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Publicado en
Boletín de Letras
del Real Instirtuto de Estudios Asturianos.
nº 181-182, 2013 (pp. 298-300)
por Xulio Concepción Suárez
La vida asturiana en los pueblos más pequeños
Siempre resulta gratificante la lectura de un libro relacionado con la vida asturiana en los pueblos, a través de sus espacios y sus tiempos concretos: esa vida que late hasta en los lugares más pequeños, pero que no tiene cabida, tantas veces, en otras más generales. Esa intrahistoria de la que hablaba Unamuno, tan escasa como necesaria para el progreso de la investigación rural.
Por eso no podemos menos de agradecer el inmenso trabajo de Fernando Suárez en estas páginas que, sin duda, rescata de la memoria del pueblo, de su experiencia etnográfica y de las fuentes escritas, con tanto detalle y entusiasmo. Dignifica su trabajo toda esa documentación que aporta de José Manuel González, Martínez Marina, Vicente José González, Madoz…, y semejantes. Memoria popular y memoria escrita hacen buena mezcla.
Una aportación imprescindible para estos tiempos de cambios y destinos virtuales
Resulta, así, esta detallada obra documental, no sólo de la parroquia de Santa María, sino de todas las parroquias de Grao en buena parte; y, más aún, de todas las parroquias asturianas que sobrevivieron hasta nuestros días en geografías parecidas, clima tan inclemente a veces, comunicaciones a pie, caminos de carros y herraduras. Una buena forma de colaborar con los estudios asturianos: sus lectores y lectoras convecinos, se lo agradecerán en adelante.
Como se lo agradecerán los estudiantes, aficionados, investigadores posibles que quieran seguir conectados al pasado para planificar el presente y el futuro. La única forma de sobrevivir en cualquier espacio, aún en estos tiempos digitales y de cambios.
No deje el autor de airear tampoco estas páginas por la red (resúmenes en páginas web, blogs personales…, que ya hay por Grao); pues también se lo agradecerán los lectores virtuales mucho más allá de las montañas de Grao y otras asturianas (miles, millones de usuarios, hoy), los aficionados a los detalles concretos en la vida milenaria de los pueblos menos difundidos.
La realidad diarias de las caleyas
Especialmente de interés resultan esos datos que aporta el autor con su experiencia vivida y la experiencia de sus vecinos: el poblamiento de cada aldea (con pelos y señales), la penuria de los años cuarenta, la emigración forzada, la ilusión de los cincuenta, el renacer de los setenta, el progreso relativo de los ochenta… Como tantos datos de propietarios y arrendatarios, campesinos y campesinas en sus preocupaciones y trabajos desde el alba hasta el ocaso: las mayadas de la trilla, los esfoyones, la siega de la yerba, la desratización de los horros contada de esa manera tan solidaria y comunal en un pueblo (nunca la había oído yo personalmente).
O los juegos populares, los oficios artesanos…, tan olvidados hoy, pero que tanto progreso educativo trajeron para aquellos años, cuando una inmensa mayoría sólo podía vivir de su ingenio y de sus manos. Una inestimable documentación etnográfica aportas sobre la toponimia de los pueblos con ese recuento detallado, barrio por barrio, de las familias de cada Casa (la Oicotoponimia, que se dice ahora): Casa Felipa, Casa Valeria, Casa Trina…, Casa Tano, Casa Pachu…, Casa el Ferreru, Casa el Gocheru, Casa el Molín, Casa Libertad…
Los archivos orales, resumen de otros tiempos milenarios
Todo un archivo oral (ahora, escrito de paso) para cualquiera que pretenda iniciar un árbol genealógico asturiano (tan de moda en estos tiempos), con base en Santa María de Grao. El libro les facilita la labor del siglo XX, sin más elucubraciones.
En fin, muchas villas mayores y ciudades consagradas en otro tipo de trabajos y datos, quisieran tener su historia local (de las caleyas milenarias) tan detallada: una larga, muy larga andadura etnográfica, pues el poblamiento de Grao tampoco comenzó ayer ni anteayer, como señala Fernando brevemente en unas páginas; es fruto de muchos siglos, muchos milenios…, durante los cuales se fueron asentando nativos y gentes de paso, como también recoge en el capítulo III, con los datos aportados por los historiadores que cita.
No olvidó el autor ese detalle medioambiental: la transformación del medio en función de los intereses del momento, con esa cita de Palacio Valdés muy oportuna en los tiempos que corren. No pasa por alto lo de las aguas negras, el ferrocarril, las minicentrales, la alta tensión, la autovía…
Todo hace falta, pero, como dice el autor, a veces para bien y otras veces para mal. Siempre hay esa doble vertiente: la destructiva y la creativa. Para eso habría de triunfar el equilibrio sostenible, aunque a veces no sea así. Y, por eso, hace falta una verdadera ecología: el estudio, sin más, del medio (que ya lo dice la palabra), antes de las consecuencias inevitables después.
Un estilo muy fluido de lectura
Completa la lectura del libro ese estilo muy trabajado que le da forma: bien estructurado, con abundantes apartados, títulos, subtítulos, subapartados, clasificaciones diversas, tipografía muy visual, enumeraciones; listas ordenadas y numeradas, párrafos más bien cortos y bien enlazados, frases sencillas y progresivas; léxico al alcance de todos, vocablos asturianos aclarados en su caso, fotografías representativas (antiguas y modernas)… El tipo de lectura para que un libro de papel siga entre las manos al lado de tantas tablas, móviles y ordenatas.
Anima el autor la lectura con ejemplos, leyendas populares, mitos religiosos (hoy ya tan desmitificados), anécdotas locales… En fin, todo eso que tanta falta hace para que los libros (sin rollos a destiempo) sigan fomentando lectores de hoy, tan exigentes ya de las informaciones bien visualizadas al estilo digital del milenio que fluye: que Fernando siga investigando, escribiendo, disfrutando y asoleyando la vida asturiana que fue posible en los pueblos rurales hasta casi estos estos mismos días.
Gracias al autor por su libro, que en adelante pasará a los archivos de la bibliografía asturiana para todos los que deseen consultarlo, como documento de investigación local, a pie de reportero entusiasmado en su labor. Santa María y Grao renuevan así la bibliografía asturiana en unos cuantos detalles.
Obra de Fernando Suárez:
La flor del agapanto. Caligrama, 2022
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