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Etiquetas, palabras clave, tags: Castiellu, Villayana, castro, caminos, peregrinos, La Pila

"La investigación toponímica... tiene por objeto
descubrir la significación original de un nombre
o poner en claro el proceso de su génesis y nacimiento...
Los topónimos nos permiten formular hipótesis
sobre la colonización y poblamiento del país,
y sobre los acontecimientos de carácter histórico,
sobre las actividades, mentalidad y costumbres de los habitantes...,
sobre su lengua en el momento en que el lugar,
el río, el cerro, el caserío, fueron señalados con un nombre"
(Johannes Hubschmid).

El Castiellu,
El Castietsu

(Villayana)

Parte ya publicado en el libro
Por los pueblos de Lena
(pp. 471 ss).
Xulio Concepción Suárez.
Edición actualizada,
HiFer., Oviedo, 2014.

1. El pueblu, el nombre, los nombres conectados...

Grupo de casas recogidas tras el llamado Castiechu, o Castiechu l’Aspinera, frente al Questru de Villayana, sobre la Gasolinera actual. Pero el nombre no está solo: justo enfrente, sobre Villayana, se corresponde con otros del mismo campo, como El Castro y El Questru, justo sobre las casas de Ranero. Castro, finca sobre La Vega, bajo Retrullés.

O La Corrona, en la misma ladera, tal vez la continuidad también del poblamiento castreño -el de las corras y los corros- ya en el valle; casi como La Corraona -que recuerda los mismos corros- no por casualidad, sobre Senriella. Una cadena de palabras prerromanas que irían atestiguando los poblamientos sucesivos en cada tiempo. Con el paso imprecindible del los caminos antiguos por esta margen derecha del río Lena.

Un poblamiento estratégico, para la estancia prolongada bajo los altos

Por tanto, El Castiellu actual -con sufijo ya latino- sería el resultado de un poblamiento castreño levantado a la falda del picacho, pero ya en lo mejor de la ladera: al cobijo del montículo, bajo el antiguo castillo -castro pequeño-; soleado todo el día y todo el año, con buenas fincas en esta ribera derecha del río Lena; con agua de manantiales y un arroyo; bien comunicado con los pueblos hasta La Pola, al paso del antiguo camino de peregrinos hacia Sovilla, Santa Cruz, Uxo, Mieres del Camino...

El pueblo actual conserva una rica toponimia en la memoria de sus nativos (familia de Marisa, Gelín, Guillero Encina...): El Cantu La Cruz (encrucijada de los caminos), L'Entregal (entrada fondera), El Castiellu Baxo, El Castiellu Riba, El Curutsu, El Coronín, La Pumará, El Pedregal, La Llosa (tierras sembradas, cercadas), El Reteyón, La Teyera (antigua teyera)...

Nombres tan escasos ya como La Xaronquera (lugar de xaroncas, ranas pequeñas, en los charcos del arroyo), La Requexá (zona escondida), La Montería La Fuente la Montería (el comienzo del monte), La Robá (zona de robles, o de suelo rojizo), La Manga, El Caleyón (saliendo del pueblu al Retrunal).

O donde se "parten les nubes...", que decían los nativos...

Destacan sobre El Castiellu nombres como El Retrunal, caserío más arriba: el lugar de resonancia especial de los truenos; y en un espacio a media ladera bajo los montes del Toral, Ranero, La Viña..., en el que se dividen las nubes: puede llover hacia Uxo y no hacia La Pola, o al revés; pero, a veces, sin continuidad sobre el pequeño valle del Retrunal:

"El Retrunal ye porque aquí, en el regueru La Tabla, pártense les nubes -me decía José hace años-: choquen les de baxo con les d'enriba, y los troníos atronican por tol valle hasta Ranero".

No le faltaba razón a la explicación del vecino. Algunas corrientes se forman a la salida del valle de Senriella y a la entrada en el de Villayana, que produce el corte de las tormentas: puede llover en las dos direcciones del valle, pero no en esa franja divisoria del caserío -recuerdan hoy estos vecinos de hoy en El Castiellu, como siempre lo oyeron a sus mayores-. Los truenos y los relámpagos también son bien visibles en torno al Castiellu en días de tormentas.

2. La Casa la Pila

Destaca en especial La Casa la Pila: interesante caserón complejo, con diversas estancias bajo un mismo techo, que atestiguan un antiguo uso señorial, o de hospedaje; un grueso arco de piedra tallada a la entrada orientada al sur, con marcas evidentes de usuarios de paso, denotan un antiguo trasiego de hospederos y carruajes de camino: marcas de afilar cortes, lesnas....

Completan el caserón un hórreo bien conservado en sus maderas, parte del forno de amasar, el llagar... Todos las techumbres del edificio, las vigas, el correor..., se conservan en buen estado, como testigos de aquellas buenas cortas de las maderas, programadas para sus tiempos oportunos y menguantes de las lunas. Norma común para muchos lugareños más arraigados hasta estos mismos días.

Frente a La Casa la Pila, salía otro camino, a la izquierda y arriba, hacia El Coronín y El Curutsu -junto a La Escuela actual-, que descendía a la vertiente de La Bárcena por esta ladera más pendiente sobre el valle, bajo el montículo del Castiellu y las cuevas excavadas, con tradición de tesoros.

Este camino, hoy desaparecido, seguía por Entrepeñes a La Bárcena, Senriella..., ahora completamente cortado en talud por las obras de la autovía; se recuerdan caseríos habitados sobre La Bárzana; y algunas tumbas encontradas, sólo ya de memoria oral; se supone que de unos franceses...

3. El recinto castreño documentado

La parte norte y oeste del antiguo castro fue destruida hasta el mismo límite de la entrada al túmulo por la Autopista reciente; no obstante se salvaron, por el momento, en el deteriorado entorno, las corras apostadas en la parte este del saliente, parte de las murallas....

El picacho tiene entre los vecinos una arraigada tradición, que todavía se atestigua con los últimos restos entre la maleza: en la cara este de la cima, quedan abundantes paredes derruidas, que se atribuyen a las corras y pareones del recinto. Las sucesivas obras sobre el saliente las van utilizando para columnas, casetas..., en evidente contaminación medioambiental.

Destaca el hueco abovedado que hay bajo el montículo, con dos entradas: una, al poniente, con pequeña pared bien conservada; la otra, al saliente, más deteriorada por el matorral. Dicen en el pueblo que era el lugar de los enterramientos, el tesoro... Lo justifican con algunas monedas de cobre allí encontradas -según la voz oral-, hechas a mano, muy deformes, etc. Y esta voz oral se confirma en los documetos escritos (Carmen Fernñández Ochoa, Asturias en la época romana, pp. 205 ss).

El término de L’Aspinera es incuestionable, lo mismo sobre el castro que sobre el antecastro, en el montículo posterior: ambas lomas están cubiertas hoy de numerosas espineras sólo arrasadas por las obras para la implantación de una espigada antena llena de cables, una torre de hierros, y varios aparatos de alta tensión.

La existencia del castro está documentada por escrito en Carmen Fernández Ochoa: en algunas excavaciones realizadas hace unos años, se encontraron varias monedas de la época de Claudio y Galieno (obra citada).

4. La confluencia de los caminos, por lo menos malo de la ladera en su tiempo

La posición más estratégica del castro y del castillo antiguo hace pensar en un control de los caminos por ambas laderas del río Lena y hacia el Caudal abajo: desde el picacho saliente se conectan visualmente el resto de los castros, castiechos, curuchos, corochas, corros, corras..., entre los altos de Uxo y los altos del Güerna o del Payares, de forma directa o indirecta.

Con una estrategia visual repetida que une los topónimos castreños: cada lugar con estos nombres se conecta con el de enfrente que, a su vez, conecta con el siguiente, y el siguiente..., sin solución de continuidad. Toda una red visual que se diría programada a su modo desde remotas culturas primitivas.

Tal vez, con esa misma estrategia, o parecida, en las redes viarias. Por El Castiellu se irían trazando los caminos más seguros para la andadura de los valles, una vez descendidos los caminos de los altos y La Vía de La Carisa, para llegar a Ujo.

Desde El Castiellu, por esta ladera de Carabanzo, se irían unificando las andaduras del Güerna y del Payares hacia el centro regional asturiano y hacia el mar, a partir de Santa Cruz: la gran encrucijada de los caminos, los ríos, los valles... (Aller, Lena, altos de Riosa por Ubriendes, Uxo...). Y Mieres, por algo llamada del Camino: el camino por excelencia, que lleva también el nombre.