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Historia de una escalera
Antonio Buero Vallejo.
Estreno, 1949.

(sólo un esquema
para que lo completes
con tu lectura de la obra,
con otras lecturas,
con otras web... ...)

1. El autor

  • Antonio Buero Vallejo (Guadalajara, 1916-2000) fue republicano en la guerra civil, combatiente del bando antifranquista, por lo que estuvo encarcelado y condenado a muerte hasta mediados de los años cuarenta, cuando sale de prisión. Todo ello marcó su vida, su carácter y su obra, que representa una crítica amarga a un régimen trinfalista que ignora el fracaso y las frustraciones de la vida cotidiana de la calle.

  • En 1949 obtiene el premio Lope de Vega, precisamente por su obra Historia de una escalera, que marca una nueva etapa en el teatro de posguerra: el teatro de la frustración social. A ella seguirían otras muchas en una constante creatividad teatral.

  • Obras principales: En la ardiente oscuridad (1950), La tejedora de sueños (1952), Las cartas boca abajo (1957), Un soñador para un pueblo (1958), Las Meninas (1960), El concierto de San Ovidio (1962), El sueño de la razón (1970), La Fundación (1974)...

  • Objetivos del escritor. El mismo Buero Vallejo los deja claros en sus afirmaciones: "Se escribe porque se espera, pese a toda duda.... Creo y espero en el hombre, como espero y creo en otras cosas: en la verdad, en la belleza, en la rectitud, en la libertad. Y por eso escribo de las pobres y grandes cosas del hombre; hombre yo también de un tiempo oscuro, sujeto a las más graves, pero esperanzadas interrogantes".

2. Interpretaciones de su obra teatral

  • Palabras del propio autor. "Mi teatro... intenta ser, por lo pronto, un revulsivo. El mundo está lleno de injusticias y de dolor: la vida humana es , casi siempre frustración. Y aunque ello sea amargo, hay que decirlo. Los hombres, las sociedades, no podrán superar sus miserias si no las tienen muy presentes.... La miseria de los hombres y de la sociedad debe ser enjuiciada críticamente; la grandeza humana que a veces brilla en medio de esa miseria también debe ser mostrada. Considerar nuestros males es preparar bienes en el futuro; escribir obras de intención trágica es votar porque, un día, no haya más tragedias. El dramaturgo no sabe si eso llegará a suceder, aunque lo espera.... No tiene en su mano ninguna solución garantizada de los grandes problemas; sólo soluciones probables, hipótesis, anhelos..." (Antonio Buero Vallejo).

  • Palabras de Alfredo Marqueríe. "Historia de una escalera... es la obra de un autor auténticamente nuevo, con una preparación cultural y un sentido del teatro engarzados exactamente al momento en que vivimos... Sencillez de expresión y hondura de sentimientos, no teatro de ideas, sino teatro de pasión..., sin salirse del estricto marco de lo humano y de lo cotidianamente vital" (Alfredo Marqueríe)

  • Palabras de Luis Iglesias Feijoo. "En la obra hay latente un conflicto social, colectivo, incluso un enfrentamiento clasista... La presentación de la vida de unas gentes con dificultades que el tiempo no había solucionado era una indicación de que las cosas no habían cambiado... En los personajes aparece... su insatisfacción, su ansia de algo que no tienen, su intranquilidad, que se concreta en un sentimiento de temor al tiempo..." (Luis Iglesias Feijoo)

  • Palabras de Virtudes Serrano. "Buero Vallejo... intentó y consiguió restaurar la tragedia para ofrecer a los hombres y mujeres de su tiempo una ventana hacia la esperanza, desde dentro de su propia limitación, porque, a pesar de sus torpezas y caídas, los hombres no son necesariamenmte víctimas pasivas de la fatalidad" (Virtudes Serrano).

  • Palabras de Lorenzo López Sancho. "Los problemas que agitan a los personajes [de la obra] en el cotidiano bajar y subir de la escalera no eran problemas ocasionales, sino permanentes" (Lorenzo López Sancho).

3. Historia de una escalera

  • Una realidad social de posguerra. Viene a representar el conjunto de problemas reales de la sociedad española de los años cuarenta, frente al triunfalismo franquista dominante

  • El espacio. La acción ocurre en una modesta comunidad de vecinos de Madrid, en una escalera con dos rellanos, en la que se van repitiendo las mismas escenas con distintas generaciones en décadas sucesivas.

  • El tiempo. La obra dramática es la historia de tres generaciones, que se van sucediendo durante treinta años en un mismo espacio cerrado (la escalera): penas, sufrimientos, ilusiones, promesas, frustraciones.... La sociedad de aquel momento: desde las consecuencias de la primera guerra mundial (primer acto, 1919), pasando por la dictadura de Primo de Rivera (segundo acto, 1929), hasta las consecuencias de la guerra civil (tercer acto, 1949). .

  • El símbolo de la escalera. Viene a ser el hilo conductor de las tres generaciones que van subiendo por ella: casi no cambia en esos treinta años, y fue escuchando todos los problemas que sus vecinos fueron sufriendo en sus familias por tantos años. Representa la unión de las generaciones en el tiempo. Es una escalera muy pobre: sucia, sin timbre en las puertas, con los cristales sucios de las ventanas que se ven. Viene a ser como una jaula de la que nadie puede escapar..

  • Trama de la obra. En principio se dice que es cerrada: toda la estructura de la acción en torno al a escalera representa un círculo cerrado del que los personajes no saldrán nunca. Se mueren unos vecinos, pero los van sustituyendo otros que llevan el mismo camino de frustraciones en la misma escalera. No obstante, en el último acto la obra queda abierta: con la expresión ¡Carmina! insistentemente pronunciada por Fernando, se diría que en un futuro se podría romper el círculo cerrado si la mujer ayuda al marido a llevar a la práctica todas aquellas promesas tantas veces repetidas como frustradas.

  • Las promesas frustradas. Los jóvenes tienen ilusiones de cambio, hacen promesas a sus novias, desean estudiar mucho, conseguir una buena profesión, ganar mucho dinero, quieren salir de la pobreza, salir de aquel ambiente.... Se hacen ilusiones sin fundamento, castillos en el aire: casarese, salir de aquella mísera escalera, tener un piso limpio en otro barrio...

  • Los ciclos repetidos. Cada generación de jóvenes se va repitiendo las mismas promesas, los mismos buenos deseos, los mismos castillos en el aire. Pero, en la década siguiente, seguirán en la misma sucia y pobre escalera, con los mismos vecinos, con las mismas frustraciones y pobrezas..

  • Una puerta al futuro, que abre la mujer. Como se apuntó más arriba, al leer la obra se diría que la mujer abre la puerta a la esperanza en unos años cuarenta, cuando su función aparente había sido sólo secundaria: callada, silenciada. Tal vez sea ésta la gran apuesta del autor, medio siglo antes del movimiento femenino más reciente, y de la revalorización evidente del papel de la mujer en el nuevo milenio. Un riesgo evidente para aquellos años, sólo al alcance de autores con la experiencia de Buero Vallejo. Un canto a la gran función familiar de las mujeres en el mundo rural: las verdaderas artífices de la economía familiar, el cuidado de los hijos, las faenas del campo... Sin el trabajo de la mujer, el trabajo del hombre en aquella sociedad del siglo pasado (rural o urbana) no habría salido de la miseria circundante. Tal vez sea ésta la gran apuesta de Buero con una obra tan arriesgada en su día como simbólica, connotadora y novedosa..

4. El tema de la obra

  • La frustración, la impotencia social de las clases más bajas para salir por sí mismas adelante, a pesar de muchos esfuerzos y buenes intenciones para ello

  • La inmensa mayoría de la sociedad en la posguerra no tiene futuro, frente a una minoría privilegiada por el sistema.

  • La irrupción de la mujer como signo de futuro más allá del tópico familiar al que estuvo sometida hasta esos años cuantenta: las mujeres tienen papeles bastante más decisivos en esta obra que los hombres..

5. Los personajes: todos están caracterizados por su forma de actuar; hablan como son, de acuerdo con su registro familiar, social... No obstante, habría que hacer una distinción.

  • Personajes menos positivos, más frustrados, la mayoría: seres del montón, de la vida cotidiana de las calles, desilusionados, pobres de espíritu y de dinero, que malviven como pueden en la penuria.

  • Personajes más optimistas y positivos: es el caso de Paca, por ejemplo, capaz de sobrellevar la pobreza, la deshonra familiar, siempre dispuesta a salir adelante cada día; la escalera no es para ella una prisión, sino más bien un refugio para escapar de la miseria circundante.

  • Las mujeres en la trama. Como se apuntó más arriba, a pesar de las apariencias (protagonistas principales masculinos), desde el principio de la obra las decisiones relevantes las toman las mujeres: ellas pagan los recibos, se enfrentan a situaciones críticas, o intervienen para mover la voluntad de los hombres. Gracias a ellas, se diría que en la perspectiva del autor, se van solucionando los problemas. Con este mismo criterio habría que sobreentender el final del 1º acto, casi idéntico al 3º, final de la obra, con protagonistas simétricos también (Fernando, padre / hijo, y Carmina, madre / hija).

  • Una puerta queda abierta a la esperanza. La situación cerrada en que se encuentran las tres generaciones en torno a la escalera sólo se podrá solucionar si las mujeres colaboran en la ruptura del círculo vicioso: se diría que, en la perespectiva del autor, los hombres seguirán repitiendo mecánicamente sus promesas y caerán siempre en el mismo fracaso (la generación siguiente sería como la anterior), si no intervienen sus mujeres. En ambas situaciones con promesas de cambio, lo mismo Fernando padre que Fernando hijo, insisten, con su lenguaje bien expresivo, en que sólo la ayuda de Carmina (madre e hija también) podrá traducir a la realidad sus buenas intenciones (estudiar, ser delineante, ser ingeniero...). Todo depende de ella. De hecho, la exclamación ¡Carmina! es la última palabra del texto. No puede ser algo casual: parece la voz que deja la puerta abierta a la esperanza del cambio: salir de la escalera, romper aquel determinismo social. Se diría que, en el contexto literario de la obra, la mujer tiene la última palabra.

Esquema breve de los personajes principales y secundarios:

1ª Generación 1
Paca: mujer de clase media baja, esposa del Sr. Juan; madre de Urbano, Rosa y Trini.
2
Sr. Juan: esposo de Paca, padre de Urbano, Rosa, Trini.
3
Generosa: mujer muy pobre y muy justa; esposa de Gregorio; madre de Pepe y Carmina.
4
Gregorio: marido de Generosa; padre de Pepe y Carmina.
5
Don Manuel: vecino más rico de la escalera, dispuesto a ayudar a sus vecinos con su dinero; consiente todos los caprichos a su hija Elvira.
6
Doña Asunción: mujer de apariencias, finge ser una señora con dinero, pero resulta ser la más pobre de la escalera; madre de Fernando, a quien ensalza cada poco.
2ª Generación 1
Fernando: joven conquistador, presumido, fanfarrón, se casa con Elvira, y es padre de Fernando y Manolín.
2
Elvira: hija de Don Manuel, caprichosa, adinerada, se casa con Fernando al que consigue con su dinero.
3
Urbano: obrero joven, defensor del sindicato, se casa con Carmina y es padre de la niña Carmina.
4
Carmina: chica tímida, hija de Generosa y Gregorio, se casa con Urbano.
5
Rosa: chica guapa y presumida, hija de Paca y el Sr. Juan, se casa con Pepe, y termina como una vieja amargada.
6
Pepe: hijo de Generosa y Gregorio, joven fanfarrón, se casa con Rosa, y se va frustrando poco a poco.
7
Trini: joven guapa y simpática, hija de Paca y el Sr. Juan, no se casa.
3ª Generación 1
Fernando, hijo: hijo de Fernando y Elvira (2ª Generación), muy parecido a su padre cuando era joven, presumido, despreocupado, juerguiista, siempre haciendo planes para el futuro; enamorado de Carmina.
2
Carmina, hija: de Urbano y Carmina (2ª Generación), parecida a su madre; enamorada de Fernando.
3 Manolín: niño mimado, hermano de Fernando hijo.

6. El estilo.

  • Hay un lenguaje más culto en las acotaciones, aunque accesible a todo público: las descripciones iniciales para la representación de las escenas dramáticas.

  • Hay un lenguaje más familiar, vulgar a veces, entre diversos personajes de esas clases sociales más bajas, menos privilegiadas. De esta forma, el autor logra una mayor verosimilitud: los diálogos van descubriendo los sentimientos y pensamientos de cada personaje por su manera especial de expresarse

  • Abundan, en consecuencia, las funciones apelativa y expresiva del lenguaje, con numerosos vocativos, interrogaciones, admiraciones..., en toda la obra.

7. A modo de ejemplo.

Como síntesis de todo lo dicho (promesas, castillos en el aire, falta de voluntad...), sirva este diálogo de Fernando con Carmina, casi ya al final del 1º Acto:

Fernando. -Sí. Acabar con todo esto. ¡Ayúdame tú! Escucha: voy a estudiar mucho, ¿sabes? Mucho. Primero me haré delineante. ¡Eso es fácil! En un año... Como para entonces ya ganaré bastante, estudiaré para aparejador. Tres años. Dentro de cuatro años seré un aparejador solicitado por todos los arquitectos. Ganaré mucho dinero. Por entonces tú serás ya mi mujercita, y viviremos en otro barrio, en un piso limpio y tranquilo. Yo seguiré estudiando. ¿Quién sabe? Puede que para entonces me haga ingeniero. Y como una cosa no es incompatible con la otra, publicaré un libro de poesías, un libro que tendrá mucho éxito.

... ¡Carmina!

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por Xulio Concepción Suárez

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