:
(placa con la Paloma de la Paz,
del escultor Juan Rionda
)
LOS ÚLTIMOS DRUIDAS:
MEMORIAL
(VIII)
LA NUEVA ESPAÑA,
5 de mayo de 2007
Celso Peyroux
Que dice el poeta Miguel Casado que somos lo que fueron nuestros ancestros. La esencia del hombre se fue transmitiendo de padres a hijos y, así, nos fueron legando -en una evolución sin descanso- sus formas de vida, su ser y sentir, los logros y los progresos que cada generación lograba con sus esfuerzos e inteligencia para los suyos, es decir, los nuestros.
También el hombre quiso siempre recordar a los que le precedieron por el sentimiento innato de la ausencia, por el arcano del más allá: túmulos funerarios, estelas, estatuas, esfinges, monolitos, grabados, pinturas, bustos, árboles y monumentos para el recuerdo y la gloria.
La potencia del alma, que retiene el pasado, y la maravillosa y misteriosa hélice de la genética nos hacen volver, a menudo, la vista atrás para recuperar el tiempo perdido y regresar los pasos por huellas y sendas impregnadas de imágenes y sonidos: unas, alegres y, otras, las más, dolorosas. Hay hombres y mujeres que estarán siempre presentes con nosotros, y la esencia de lo que fueron y nos legaron permanecerá durante siglos, porque la memoria es el álbum de los recuerdos.Hay épocas y eventos que fueron tan cruciales que el hombre los rememora para ensalzarlos como acciones heroicas o como paradigmas del dolor humano, con el deseo profundo de que no vuelvan a acontecer, de que la paz y la concordia sean posibles en aras de un mundo mejor.
Ahora, después de tanta tinta sobre el papel, lágrimas, dolor y silencio,¿cómo aventurarnos a escribir sobre la gran tragedia de la guerra civil? Quienes hemos investigado sobre rencores y venganzas, denuncias y muertes, sabemos que es, de todas las tragedias de España, la más cruel, pero que aún permanece en el tálamo de la memoria.
Hoy, por la tarde, se inaugurará en Entrago de Teverga un sencillo memorial a las víctimas de aquella tragedia. A todas. El monolito se levanta frente al Palacio de Agüera, como triste recuerdo de aquellos años de una contienda fraterna. Entre sollozos y recogimiento habrá una misa, palabras literarias, ofrenda floral y palomas al viento. Y nunca más. «No hay caminos para la paz; la Paz es el verdadero camino» (Gandhi).
(ubicación del monolito, Entrago)MEMORIAL A TODAS LA VÍCTIMAS DE LA GUERRA CIVIL
Entrago (Teverga).
V. DÍAZ PEÑASEmoción y recuerdo. Éstos eran los sentimientos que se palpaban el pasado sábado en Entrago, en el concejo de Teverga. Allí, tras varios meses de dedicación y trabajo, se erigió el que es el primer monolito a las víctimas de la guerra civil en Asturias, a todas las víctimas, a las de un bando y a las de otro, en un acto cargado de simbolismo en el que no faltó la consabida suelta de palomas para pedir la paz.
El monumento fue levantado gracias a un empeño vecinal digno de ser imitado. En él, además, participaron los ayuntamiento de Grado, Somiedo y Villablino (León), así como las asociaciones vecinales «El Furau», de Villa de Sub y«Descendientes y amigos de la Focella», la asociación juvenil Valdetexu, la asociación cultural Tebrigam Diligentes, la asociación nacional para la recuperación de la memoria histórica y descendientes de exiliados a Burdeos (Francia). Un elenco de participantes que también contó con el apoyo por carta de municipios de toda España.
El acto comenzó con unas palabras del colaborador de LA NUEVA ESPAÑA Celso Peyroux, quien agradeció el apoyo recibido y leyó varias cartas que aplaudían este homenaje a la concordia y la convivencia, unas misivas que aún continúan llegando a Teverga, como la del presidente del Principado de Asturias, quien señaló la importancia de actos como éste, que afianzan «los pilares democráticos de justicia, paz y libertad».
El escritor Jose María Ruilópez fue el encargado de llevar a cabo una lectura en la que se daba cuenta de la necesidad de homenajear a todos los caídos durante la contienda civil. Ruilópez habló de la importancia de que permanezcan en la memoria «los nombres de los que fueron y dejaron de serlo de modo imprevisto, irracional y doloroso», y los más de cien participantes en el acto no dudaron en responder con un emotivo aplauso.El monolito fue descubierto como símbolo de convivencia por los descendientes de dos familias, una de cada bando, instante en el que las lágrimas estuvieron a punto de brotar. Tras muchos años se rendía homenaje a los que perdieron su vida y dejaron viudas y huérfanas a muchas familias en Teverga, Asturias y toda España. Entonces fue cuando se soltaron dos palomas y se realizó una ofrenda floral.
Algunos de los participantes en el homenaje echaron en falta la presencia de la regidora, debido a la importancia del mismo. Sin embargo, sí que hubo una representación de concejales de Izquierda Unida de Riosa, Morcín y Teverga y un nutrido grupo de vecinos que quisieron participar en este acto, inédito hasta ahora en Asturias.
Así pues, todas las víctimas fueron honradas en Teverga, con el único ánimo, tal y como se recoge en la placa del monolito, de defender la paz, la convivencia y la reconciliación entre hermanos. Que cunda el ejemplo.---------------------------
LOS ÚLTIMOS DRUIDAS
La Nueva España,
19 de mayo de 2007-05-22
por Celso PeyrouxDIGNIDAD
Es la necesidad emocional que todos tenemos -o que tendríamos que tener- de hacer bien las cosas. Se funda en un proceso del aprendizaje de aquello que es bueno o malo, de cómo nuestras obras y acciones son recompensadas o castigadas y de cómo eso nos permite sentirnos libres. En efecto, la persona digna se siente en libertad y entiende los valores que le permiten actuar con consecuencia. Demuestra así el individuo su dignidad por su capacidad de ser ético y generoso -consigo mismo y con los demás- en los actos que realiza a lo largo de su vida.
La persona digna puede sentirse orgullosa de las consecuencias de sus actos y principios éticos y de quienes se han visto afectados y favorecidos por ellos. En sentido moral se diría que todo principio es aquel juicio práctico que deriva de inmediato de la aceptación de un valor. Del valor más básico -el valor de la vida de todo hombre o mujer, es decir, su dignidad humana- se deriva el principio primero y fundamental en el que se basan todos los demás.
Sobre estas líneas producto de meditaciones, lecturas y de palabras de grandes pensadores deberían reflexionar la alcaldesa «socialista» de Teverga, su equipo de gobierno y sus concejales. Nadie del nutrido grupo de personas que nos congregamos frente al palacio de Agüera -en aquella inolvidable tarde primaveral, para ensalzar el recuerdo, el homenaje, la dignidad, la paz, la reconciliación, la convivencia y dar voz a quienes la habían perdido durante estos últimos setenta años- acierta a comprender su ausencia.
El político que pierde su dignidad tiene que abandonar, de inmediato, el noble papel que le ha encomendado la sociedad e irse por la puerta trasera en busca de otros horizontes. Nuestra Constitución es clara y rotunda en los«Derechos y deberes fundamentales de la persona, la dignidad, los derechos inviolables que le son inherentes, (...) son fundamento del orden político y de la paz social». Gracias, señor Presidente del Principado, por sus palabras: «...incorporáis a la Historia un pasado que, aunque doloroso, forma parte de la memoria colectiva de todos los asturianos y asturianas y de nuestros más firmes fundamentos para vivir en paz y libertad».
(los últimos retoques
del Memorial)EL PRESIDENTE DEL PRINCIPADO,
CON LAS VÍCTIMAS DE LA GUERRA CIVILEl pasado sábado cinco de mayo se inauguró en Entrago de Teverga el Memorial a la Víctimas de la Guerra Civil. Fue un acto entrañable. Más de un centenar de personas se dieron cita frente al palacio de Agüera en una tarde soleada y con los sentimientos a flor de piel.
Tras el discurso literario del escritor tevergano Jose María Ruilópez (bisnieto de una de las víctimas mortales), el momento más emotivo fue, sin duda alguna, cuando dos familias de bandos diferentes retiraron la bandera de Asturias que cubría el monolito con la inscripción:A la memoria de los hijos e hijas de Teverga y de cuantos hombres y mujeres perdieron la vida durante la Guerra Civil. En recuerdo de las víctimas de los bombardeos aéreos del 4 de noviembre de 1936. Paz, reconciliación y convivencia. Primavera de 2007 Suscripción popular.
Luego hubo una ofrenda floral y la suelta de dos palomas por niños del concejo. Al Presidente del Principado, D. Vicente Alvarez Areces, se le habían solicitado unas palabras para el acto como broche final del programa. Por retraso en el correo o motivado a otras circunstancias, la carta del Presidente llegó con retraso, dos días después de concluido el acto.
Una misiva que por su contenido de paz, reconciliación y convivencia entre los asturianos motivo principal de nuestro proyecto- reproducimos literalmente:Estimados amigos y amigas: Me hubiera gustado acompañaros en Entrago, donde un grupo de hombres y mujeres, Amigos de Teverga; recordáis una pérdida humana que no sólo quebró la convivencia, sino que empobreció la vida de unas generaciones que tuvieron que crecer con ausencias, silencios, miedos y con sus libertades cercenadas.
Los Amigos de Teverga dais un paso firme para reforzar la cohesión y solidaridad entre las diversas generaciones de españoles en torno a los principios, valores y libertades constitucionales. Al aprobar la Constitución de 1978, los españoles avanzamos en la consolidación de una convivencia que pasaba página para no resucitar odios o alentar deseos de revancha. Tras estas tres décadas de convivencia en libertades, de aquel lejano enfrentamiento civil sólo queda en la sociedad española el aliento de la Historia.
Aunque aún había una deuda pendiente: el reconocimiento general a todas las víctimas de la Guerra Civil y a aquéllas que durante la Dictadura padecieron persecución o vilolencia por defender sus ideas democráticas y de libertad. Deuda que las Cortes Generales abordaron el año pasado con la declaración de 2006 como Año de la Memoria Histórica, y que actualmente se completa con el debate del Proyecto de Ley para el resarcimiento de las víctimas de la represión del Franquismo.
Es muy oportuno que también los ciudadanos promovamos homenajes como este Memorial a las Víctimas de la Guerra Civil, para abordad, de forma madura y abierta, la relación con nuestra memoria histórica, teniendo en cuenta que recuperarla es la manera más firme de asentar nuestro futuro de convivencia. Todos los países tienen en su historia momentos difíciles.Nosotros hemos tenido una guerra civil que fue dramática, pero cuando una democracia es sólida y segura, los ciudadanos miramos al pasado con una perspectiva de generosidad, de encuentro y de reconocimiento, como hacéis los promotores del Memorial a las Víctimas de la Guerra Civil. Y miramos, sobre todo, al futuro; a un futuro que se dibuja con la silueta de la paloma que preside el monolito del artista gijonés Juan Rionda, y que nos habla de una cultura de paz y democracia, de diálogo para encontrar acuerdos de tolerancia y respeto como forma de convivencia.
Por todo ello, me hubiera gustado acompañaros en este acto de recuerdo y homenaje a quienes sufrieron las consecuencias de la Guerra Civil en Teverga, a aquellos tres vecinos que perdieron la vida y a cuantos resultaron heridos en los bombardeos del cuatro de noviembre de 1936, a los que desde Entrago fueron conducidos a El Táranu, y a todos cuantos después lucharon contra la Dictadura en defensa de las libertades y derechos fundamentales de los que hoy disfrutamos.Los hombres y mujeres que este sábado participáis de la suelta de dos palomas reafirmáis un acto de reconciliación y convivencia sobre sólidos pilares de democracia, justicia y libertad, y a la vez, con toda la normalidad democrática, incorporáis a la Historia un pasado que, aunque doloroso, forma parte de la memoria colectiva de todos los asturianos y asturianas y de nuestros más firmes fundamentos para vivir en paz y libertad. Por lo que contáis con todo nuestro apoyo".
Vicente A. Alvarez Areces, Presidente Gracias Sr. Presidente en mi nombre y en el de Tebrigam diligentes (amigos de Teverga) por su carta de profundo calado democrático y de renovadas esperanzas.
Teverga, Celso Peyroux
Diario LA NUEVA ESPAÑA,
12 de mayo de 2007INAUGURACIÓN DEL MONOLITO
EN MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS DE LA GUERRA CIVILJosé María Ruilópez.
Al afrontar mi plática en este acto de inauguración de un monolito en memoria de las personas del Concejo de Teverga muertas durante la Guerra Civil, soy consciente de que aún perviven sensibilidades muy próximas, ante unos hechos, que forman parte de nuestra mas tétrica historia reciente. Todo conflicto civil lleva implícito un volumen de terror, de angustia, de deterioro de identidades, transformación de sentimientos, germinación de odios, renacer de rencores, oportunidades de venganzas y cualquier otra causa que se me escape, que demuestra, sobre todo, lo que es la condición humana.
Cualquier individuo nos puede parecer que lleva una vida reposada, equilibrada en su ámbito familiar, ejemplar en lo laboral y sosegada en lo cívico. Hay que ser muy hábil para poder desentrañar los entresijos psicológicos de la gente en condiciones normales. Podemos afirmar que es una persona un poco rara, si se sale un ápice de la regla. O que es un poco maniática si manifiesta inclinaciones impropias de la colectividad.
Tiene que aparecer una espoleta, una espuela o un acicate externo para que el individuo saque de su interior todo lo que tiene de bueno y de malo. Puede que ambas características del ser humano, la bondad y la malicia, sean del mismo peso, pero, sin duda, no tienen el mismo volumen. La maldad sobrepasa en mucho a la bondad en volumen: Es más llamativa, se manifiesta de modo más áspero, más desafiante. Presenta maneras imperativas.
Características prepotentes. Domina geografías muy concretas. Sus acciones trascienden con más rapidez y dejan peores secuelas. Alcanzan mayores regiones familiares. Se afianzan en el futuro durante mucho más tiempo. Impregnan lo que tocan y contagian con lo que ejecutan. La bondad, en cambio, podríamos representarla como una caricia, como una mueca sencilla, como un intento de llevar algo a cabo, pero pocas veces conseguido. Se asemeja a la placidez, se trasluce en lo cándido, se mueve de día, desafía con calma y nunca somete, ni activa, ni explota, ni arremete.
Y siempre aplaca, confía, asume, tercia. Ambas cualidades conviven en el individuo bajo la superficie, como dice la psiquiatría. Pero hay ocasiones, en que las influencias externas consiguen, a base de crear situaciones extremas en el ámbito de la vida, a base de acuciar a las emociones, de trasgredir los sentimientos, y sobre todo de trastocar los cuerpos, que los individuos provocados de esa forma, dan rienda suelta a todo eso que llevan dentro, bajo la superficie, envuelto en un cierto olvido, pero vivo, latente, quizás a la espera de una llamada. Y esa llamada, es la guerra.
Para el filósofo francés, Jean Paul Sartre, el hombre en su origen es algo indeterminado, y sólo nuestros comportamientos y acciones forman el perfil de nuestra personalidad. Frente a la noción de naturaleza humana él defiende la condición humana. La naturaleza humana presenta una arquitectura propia desde el nacimiento, desde donde se manifiesta luego el individuo. Desde le punto de vista religioso el hombre tienen un alma, que es la propia naturaleza del mismo. Desde la biología la naturaleza genética del individuo es la misma para todos los hombres sin determinar el lugar o época de nacimiento.
En el existencialismo, Sartre introduce le término condición humana, que es como la plataforma general desde la que actúa el hombre. El altruismo y el rencor son dos de los parámetros por los que transita el hombre en muchas ocasiones. Y que también forman parte de esa condición humana. El altruismo como actitud desinteresada de ayuda a los demás. El rencor como soterrado sentimiento de espera de una ocasión de venganza. Ambos ingredientes de esa condición humana se manifiestan en los momentos más inesperados, pero siempre desde la ocasión negativa externa, desde el momento crucial, o desde la circunstancia que se manifiesta extrema.
Ahora estamos aquí para inaugurar un monolito que deje constancia de que hace setenta años una condición humana muy concreta desató todas sus interioridades para concitar en un momento puntual y en un lugar determinado un hecho luctuoso, lamentable y trágico. Cuando estudiábamos en el Colegio San Pedro de La Plaza, la teología nos hablaban de que las potencias del alma eran tres: memoria, entendimiento y voluntad. Hoy, aunque revisados estos parámetros del comportamiento humano, la memoria sigue siendo el soporte sobre el que transita el individuo.
No se puede comprender la vida sin la memoria. El filósofo y político romano, Cicerón, decía que la vida de los muertos está en la memoria de los vivos. La memoria nos da la conciencia del tiempo, nos define los cambios en nuestra fisiología, nos ayuda a comprender el presente, nos da la pauta para que entendamos quienes somos. En tres de mis novelas he trabajado con la amnesia psicógena como elemento creativo. La amnesia psicógena es una patología que se manifiesta con la ruptura del andamiaje de los procesos mentales, como son la cognición, la emoción y el estímulo. O por decirlo de un modo vulgar, es el olvido del pasado general de un individuo.
Los personajes que se ven desposeídos de memoria no saben cómo se llaman, ni donde viven, ni quienes eran sus padres, ni cual era su actividad laboral, ni el ámbito social en que vivían. Se convierten en seres errantes. Que no pueden responder a ninguna pregunta. Que no encajan en una sociedad en la que todo el mundo habla de su pasado. Donde todo el mundo crea su presente a base de contar su pretérito: Las historias familiares, los orígenes geográficos, las amistades de siempre, los compañeros de estudios, los amores perdidos, las peripecias, las anécdotas, los sinsabores y los hechos felices.
La memoria no puede ser, y de hechos no lo es, una acusación, ni la manifestación de un rencor, ni el sentimiento de una venganza. Si así fuera, estaríamos en otras circunstancias sociales muy diferentes a las que estamos ahora. Estaríamos acuciados, como decía antes, por un ente exterior que nos haría sacar de nosotros, de nuestra condición humana, todo lo malo, y quizás también todo lo bueno que tenemos bajo la superficie.
Lo malo y lo bueno, dos sentimientos de combate en cuanto están juntos bajo el catalizador de un conflicto de dispares intereses ideológicos. Ahora lo que se pretende es dejar constancia de la memoria por medio de este sencillo monolito. Bien es cierto que tenemos miedo de que la memoria nos abandone, a muchos los abandona con los años, y los convierte en enfermos. No deseamos ese tipo de enfermedad para nadie. No podemos convertirnos todos en enfermos.
Y si así fuera, estas representaciones estéticas, que ilustran la historia local, dejarían permanente memoria de lo que pasó. Notificarían unos hechos lejanos, pero también muy próximos en la mente de los que ya somos herederos de las víctimas y de los verdugos de aquel momento histórico. Porque la muerte violenta nunca es patrimonio de la soledad, ni del hombre aislado, sino inmerso, muchas veces de modo involuntario e injusto, en un medio social desquiciado. No voy a citar a personas ni humildes, ni ilustres, ni próximas, ni lejanas, que perdieron la vida en la contienda civil en estos valles.
Pero sí es necesario que en la memoria particular de cada uno permanezcan los nombres de los que fueron y dejaron de serlo de modo imprevisto, irracional y doloroso. Y, en este caso, con claro desequilibrio hacia personas con posturas sociales de izquierda. Porque todavía muchos de ellos permanecen bajo tierra extraña. Ajenos a ceremoniales. Ignorantes de un hoy que se les negó. Y de una tierra reconocida que se les hurtó. Porque todo individuo es merecedor de un entierro digno. Y porque la memoria de nuestros parientes es la trama sobre la que se sustenta nuestra propia existencia.
Y, queramos o no, todos somos hijos de la misma vida. Venimos de la misma noche. Habitamos similar corporeidad. Y mantenemos semejantes vínculos genéticos con el pasado. No podemos caer en la manipulación partidista de la memoria. El pasado ya está escrito y sólo se puede contar, conservar y recordar. Pero nunca convertirlo en instrumento para la reactivación de las emociones encontradas, ni como revulsivo para el nacimiento de vericuetos que enajenen la convivencia.
Querer olvidar es renunciar al particular soporte estructural de la genética natural del individuo. Convertir el recuerdo en acusación es llevar a un camino retrospectivo y desaconsejable. Pero sí debemos tener presente a las víctimas que esperan todavía una sepultura digna como colofón definitivo a tanto desatino. Recordar para ser mejores creo que nos puede llevar a un presente más pulcro en la convivencia, más equilibrado en los encuentros, y con mayor convencimiento de que el ayer fue el que fue, pero, aunque no se puede renunciar a él, tampoco debe ser instrumento de confrontación, ni elemento de discordia.
Como mucho, motivo de análisis y materia fecunda para los historiadores. La geografía que nos circunda y los inmuebles que nos rodean han sido testigos de todo lo que ahora está en la mente de los presentes en este acto. Y aunque la magnitud de nuestras peñas, o la serenidad de los palacios, o el calor de los hogares, o el resplandor de los valles, o la parsimonia de los rumiantes nos transporten a un mundo idílico por sí mismo, la condición humana está al acecho para trastocar todo esto que hoy nos es positivo, en lo que un día fue pena, pavor y podredumbre.
Y sin olvidar lo que aún está pendiente. Hay que confiar, no obstante, en que eso ya no va a suceder más. Y en esa confianza, que está en mi deseo, doy las gracias a los presentes por participar en este encuentro, y creo que, finalmente, podemos darnos la enhorabuena por ser de donde somos, por tener ahora lo que tenemos y por confiar ahora en lo que confiamos. Buenas tardes.
TEBRIGAM DILIGENTES
-Amigos de Teverga-Forum para el progreso y el bienestar humano, la defensa del patrimonio rural, histórico, artístico, la cultura y la naturaleza
MEMORIAL A LAS VÍCTIMAS DE LA GUERRA CIVIL
Las personas, Instituciones y Asociaciones que generosamente han apoyado económicamente esta iniciativa y deseen conocer el balance final y estado de cuentas pueden hacerlo consultando.
-La página web: http://www.xuliocs.com/CPeyroux
-El correo electrónico: celso_peyroux@hotmail.com-Por correo ordinario a:
Tebrigam diligentes, Chalet de D. Santiago
San Martín de Teverga 33111.
Asturias (Se ruega incluir el remite).NUESTRO MÁS SINCERO AGRADECIMIENTO
A LAS PERSONAS QUE DE UNA U OTRA FORMA
NOS HAN APOYADO.
A LAS INSTITUCIONES Y ASOCIACIONES VECINALES.
A QUIENES HAN ESTADO PRESENTES
EN EL DIA DE LA INAUGURACIÓN.-------------------------
BALANCE FINAL Y ESTADO DE CUENTAS
Ingresos.....................................................................1.140 Euros
(Cuenta Nº 2048 0045 4 8 0340005889
de Cajastur en la Delegación de Teverga
Gastos
-Paloma de bronce en relieve
del escultor Juan Rionda.............................................. 400 Euros
-Placa en piedra Cenia con huecograbado.................... 320
-Transporte de monolito a su emplazamiento.................. 30
-Alquiler de herramientas: Grupo electrógeno,
radial, otros utensilios y materiales................................ 100
-Mano de obra. Generosidad de varias personas..............
-Ornamentación verde:
-Árboles, arbustos, plantas, abono, turba..................... 102
-Ramo de ofrenda floral ................................................. 25
Varios
-Palomas .........................................................................12
-Antorcha Luminaria ........................................................11
-Permiso de obras de la Consejeria
de Obras Públicas del Principado................................... 10
-Cartelería: murales y programas de mano .... ................62
-Servicio de megafonía....................................................15
-Colaboración con el Proyecto del Pozo El Táranu"........50
TOTAL Euros (IVAS INCLUIDOS).............................1.137
Teverga, 22 de mayo de 2007
Ver Monolito a las Víctimas de la Guerra Civil (II):
Entrago
Ver Los últimos druidas (XIII)
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