Cuatro versiones de un romance en Lena:
"Rosina Encarnada".Texto publicado en el libro
Andecha lenense, nº1
A la memoria del profesor
Juan García García
(pp. 114-133)
Ed. Instituto de Bachillerato
"Benedicto Nieto".
Pola de lena (Asturias)
Ascensión Herrero
Julio Concepción Suárez.Una de las actividades sobre el entorno del Insituto en Lena consistió, algunos cursos, en recoger muestras vigentes de la literatura oral entre los lugareños más arraigados del concejo. Los alumnos continuaban fuera de las aulas una actividad entre lo más serio y lo más sele: intentar afilvanar recuerdos literarios en la memoria de abuelos y abuelas con un poco de paciencia todavía para aguantar nietos o biznietos.
Uno de los objetivos fue, a lo largo de estos años, escudriñar un poco en un campo literario un tanto marginal (o marginado) entre los textos de siempre, castellanos o no. Pronto, los alumnos de los pueblos más altos, con tradición ganadera, empezaron a traer a las clases de lengua y literatura una serie de romances, nunca sabremos si más castellanizados o puestos en asturiano.
En principio, la cosa se había quedado en pura actividad, casi lúdica, que servía a unos y otros amantes de la cultura asturiana; rompía la monotonía de las horas de aula, y, sobre todo, acortaba un poco esas largas mañanas de febrero, o los alterados mediodías de la primevera arriba, en mayo ya camino de la piscina.
Allá por el comienzo de los ochenta, empezó a repetirse con insistencia un tema que aparecía en pueblos distintos, casi siempre reconstruído por abuelas ya mayores que llevaban años sin contacto alguno con los libros más o menos literarios: Rosina encarnada, Rosina encarná, según los casos.
Las versiones eran varias, los referentes geográficos antiguos y modernos (la geurra de África, el frente de Teruel), pero la estructura y la unidad temática, idéntica.
El límite del trabajo entre los alumnos se había concretado en la transmisión oral, por lo que se empezó a ojear y hojear alguna antología de romances (asturianos y castellanos), por contrastar un poco por encima el cumplimiento de nuestros objetivos o la picaresca vigente en estos casos .
Las sospechas se disiparían después, cuando algún alumno trajo definitivamente el tema de "la loba parda", con algunas voces de inconfundible sesgo extremaño. Se confirmaban gratamente las investigaciones de los alumnos. En Lena había romances venidos desde más allá de los cordales limítrofes con tierras leonesas.
Los cabos se fueron atando más fuerte, leyendo un día precisamente el romance de la Loba parda en Flor nueva de romances viejos. En comentario final a la composición, dice Ramón Menéndez Pidal:
"Este gracioso romance, de pura cepa rústica, auténticamente pastoril, creo que nació entre los zagales de Extremadura, donde hoy es cantado al son del rabel, sobre todo en Nochebuena. Los pastores transhumantes lo propagaron por ambas Castillas y León; lo oí cantar hasta en las montañas de Riaño, lindando con Asturias, esto es, en el punto en que termina la cañada leonesa de la transhumancia".
Es difícil precisar fechas, pero en este punto R. Menéndez Pidal parece que no recoge costumbres lenenses ya muy arraigadas en los años en que redacta su obra: "Flor nueva de romances viejos". Aquella buena vecindad de vaqueros y vaqueras asturianos con pastores y pastoras extremeños no debió levantar tampoco sospechas literarias.
Pero, la realidad por los mayaos y majadas de entonces también dio retoños de los otros. Según los mayores de hoy, fue, efectivamente, (y en parte, sigue siendo) tradicional entre sus padres y abuelos la convivencia con los pastores que venían de Extremadura (los extremeños de las merinas).
Durante toda la seronda hasta la llegada de las nieves, vivían y convivían pastores y vaqueros (ellos y ellas) entre las cabanas de estas zonas de pastos más altos, que van desde El Puerto Ventana (sobre Lindes y Cortes) hasta el Negrón (sobre el Huerna): Güeria, Cua Palacio, Che Turbio, Vache Corrales, El Meicín, Terreros, La Sapera, Manín, Retuerto, Candiotses, Axeite, La Vachota, Cuayos, Cacavietsos, El Fasgar...
Toda una zona de brañas colgadas en las vertientes asturianas de los macizos de Ventana, Penubiña, Cerreo... La buena vecindad no podía menos de tener algo de literaria también: el tiempo estirado en la soledad de estas calizas sin duda dejada un lugar para todo. Y para los romances, no habría de faltar.
Más aún, algunas de esas costumbres (si bien ya muy trasformadas) siguen vigentes en la actualidad: cuando los vaqueros lenenses, quirosanos y de Mieres se van retirando de las brañas más altas, ante la llegada del frío y el agotamiento de los pastos, venden el restruxu, lo que queda, a los pastores extremeños, que lo agotan con sus espesos rebaños de ovejas (pa las merinas, que se dice a este lado de la cordillera).
Ciertamente, toda esta serie de datos, hilvanados por los mayores, no cuadran del todo con las terminantes afirmaciones de Menéndez Pidal, respecto al "romance de la loba parda", por ej.:
"Pero ya en el Principado asturiano, es completamente desconocido, así como en Aragón, Cataluña y Andalucía; lo cual quiere decir que las tierras no reciben sus ganados de Extremadura tampoco recibieron esta composición pastoril".
Como más abajo se verá, el citado "romance de la loba parda" tiene una versión lenense en el asturiano de los valles más altos, pero incluso con rasgos de la zona baja, con terminaciones en /es/, propias del valle hacia Mieres. Antigua o no, la versión llegó a memoria de algún viejo vaquero, que no tomó del papel sino de esa larga historia del pastor, del cordal y del cordel.
En concreto, hoy circulan por el concejo de Lena cuatro versiones de un tema que no encontramos entre los romanceros clásicos castellanos ni asturianos.
La prueba más evidente parece el dato de Galmés de Fuentes, en su obra sobre el romancero asturiano (Ayalga, 1976): entre ninguno de los temas recogidos figura el de Rosina encarnada. Las versiones lenenes recogidas por los alumnos del Instituto son estas
(ver texto de un romance)Bibliografía:
GALMS DE FUENTES, A. (1976)
Romances asturianos. Ed. Ayalga. Salinas.
Romance de la loba parda
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