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LOS ÚLTIMOS DRUIDAS:
SABIDURIA RURAL
(IX)
Serie de artículos
que el autor publica todas las semanas
en el diario de LA NUEVA ESPAÑA
Celso Peyroux
Dicen que hace más de veinte mil años los antiguos pobladores de nuestros valles ya ponían nombres a los lugares. Y acertaban en la denominación sin artificios ni manipulaciones.
Sin remontarse a tantos milenios, la sabiduría popular deja bien claro los topo-nimos (apelativos de la tierra) con los que nuestros antepasados fueron bautizando los espacios a lo largo de los siglos: La Ferreirúa, la cumbre más alta de Teberga (teut-briga: lugar fortificado, con "b" de bella) era la "montaña de hierro"; Sobia, en honor a Júpiter; Bárzana, lugar de agua y otros tan sencillos, claros y tangibles como las pequeñas cosas: Fresneu, La Zreizal, Carbayeu, El Güertu'l Diablu, Rebollousa, La Figal, Penalba, Fonfría...
Lugares algunos donde se dejaba sentir el lenguaje de los cinco sentidos: Los Xiblos, la sonora y bella cola de caballo que hace el río La Verde por debajo de la braña de Las Navariegas. Nombres con el género dimensional de lo femenino y del matriarcado. Ellas. ¿Recuerdan? De nuevo ellas. Porque la ventana es mayor que un "ventanu", la "güerta" de mayores dimensiones que el "güertu" y la ría más ancha que el río. La Regueira, La Peral, Las Morteras, Las Camponas y así siempre presente el rostro femenino de la tierra madre.
La sabiduría rural desde los druidas hasta nuestros días con los estudiosos de las raíces y el ser y sentir de nuestra tierra. Y en estas, aparece el profesor Xulio Concepción Suárez y rescata, durante todos estos años, lo más sensible de nuestra identidad: las denominaciones y etimologías de los espacios de la Asturias profunda.
Cientos de excursiones por los pueblos, montes y brañas de los diez concejos que forman el espacio geopolitico de nuestros valles desde Las Ubiñas hasta la mar donde muere el Nalón. Decenas de entrevistas con los lugareños de los setenta y ocho municipios de la región recorriendo palmo a palmo aldeas, cumbres, "güeirizas" y "mayadas".
La recuperación de la palabra muda que se moriría con los hombres y las mujeres sabias. El Diccionario etimológico de toponimia asturiana es una bella realidad con sus treinta y cinco mil voces. Labor ardua y plausible. Un antroxu.
¿Conoce usted algún sabio? Sí, mi abuelo materno que no sabía leer ni escribir (José Saramago). Pero -añado- con las luces de la naturaleza en el alma.
A ver si van aprendiendo algunos "sabios" del vetusto y alcanforado caserón del RIDEA donde ni son todos los que están ni están todos los que son. ¡Feliz Navidad!
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