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resumen del texto leído

REAL INSTITUTO DE ESTUDIOS ASTURIANOS

Lectura del
Discurso de ingreso como miembro de número permanente
del Real Instituto de Estudios Asturianos
bajo el título El paisaje toponímico asturiano:
unidad dentro de la diversidad

por Julio Concepción Suárez .

Contestación
por Don Joaquín Fernández García

DISCURSO DE CONTESTACIÓN
DEL MIEMBRO DE NÚMERO PERMANENTE DEL RIDEA
D. JOAQUÍN FERNÁNDEZ GARCÍA

Ilustrísimo Sr. Director del RIDEA, Ilustrísimos Señores Miembros de Número y Correspondientes del RIDEA, Señores y Señoras asistentes, bienvenidos a este sencillo acto en el que recibimos como Miembro de Número Permanente de esta Institución al lingüista y filólogo asturiano D. Julio Concepción Suárez.

Es un honor para mí apadrinarlo en tan importante momento tanto para el interesado como para el Real Instituto. Seré muy breve contra lo que es habitual en este tipo de actos protocolarios repartiendo los próximos minutos en resaltar tres cuestiones; por un lado, mostrar el currículo científico del nuevo miembro del RIDEA; y, por otro, enfatizar algunas cuestiones relacionadas con la toponimia u onomástica geográfica, disciplina a la que se ha dedicado nuestro recipiendario durante muchos años de su vida y sigue dedicándose. Finalizaré mi actuación, comentando las líneas maestras de su importante discurso de ingreso.

BREVE BIOGRAFÍA DE D. JULIO CONCEPCIÓN SUÁREZ: Una vida dedicada a la docencia y a la lingüística

No voy a realizar aquí y ahora un pormenorizado currículo de D. Julio Concepción Suárez, pero si dejaré constancia en amplio anexo los datos precisos de su vida y de su obra; su biografía, podría perfilarse en este apretado resumen de este modo; nacido en Herías, una aldea del concejo de Pola de Lena, se mantuvo en contacto con el medio rural desde su más tierna infancia, circunstancia que, con el tiempo, definiría su afición por la cultura asturiana en general, y la toponimia en particular.

Tras una sólida formación humanística, cursó estudios de Filología Románica en la Universidad de Oviedo, en la que, primero se licenció y después se doctoró. Allí recibió enseñanzas de ilustres lingüistas entre los que cabe destacar a D. Emilio Alarcos Llorach y a D. Jesús Neira Martínez y otros.

Pronto, obtendría Cátedra de Lengua y Literatura de Instituto que ejerció de modo ininterrumpido hasta la fecha. Y, conseguiría algo que pocos profesores consiguen: ser maestro de generaciones de alumnos, combinando sus investigaciones de gabinete y de campo con la docencia; pero con una notable originalidad: vertiendo en la mente de sus jóvenes alumnos sus conocimientos, y haciéndoles participes de sus inquietudes investigadoras en programas docentes dignos de ser estudiados y emulados, en los que se combinan cuestiones de interés general y de cultura local asturiana o lenense.

Nada mejor se puede decir de un profesor de Lengua y Literatura, quien en su celo docente y para estimular el interés de sus alumnos, ha llegado a montar obras de teatro con ellos y con escasos o nulos medios materiales.

La laboriosidad, ha sido un constante en la vida de D. Julio Concepción Suárez; una laboriosidad apasionada, no regateando esfuerzos día a día, semana a semana, mes a mes y año a año; digo apasionada porque su amante, la toponimia, vive en el campo y es muy ubicua; de ahí que su amorosa dedicación esté en constante movimiento de concejo a concejo, de majada a majada y de pueblo a pueblo; y de ahí que le conozcan, le aprecien y le quieran miles de campesinos, vaqueros y pastores asturianos, sus informadores.¡Qué bello es todo esto! Que una persona, una sola persona sea capaz de llegar a las raíces culturales de su pueblo y derrame toda su sabiduría sobre un alumnado joven.

Y, ya para rematar esta genérica biografía una última afirmación. Julio Concepción Suárez es una buena persona, un buen paisano , como dicen en mi tierra. Entre sus miles de informadores, al menos, tiene esa fama de trabajador, callado, respetuoso y amable; y, nunca dio que decir . A Julio Concepción Suárez se le quiere y respeta en Asturias y allí a donde quiera que vaya.

La segunda cuestión que suscitamos en este breve discurso de contestación es la importancia que tiene y creemos se le debe dar a la toponimia.

ALGUNAS CUESTIONES DE INTERÉS SOBRE TOPONÍMIA

Trataré, únicamente, de fijar algunos conceptos y resaltar la importancia cultural de la toponimia u onomástica geográfica . Como es sabido, se trata de una disciplina centrada en el estudio etimológico de los nombres propios de un lugar.

La importancia de la toponimia reside en su utilidad como fuente auxiliar para el conocimiento histórico y cultural de un pueblo o de una región; y, ello en dos vertientes: por un lado, descifrar el significado real del topónimo a partir de su origen lingüístico; en nuestro caso, romano o prerromano; y por otro, profundizar en su trascendencia cultural.

El significado de los topónimos en sentido estrictamente etimológico, es un ejercicio que permite dibujar una amplia geografía común, prerromana, a muchos países de Europa; y cabe pensar que el lenguaje toponímico es uno de los más primitivos que creó el hombre en su permanente diálogo con el paisaje para poder sobrevivir. Diálogo que se diversifica en hidrónimos y orónimos que en muchas ocasiones son auténticos hagiónimos y teónimos. El significado de los topónimos por si mismo nos aproxima a nuestras raíces y creencias, a veces comunes a amplias zonas geográficas como ya señalamos.

Pero hay más, la toponimia es algo vivo como lo es la historia y la vida de los pueblos. En efecto, hay topónimos que apoyan la existencia de restos arqueológicos; hay topónimos que permiten afirmar migraciones de pueblos y la implantación sucesiva de varias religiones en una región; hay topónimos que delatan una emigración de ida y vuelta como en el caso de los indianos; y muchas cosas más de indudable interés porque hay topónimos que permiten reconstruir el paisaje agrario del pasado y la posible marginalidad geográfica actual de una región; y aquí, podríamos abrir un largo paréntesis de temas que derivan del conocimiento toponímico. En casi todos ellos ha profundizado nuestro nuevo miembro de número del RIDEA.

La tercera y última cuestión que traigo aquí, es un breve comentario sobre el discurso de ingreso que acabamos de oír.

EL DISCURSO: LA IDENTIDAD CULTURAL DE LOS ASTURIANOS

La toponimia, es la más antigua guía de la naturaleza, en la que se recogen los lugares siguiendo el criterio mayor de la utilidad; o, mejor dicho: de la seguridad (vital, alimenticia, vial, etc.) De todo el mundo es sabido que los pueblos ágrafos y los primitivos actuales evalúan la realidad según un doble criterio: lo que es bueno para la supervivencia y lo que es malo para la misma; lo bueno sería lo seguro y lo malo lo inseguro.

Esta dicotomía mental y afectiva en torno a la realidad física y espiritual, presidía su elemental pensamiento. Y, el lenguaje toponímico es claro ejemplo de ello. Este, es el gran tema de fondo que suscita el Doctor Julio Concepción Suárez en su magistral discurso.

La segunda cuestión que plantea el nuevo miembro de número del RIDEA, se basa en sus amplios conocimientos de toponimia europea, española y asturiana. Estamos seguros que los homínidos iniciaron un lenguaje balbuceante y onomatopéyico, que fue incorporando raíces con la aparición de lenguajes más o menos conformados y conocidos (preindoeuropeo, indoeuropeo, ligur, precelta, protocelta, ibero-celta, ibero, vasco, lenguas germánicas, latino, grecolatino, latinizado, cristiano, cristianizado, alto medievo, bajo medievo, americano, español actual, etc.)

De todo ello se deduce la estrecha relación familiar de la toponimia europea, española y asturiana. Podrán discutirse cuestiones puntuales sobre el origen de algunos topónimos. Eso, les corresponde a los lingüistas. A nosotros, solo nos cabe resaltar lo que acabamos de decir.

Y ya finalizo. Bienvenido seas, Julio Concepción, a esta Institución; tu laboriosidad, tu buen hacer y tu bonhomía la enriquecerán, sin lugar a dudas. Yo creo que tus votantes para ser admitido como Miembro Permanente de Número hemos acertado plenamente al elegirte. Los que estamos dentro, esperamos mucho de ti y sabemos que no nos defraudarás.

Te felicito personalmente y en nombre de todos y felicito a tu sufrida esposa, quien sabedora de que tienes por amante a la toponimia en muchos lugares de Asturias, te lo tolera, consciente de la importancia de tu labor; y felicito a tus dos primorosas hijas, animándolas a que sigan tu ejemplo en sus respectivas ocupaciones: la Ingeniería Química y la Farmacia.