes superficies de pintura, y en otras zonas se observan abombamientos y levantes que advierten del riesgo inminente de desprendimiento de otros fragmentos policromados.

ANEXO 4: el origen altomedieval documentado del Santuario

El nombre del Santuario se remonta al documento de 905, en el Liber Testamentorum de la Catedral, en donación de Alfonso III a la iglesia de Oviedo:

Inter fluminae Ornam et Lenam eclesiae Sanctae Mariae de Uendonios".


Imagen de las pinturas negras en el Camarino de la iglesia

(Tomado de la página web Vindonnus:
grupo de estudio del patrimonio de Lena

Proyecto de restauración del Camerín de la iglesia: artículo de La Nueva España (www.lne.es)

"Las pinturas barrocas de Bendueños..." (artículo en ellcomercio digital)


Oteando ente la nieve
el panorama...
(a poder ser, ver y nun ser vistu...)

Publicado en la revista Belenos, nº 12, 2001 (pp. 30-41)
Colaboración de Julio Concepción Suárez


Y, aínda meyor,
empericotéu nel mismu picalín más afechiscu
de toa la rondiá ...


Con la mirada puesta también
en el buen tiempo, tras los catarros de la invernada.


Pero ya en primavera, otra vez...


Porque, al invierno, nunca lu comieron los tsobos -que dicen en los pueblos.

Ver la Leyenda de la Fuente Santa

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