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La leyenda del túnel de La Perruca
y el origen del nombre
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Publicada en el libro:
Por los pueblos de Lena,
Hifer, 2014 (p. 257s).
Xulio Concepción Suárez
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“Al pasar por La Perruca,
y El Carrascal de La Legua,
¡adiós, Asturias, del alma!
cuándo volveré a esta tierra!

Las leyendas suponen un género literario oral, que nunca dejó de crearse con motivo de cualquier explicación para un nombre o un hecho siempre en parte misterioso, intrigante para los pobladores de un paraje: cuando algo no se entendía, se creaba una especie de voz inmemorial, colectiva, anónimia que lo justificara a su modo. El lenguaje, el testimonio, de la leyenda, casi siempre con un punto de realidad en sus comienzos populares.

1. Hasta que, por fin, se dibujó al fondo la otra boca en miniatura

Y, de este modo, con una leyenda popular tejida a la medida, quedaban todos tranquilos al pasar por el paraje, o cuando alguien de fuera pedía explicación. Así sucedió con el nombre de La Perruca, dado al túnel que se inauguró a finales del XIX.

Según la voz oral escuchada en varios pueblos del Payares, los hechos comenzaron ya con la misma realización de la gran obra (unos 3 km). Por la boca norte trabayaban los asturianos, y por la cara sur, los castellanos. Pero pronto surgieron, entre unos y otros, las piquillas por ver quién calaba primero a la mitad del túnel.

Entonces el día que se unieron las dos bocas, los empresarios dieron una fiesta. Pero seguían las disputas por demostrar quién había llegado antes al punto medio del túnel.

El caso es que la fiesta también tuvo que dividirse en dos, por el peligro de las peleas, y con la prohibición de que nadie pasara de una vertiente a la otra, ni por dentro, ni por fuera del túnel, mientras durara la juerga.

Entonces –sigue la voz oral-, un asturianu rompió el cerco, salió por el monte, se asomó entre los arbustos, y vio la fiesta que estaban celebrando los cazurros por todo lo alto como ganadores de la contienda.

Se sintió muy ofendido, y observó que tenían como estandarte bien enarbolado entre las mesas de la comilona el escudo de León, con la figura del animal felino bien resaltada (el famoso león de la heráldica).

Por fin, volvió indignado el emisario por el camino del monte, y cuando le preguntaron qué había visto, contestó irónico y despectivo: “Ná, nun fayen ná, nun tienen más que una perruca colgá nun trepu”.

2. Entre perrina, perrona y piedruca, pocos pasos hasta la perruca...

Hasta aquí la interpretación popular para explicar a su modo el nombre: una perrina pequeña, en alusión al león del escudo. Pero, por supuesto que no convence del todo en este caso. (Ver abajo la síntesis histórica y toponímica de Wikipedia).

En otras interpretaciones, la perruca aludiría al pequeñísimo círculo de la boca del túnel leonés, reducido a una simple moneda, visto en línea recta desde la boca asturiana (esos 3 km por el medio...). Pero, en todo caso, sería perrina, perrrona...; pero no perruca, claro. Nunca despreciables, las monedas por pequeñas; y, menos aún, entre unos obreros campesinos por aquellos años.

Las cosas parecen más naturales. Se trataría en La Perruca, más bien, de una zona muy abundante en piedra oxega (oxiza, cuarcita blanquecina), circunstancia que dificultaría sobremanera la perforación de esos tres kilómetros con los precarios mecanismos de más de un siglo y medio atrás.

Todo el monte entre ambas bocas es pedregoso; con esa piedra oxiza, muy dura, aunque se deshace fácilmente en trozos pequeños con los golpes o las técnicas ya entonces. Bien lo sabrían los nativos que le habrían dado el nombre antes, por sus dificultades en el trabajo de estas piedras, sin más tecnologías que sus mazas, barras, punteros, macetas..., sus brazos, sus manos..., y poco más.

Y la prueba queda en La Fabricona de Arbas: recinto rectangular de murias -cimientos de piedra, muy marcados en primavera con las paciones más verdes-, que se encuentra en la margen derecha del afluente del río Bernesga, justo bajo El Yenu la Fuente y Los Abiulares-; se dice que fue la fábrica para la dinamita empleada en la perforación del túnel de La Perruca durante años. Hoy camperas de pastos para el ganado.


Foto interior del túnel, por Héctor Torre

3. Pero el nombre ya lo cita Jovellanos de paso por Busdongo

Por todo ello, para la etimología, habría que pensar en la voz romance piedra: y de piedruca, se pasaría a *pedruca, por ser átona inicial (sin diptongar, por tanto); y a perruca por simple evolución fónica. Zona abundante en piedra pequeña y mala, de donde el topónimo lugareño por el que se abriría luego un túnel.

Si, además, Jovellanos ya citó el topónimo a finales del s. XVIII, las dudas se van disipando: el nombre es muy anterior al túnel de las vías. Incluso, la anécdota de la perruca del escudo -que dice la leyenda- no sería más que la interpretación por su cuenta que el supuesto emisario asturiano dio a la vuelta de su misión cumplida.

El emisario al acecho no haría más que traducir con humor el nombre del terreno entre los de Busdongo a la anécdota del escudo. Aquella inevitable rivalidad entre regiones colindantes quedó tallada también hasta en el nombre de La Perruca.

4. Con el uso progresivo del topónimo entre los viajeros de paso, el nombre se fue volviendo oscuro como el túnel mismo

Con todo lo dicho, tampoco hay manera de confirmar del todo el origen del nombre, pues se fue cargando de interpretaciones regionales y forasteras. No obstante, a juzgar por las referencias toponímicas de diversos viajeros del XVIII y el XIX, es evidente que el nombre de La Perruca existía antes de los raíles entre los lugareños: el topónimo se recuerda entre los vecinos de Busdongo y los de Payares, Arbas... Y se cita en textos de Jovellanos, Rafael Labra...

Ciertamente, el nombre de la zona se pondría de moda con la perforación del túnel, por las dificultades de los trabajos con la piedra; y se extendería con el tren de una a la otra ladera de la montaña. La parte exterior del monte tiene otros nombres conocidos: por la parte asturiana, El Monte las Llebias (ribaya izquierda de Reguiru Puircu), sobre la boca del túnel; La Traviesa (ribera derecha).

5. El nombre de un túnel que, una vez más, unió las dos fasteras, leonesa y asturiana al filo de los altos

Y por la fastera leonesa con salida al pueblo de Busdongo, Bonviejo: ‘el monte del camino viejo’, el camín real que venía de León y bajaba por Payares. Todo el exterior del puerto: Vegalamosa, Arbas, Las Caballetas, La Cerra..., vegas, montículos de pastizales sobre el túnel. Una vez más, un topónimo une las montañas por encima, con origen en cualquiera de las dos.

En fin, un nombre discutido, como fue polémica la misma construcción del túnel y de las vías del tren, por el cambio radical que suponía para los intereses -y privilegios- de tantos arrieros, comerciantes, pequeños industriales..., del interior regional, y de las ciudades en especial.

6. Una misma interpretación popular por aquellas fechas: La Escandalera nel mismu Uviéu

Hasta recuerda la voz oral, escuchada en Payares, que el nombre ovetense de La Escandalera se debe a los escándalos producidos entre dos empresas que se disputaban acaloradamente la concesión de los trabayos del túnel; que hasta anduvieron a palos y todo por conseguirla en la plaza de Uviéu.

Para otros, el nombre de La Escandalera se debería más bien a los escándalos producidos por los comerciantes, sobre todo, los carreteros, los arrieros..., ante el Ayuntamiento: protestaban acaloradamente por las repercusiones que ya veían venir en perjuicio de sus oficios de siempre; y de la importación de productos que competía con los regionales de casa.

Pero, con todo, y aún con las protestas posibles y reales, el nombre de La Escandalera -como ya ocurrió con La Perruca- ha de ser mucho más antiguo, por lo menos medieval (la plaza donde se vendía la escanda); el escándalo, sí que se podría haber producido; las interpretaciones inevitables se irían sucediendo a su modo, como en tantos otros casos.

7. Porque hay una Perruca que ya citó Jovellanos, mucho antes de los raíles del tren

En definitiva, las dudas cronológicas se diluyen, en parte, con la cita del mismo Jovellanos en sus idas y venidas por el Payares. Por ejemplo, en el viaje de Madrid-Gijón, de finales de agosto a primeros de septiembre de 1790, dice:

«De Villamanín a Busdongo, dos leguas; a la Perruca, media».

Con el testimonio de Jovellanos, el topónimo, por tanto, se atestigua como muy anterior al túnel bajo el monte. Ya estaba sobre el terreno en boca de los nativos cuando pasó Jovellanos.

En todo caso, El Túnel de La Perruca se convirtió poco a poco en símbolo asturiano, en unos tiempos en los que se salía de la región, sobre todo, en tren. La sucesión ininterrumpida de tantos túneles desde Fierros, va colgando veloz la vista de los pueblos y precipicios que se van sucediendo en las tres vías superpuestas en el ascenso desde Campomanes (unos 1000 m de desnivel en su conjunto).

A medida que el viajero se acerca a la última boca del túnel, aumenta esa nostalgia asturiana llariega, que se queda colgada hasta la vuelta en la entrada de La Perruca. Tal vez de ahí, la canción de Diamantina, la Busdonga:

“Al pasar por La Perruca,
y El Carrascal de La Legua,
¡adiós, Asturias, del alma!
cuándo volveré a esta tierra!
¡Adiós Asturias del alma,
cuándo yo volveré a verte!

8. Síntesis de un topónimo discutido, en Wikipedia: construcción del túnel, historia, bibliografía, documentos...

"El topónimo de Perruca puede derivar de perro o de la palabra latina PETRAM (piedra).[7]​ Con respecto al animal, se ha apuntado que perruca sería un apelativo para denominar a una figura de piedra con forma de león sobre el mojón que marcaba el límite entre León y Asturias, en el puerto de Pajares.[8]​ Además, el filólogo lenense Xulio Concepción Suárez recoge una leyenda en dónde perruca haría referencia al león presente en el escudo del reino homónimo durante la celebración por el cale[c]​ del túnel. El propio Xulio apunta a su posible relación con piedra.[9]

Otra leyenda, ajena a esos dos posibles orígenes, sostiene que perruca derivaría de perra gorda, que sería la apariencia que tendría una boca del túnel vista desde la otra, ya que su geometría permite su visión directa a través del mismo. En escritos anteriores y contemporáneos a la perforación del túnel se nombra al alto de Pajares como de la Perruca. Así, Jovellanos en los diarios de sus viajes ya utiliza dicho topónimo.[d]​ "

9. Y otras anécdotas de documentación oral, tras los raíles de un tren

Por ejemplo -nos cuenta Saso el de Payares, cultura viva del pueblu, con muchas páginas manuales de libreta- que el día de la inauguración del túnel, en 1884, el tren que llevaba al rey Alfonso XII y a la reina Mª Cristina, tenía dos máquinas con dos nombres muy simbólicos a la ocasión: Jovellanos y Pelayo.

Una vez en dirección ya a Oviedo para celebrarlo, la Reina, impresionada por los paisajes vertiginosos que se abrían en ocasiones tras las ventanas, hubo un momento en que mandó detenerse al tren para contemplarlos mejor. Se dice que sobre la tercera vía, la cimera, altos de Tsinares, Malveo y Casoría. Una vez más, la memoria documental -etnográfica, por lo menos-, literaria o no, de los pueblos.

10. Referencias bibliográficas del entorno y del topónimo La Perruca, desde mucho antes del túnel (muy agradecido y oportuno detalle de Francisco Izquierdo Vallina; y de la web leonesa www.saber.es)

11. Otras leyendas