Costumbres, tradición, gastronomía, trabajos rurales, vida vaqueira, saber popular

 

"Cuando otros testimonios callan,
siempre empiezan y quedan los nombres"
(Álvaro Galmés de Fuentes)


(pie de foto). Contemplando estos valles de La Vatsota, Puerto Mieres, La Cubietsa, Pinos..., desde las cumbres de Penatolóbriga: todo un privilegio compartido con Xandru y Tsourienzu.

Pena Tolóbriga, en Tuíza;
por los caminos de un nombre
bastante más allá de estas montañas:
Sanábriga, Coímbriga, Julóbriga...

Artículo en parte ya publicado en el libro
Diccionario etimológico de toponimia asturiana,
pp. 1106 s.
KRK Ediciones, Oviedo, 2007

Pena Tolóbriga, hoy Peña Tolondra

Pena Tolóbriga (Tulóbrica, según algunos informantes) es Pena Tolondra actual (1770 m): peña alta sobre Acebos, entre El Alto’l Palo y La Magrera, divisoria con La Cubilla (actual Puerto Mieres). Se divisa un amplio panorama lo mismo hacia Castilla que hacia Asturias.

Pero la extensión remota, los límites, del topónimo no están claras: no por casualidad, a la peña redondeada junto a La Mesa (izquierda, mirando desde La Vatsota; derecha, mirando desde El Quempu), los vaqueros mayores de estas brañas -Isaz, Escalada...- llamaron siempre La Pena Tolondra. Es la peña redondeada, un poco más baja que La Mesa, por tanto, bajo La Magrera, también; razón por la que otros, tal vez en forma más ocasional y figurada, llaman La Silla, al estar -dicen- más baja y al par de La Mesa.

Un topónimo remoto unido en torno a una prolongada cresta caliza, que se fue subdividiendo con el uso de los tiempos: la memoria toponímica de Isaz el de Teyeo, Escalada..., en Mayavieya

El dato de Isaz el de Teyeo (ochenta y varios años, desde guaje vaqueru en estos puertos) resulta de imprescindible valoración toponímica, a la hora de intentar localizar la extensión del topónimo remoto, Pena Tolóndra, Pena Tolóbriga..., según sean los pueblos informantes.

Para Isaz el de Teyeo, no hay duda alguna, en la sucesión de los nombres del cordal de La Mesa: hacia abajo, La Escrita, La Tesa...; hacia arriba, La Mesa, Pena Tolondra, La Magrera, Los Agriones y L'Alto'l Palo. Según él son todos los nombres de estos altos. Ello contrasta con el dato de Manolo el de Riospaso, tiempo atrás, para quien Pena Tolondra es la última peña entre La Magrera y L'Alto'l Palo; Pena Tolóbriga para los antiguos, nos matizaba.

Pero, uniendo cabos, y comparando otros casos parecidos, no parece que haya contradicción alguna: un mismo nombre primitivo, único al principio, pudo extenderse por todo un cordal muy amplio, que luego se fue subdividiendo en nombres más pequeños por el medio.

La consecuencia fue que el nombre antiguo quedaría a los lados, mientras otros se fueron intercalando: es el caso del mismo Monte Vindio (antes, entre Cantabria y Peña Ubiña, o hasta El Bierzo); o Los Montes Pirineos, que para varios autores incluyeron la misma Cordillera Cantábrica entera. Los nombres, cuando se usaban menos, eran mucho más extensos.

El ejemplo de Pena Tolondra parece así más claro juntando las versiones de Manolo el de Riospaso (tendría que tener hoy casi cien años) y de Isaz (que pasa de los ochenta). Pena Tolondra, antes Pena Tolóbriga, ocuparía todo el cordal de La Mesa y La Tesa hasta Penubina, incluso.

Todo un proceso en el tiempo: Pena Tolóbriga, ya celta, bajo Peña Ubiña, mucho antes, de raíz indoeuropea

La prueba de esa unidad toponímica prerromana se podría justificar pensando que los nombres posteriores intermedios son ya latinos: La Tesa, La Escrita, Vachalampo, La Mesa, Los Agriones, Penevera, Los Otsones, Candiotses... O árabes, como La Magrera. Serían los nombres que fueron rompiendo con el tiempo todo el conjunto de La Pinna Tilóbriga (la altura fortificada de los celtas) que aparece en los documentos escritos.

Y en esa sucesión ininterrumpida de culturas talladas en los nombres del terreno, se confirmaría la extensión del antiguo Mons Vindius, nunca localizado en una sola peña como algunos pretendieron: la misma pinna albinea que tradujeron los romanos, no sería más que la Pinna *La Vindia, la peña del Monte Vindio que se tradujo con más claridad en Vindus Dominus, Vindonnus y en Bendueños, con muy pocas dudas ya en este caso.

De esta forma, la sucesión de culturas y poblamientos por estos altos habría quedado tallada en el lenguaje toponímico de estos altos tuizanos sobre Acebos: de la época indoeuropea, quedaría Penubina (nombre de los nativos del Güerna); de la época posterior, ya celta, Penatolóbriga, con esos dos componentes muy extendidos por diversas toponimias de otras regiones y países europeos. Traducida a Pena Tolondra después.


Foto del cordal de Pena Tolóbriga, sacá desde El Mayéu La Cubietsa

En definitiva, la altura fortificada sobre los altos del río Güerna, origen de aquellos pueblos

La acepción prerromana (‘altura fortificada’) se aviene con un entorno montañoso en la misma cabecera del Güerna, cargado de leyendas acerca de imaginados pobladores de estas montañas limítrofes (y estratégicas) con la Meseta castellana.

Con la misma base hay topónimos como El Monte Tolobre, El Cantu Tolobre, Los Canales de Tolobre: zona boscosa de Peña Maín, por el camino desde El Vierru (Macizo Central de Picos de Europa). Tal vez, Tolivia, en alto sobre el Río Sella (Ponga); Tolivia: en Llaviana; o Tolinas (Grao), Tulinas (Teverga), Toleo (Oviedo), Tol (Castropol), Toleiras (Oscos)…, parajes todos ellos elevados sobre el valle. Tol: en Castropol. Toleiras: en Vilanova de Ozcos. .

Y tal vez el mismo Toledo castellano más sonado: en pequeño alto sobre el Río Tajo (sufijo de latinización posterior); casi como Toleo, en Oviedo.

Como se dijo, para la etimología de Tolóbriga, en principio, se podría pensar en la voz prerromana, tal vez ya preindoeuropea, *twr(‘altura’), en su variante *tul, *tol (‘punta, cumbre de montaña, altura’). El toponomista galego Cabeza Quiles cita un amplio campo de topónimos con esta misma base (Toedo, Toledillo, Toleda...). Para el segundo componente, está muy aceptada también la raíz sufija celta -briga- (‘fortaleza, castillo’), de donde topónimos documentados del tipo Turobrica (región Bética).

Variante de la misma base podría ser la voz indoeuropea *stil–o–, *tilo(s) (‘punta, cumbre’), latinizada en *tilus, más el citado sufijo celta –briga (‘asentamiento estratégico, lugar fortificado´): Tilobriga en los documentos. La misma playa de La Griega (en Colunga) se interpreta a partir de *La Briega, antes: simple transformación popular de -briga.

Una raíz antigua, -briga (fortaleza) muy extendida en varias toponimias: como en Sanabria, Coímbra, Segovia...

Esa función defensiva que indica -briga se observa hoy en conjuntos históricos de la misma base, como Puebla de Sanabria: un pueblo levantado sobre un castro antiguo entre dos ríos, bien documentado como Urbs Sanabria, castillo más tarde (sin duda a partir de un reducido *Sanabriga). En el origen del primer componente, preindoeuropeo, *sen- (altura), según el francés Albert Dauzat; más -briga (fortaleza): asentamiento, vigilancia, fortificación en la altura.

Como ejemplo de conjunto, ciertamente, todo el montículo que asienta hoy buena parte del casco urbano antiguo de Puebla de Sanabria culmina en el castillo bien conservado del lugar: todo él fue construido sobre la roca viva, como se observa según ascendemos pisos arriba; la piedra, a medias entre caliza, granito, pizarra..., aflora alrededor de los sillares que construyen los muros del recinto fortificado. No necesitaba más cimientos, por lo que parece. La misma plazoleta del Castillo está sobre piedra firme, bien a la vista en algunos tramos: más de cien metros de roca. Un buen ejemplo para la defensa natural.

Y una misma raíz sufija, para otras alturas y fortalezas en sus respectivos parajes milenarios

Con el mismo sufijo considerado celta, en la región cántabra está la histórica y estudiada ciudad romana de Julióbriga. Ciudad Rodrigo se llamó Miróbriga. Y en la vecina región portuguesa, el conjunto histórico de Conímbriga, más tarde origen de la misma ciudad de Coimbra. O Segóbriga: hoy, Segovia. Y otras como Caesarobriga, Agustobriga, Brigaecium, Brigantium, Brigantia..., en la toponimia de romanización.

La misma voz lenense,Tolóbriga (Tilóbrica en los documentos medievales), podría haber derivado en la actual Tolondra (asociado al común tolondra, tolundru, atolondrar…), a través de formas como *Tolombr(i)ga > *Tolombra > Tolondra, con ese refuerzo nasal frecuente en asturiano. Finalmente, Jürgen Untermann cita ya el antropónimo hispánico Turobriga.

Con algunos matices en opiniones toponímicas

Por ejemplo, para Alberto Porlan, la raíz sufija -briga "parece más bien una 'normalización' de las terminaciones bárbaras (celtas, si se quiere) hecha por hablantes romanos; y no una desinencia original, convencional y sistemática que los bárbaros añadieron a sus ciudades para que se supiera que eran ciudades, que es la idea subyacente que todos parecen aceptar".

Es decir, para Porlan la forma -briga no sería más que una terminación original variable (br, bre, bri, brig, breg, borg, burg, bourg..., presentes en varias lenguas nórdicas), en torno a una estructura semejante que los romanos normalizaron como -briga. La misma raíz habría dado los resultados toponímicos de 'altura, cumbre, elevación, colina, ciudad fortificada, castillo'...; todos ellos con referencias parecidas en lugares muy diferentes y distantes entre sí.

En fin, las raíces de las palabras unen buena parte de los lugares por cualquier región peninsular o más allá de fronteras y barreras administrativas: en las mismas circunstancias del paisaje habitado (geográficas, botánicas, hidrográficas, comunales...), los nativos asentaban las mismas raíces para describirlas, sin más diferencias que las puramente fónicas, gráficas, morfológicas... Poco más.

(pie de foto). Sin olvidar el bocata al filo del mediudía na braña, sobre las mismas cabañas; y en compañía tan grata de Xandru y Tsourienzo; el privilegio doblado