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El poblamiento en Lena.
Las villas

Como se dijo en otro lugar, el poblamiento de Lena está organizado en torno a tres cuencas mayores marcadas por los ríos correspondientes: valle del Güerna, valle del Payares, y el propio valle del río que dio nombre al concejo (el valle del río Lena, entre Campomanes y Sovilla..

En cada una de ellas se observa una primera distribución de los poblados en torno a una serie de villas principales, nacidas de la organización romana: Villayana (villa Iuliana, o villa Plana, según otros) y Carabanzo (villa Carauantius), al norte; Mamorana (villa Memoriana, 'de Memorius'), en la ribera más amplia y soleada del río Lena, a su paso por lo que luego sería La Vega'l Ciegu (lugar ya más 'escondido, ciego', al paso por el valle); Corneyana (villa Corneliana, 'de Cornelius), sobre la confluencia de los ríos que luego daría lugar a Campomanes, con razón llamada, en la tradición oral, Trambasaguas.

Ya por el valle del Güerna, Tiós (villa Teodosii, 'de Teodosio'), y Xomezana (villa Diomediana, 'de Diomedes'). Y, por el valle del Payares, Parana (villa Parana, 'de Parus'), y Güeches, Güelles (villa Arbolis, como en el apellido Argüelles, tan asturiano).

Habría que añadir en el concejo lenense otras muchas villas que en los primeros siglos romanos y altomedievales no pasarían de ser completas 'caserías rústicas, unidades de explotación rural'. Es el caso de los actuales Vichar (varios), Vichaseca, Cimavicha, Fondesdevicha, Vicharín, Vicharón, Vichanueva, Vichareyo…, En unos casos, la 'casería se fue transformando en 'aldea, en pueblo mayor, en pueblo grande'; en otros, se vuelve al despoblado.

Más tarde, la organización fue parroquial, con 23 parroquias, cada una con su correspondiente protector patronal: (San Pedro de) Cabezón, (Nª Señora de) Campomanes, (San Román de) Carabanzo, (Santa Eugenia de) Casorvía, (Santa María de) Castiecho, (San Vicente de) Columbiecho, (Santa María de) Congostinas, (San Lorenzo de) Felgueras, (San Claudio de) Herías (Santa Eugenia de) Muñón Cimeru (San Miguel de) Payares, (Santa María de) Parana, (San Juan Bautista de) Piñera, (San Martín de) La Pola, (San Martín de) Las Puentes, San Miguel del Río, (San Antolín de) Sotiecho), (Santa María de) Teyeo, (San Cristóbal de) Tuíza, (San Martín de) Villayana, (San Pedro de) Xomezana, (Santiago de) Yanos de Somerón, y (San Miguel de) Zurea; cada una de ellas con sus correspondientes pueblos, que llegaron a sumar hasta un total de 246.

La distribución del poblamiento lenense, en cambio, se fue modificando sustancialmente en las últimas décadas, en un evidente proceso de emigración rural. Por citar sólo algún ejemplo, pueblos como Alceo de los Caballeros, con medio centenar de habitantes por los años treinta, están hoy deshabitados; y otros como Bendueños, con 103, entonces, no llegan hoy a la media docena.

En el proceso inverso, La Pola, que no llegaba a mil quinientas personas en las mismas fechas, tiene hoy casi diez mil. Una breve ojeada al poblamiento actual mediante una pirámide de edades refleja las consecuencias: si hasta los cuatro años de edad hay sólo 306 niños (entre todos los pueblos del concejo); y entre cinco y diez años, 515; entre 65 y 100 años, en cambio, pasan de 3.000 (hombres y mujeres), la mayoría con residencia en las villas mayores o en la misma Pola. El desplazamiento rural, el cambio de actividades, las nuevas zonas de residencia y de trabajo son evidentes. también en Lena.

El entorno montañoso, el clima, los suelos en parte calizos o húmedos según la altura, la orientación de la vertiente, etc., dieron lugar en Lena a una importante tradición agrícola y, sobre todo, ganadera, que ha llegado a nuestros días en una rica cabaña de vacas roxas, simbolizada cada otoño en la Muestra Ganadera de Xomezana (último domingo de octubre).

En la mayoría de los pueblos quedan las irías, las morteras, el xitu, las cortinas, las borronás, las panizaliegas…, con una productiva organización de labores agrícolas, mediante las correspondientes andechas, esfueyas…, para trabajar y recoger los productos en buena vecindad. Quedan los nombres de los propios poblados para recordarlo: La Cortina, Herías, Heros, Ronzón, La Rozadiecha, Tablao…

Y queda el producto de la escanda y sus derivados, como entrañable símbolo remozado de una importante producción cerealística, hasta hace poco muy abundante desde las riberas y ribayas más pendientes del fondo de los valles, hasta las mismas faldas secanas de las calizas más altas. La Fiesta l'Ascanda de Xomezana lo recuerda también cada verano (último domingo de agosto).


Dibujo de José Luis Benito

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Lena
Asturias a través de sus concejos.

Editorial Prensa Asturiana.
Colaboración de Julio Concepción Suárez

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