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Recordar la casa desde la braña
La vida en la braña parece en muchos casos una continuidad del poblado. Así se hubieron de asentar muchos nombres en torno a las cabanas. Es el caso de lugares que los vaqueros llaman hoy La Mesa, La Masera, La Maserona, L'Arca, Los Panes, L'Abanico, La Ochera, Horria, El Fariñentu...
En algunos casos, estos nombres no fueron en su origen lo que parecen: no deben su etimología a la palabra con la que fueron asociados y transformados.
Se trata de verdaderos casos de interpretación popular con raíces prerromanas: L'Arca tal vez ya indoeuropeo, *ark-, con el sentido de 'hito, mojón divisorio'. L'Urru: raíz prerromana *ur-r- ('altura'), aplicada a un punto elevado y vistoso de un paraje.
L'Abanico tal vez voz indoeuropea *ap-, *ab- ('agua, río'), más sufijo prerromano abundancial -an-, aplicada a uno de los arroyos más altos del río Valgrande, y, en consecuencia, del río Lena. Con la misma base se explicarían lugares asturianos como Vegabaño, Abaniella, Abanilla..., y otros peninsulares como Abanco, Abango... Todos, lugares de 'agua.
Pero los brañeros, en parte por llenar las horas y el silencio de la braña, y en parte por añoranza de la casa, recogieron raíces prerromanas que fueron tansformando en la fonética, para dejárnoslas a nosotros pasadas por su visión del entorno.
Sin olvidar los rezos en horas y días señalados
Muchos lugares en torno a las brañas llevan nombres religiosos: La Capía, La Capillona, La Ilesia Vieya, La Fuente los Altares, La Cuaña la Salve..., en otros conceyos con nombres parecidos (El Quentu la Oración, La Canal de la Misa...). En la mayoría de los casos no se encuentran restos de edificación alguna a tales alturas, por supuesto.
Se trata de otra interpretación popular más, a partir de simples lugares altos. Por ejemplo, desde un derivado metafórico de caput, capitellum, en el femenino capitellam ('cabeza pequeña'): un lugar que sobresale en el valle, lo más alto del valle.
Tal vez el deseo de los abuelos por explicar a sus nietos el sentido de los nombres de su braña, transformó, poco a poco, simples palabras geográficas para designar la altura, en capillas y hasta en ilesias vieyas con cura y todo.
De esta forma, algunas cuevas de la braña se fueron rodeando de leyendas con una misma estructura: que, en época de muchos vaqueros y vaqueras, el cura o algún fraile de paso..., celebraba misa los festivos y domingos cerca de las cabañas. Nadie recuerda alguno en concreto, por supuesto.
El Tesu la Oración, La Canal de la Misa...
En el puerto de Los Corralones cuentan con orgullo que hasta llevaron a la cueva una imagen de La Santina (que allí sigue, según parece).
Historia semejante cuentan los vaqueros de Casu respecto al Cantu, El Tesu la Oración, justo sobre Bezanes, el río Monasterio y la iglesia antigua de San Salvador: se dice que allí bajaban a rezar los vaqueros de Brañagallones y mayadas del contorno.
Y lo mismo explican los pastores de Sajambre y Vegabaño, para La Canal de la Misa (sobre La Collada de Beza): que allí bajaban a rezar mientras los vecinos del pueblo estaban en misa. (Tal vez una simple bisbitera).
El lenguaje creativo en los nombres de las brañas
La creatividad de los lugareños dio lugar a tantos otros nombres parecidos en los puertos de verano por todos los altos de estas montañas lenenses: Pena Cabello, El Camín de la Reina, La Fuente la Reina, La Fiesta'l Bayo, La Fuente los Altares... (sobre El Meicín El Brañichín...).
La observación de estos parajes, y el cotejo en la pronunciación de distintos vaqueros de una misma braña, nos indican que el origen es otro: no hubo en estas brañas ni *cabellos en una peña, ni una reina en la fuente, ni una fiesta en la pendiente escarpada, ni unos altares en unas peñas...
La Calabazosa, El Picu Nogales, Vegabaño...
La capacidad interpretativa se da en todos los puertos y mayadas de otros conceyos: El Tsagu la Calabazosa, Vegabaño, El Picu Nogales, Huertu Rey, Peña Salón, Carnizoso (en Somiedo, Sajambre, Aller, Cabrales...).
Ni pueden crecer allí las *calabazas, ni hay *una vega con baño en la mayada; ni son posibles los *nogales a 2000 m; ni hubo huerto de rey alguno bajo Ario; ni se pudo imaginar un salón en cima rocosa tan escarpada; ni sería aprovechable la carne despeñada a casi 2500 m, entre los roquedales de Urriellu.
Extracto del artículo publicado sobre este tema: CONCEPCIN SUREZ, J. (2002). "Costumbres vaqueras en las brañas lenenses ", en Etnografía y folclore asturiano: conferencias 1998-2001 (pp. 75-119). RIDEA. Oviedo. Ver Bibliografía
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