"Soy un piel roja y nada entiendo.
Nosotros preferimos el suave susurro del viento
sobre la superficie de un estanque,
así como el olor de ese mismo viento
purificado por la lluvia del mediodía
o perfumado con aromas de pinos".
(carte del indio Seatle)Rutas para conocer Lena:
contenido del libro
(lectura completa en PDF)
Por
las montañas de Lena (1998)
Julio Concepción Suárez
Editorial
KRK. Oviedo. (434
pp.)
"Caminante son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar"
(Antonio Machado).
0. ÍNDICE DE RUTAS y TOPONIMIA (páginas del libro, entre paréntesis)
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"Leer" el suelo: otra forma de caminar sobre el paisaje (p. 15)
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Seguir construyendo un entorno que otros trabajaron y conservan (p. 23)
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Y para sentir mejor el monte, caminar con algunos cuidados (p. 29).
(las diminutas xaroncas,
las inofensivas, graciosas y pequeñas ranas)
RUTA CERO
Por las montañas de Lena: un concejo, siempre de camino entre las rutas de La Meseta y los puertos del mar (vía pecuaria, vía romana, camino de la balata o de La Plata, camín francés...). A través de su rica toponimia vamos descubriendo la naturaleza y funciones de cada paraje (p. 33).
I) RUTAS DE INVIERNO
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Para los días más cortos del invierno: de La Pola a Tablao, junto a las aguas del río Nareo (p. 41).
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El invierno en Valgrande (I): La Bisbitera del Acebal y otras cascadas del río Los Mestos (p. 49).
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El Picu Ranero y el Dolmen de Padrún: de La Pola a Espines con vuelta por San Feliz (p.56).
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El vache Horria: de Fierros a La Romía por el antiguo monasterio (p.63).
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El Camín francés del Payares: entre Yanos de Somerón y Campomanes, pasando por Munistiriu (p. 71).
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El Camín francés del Güerna (I): del Altol Palo a Reconcos por el antiguo monasterio de Acebos (p. 80).
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El camín francés del Güerna (II): de Reconcos a Sotiecho por Vicharín, Santa Cristina de Xomezana (p. 87)
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El cuscurpín,
siempre a atento, por si hay que envolverse
en sus pinchos afilados. -
El Camín francés del Güerna (III): de La Cortina a Bendueños, por Alceo los Caballeros (p. 100).
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Un día blanco en la ladera: desde Tiós hasta Pandoto, rompiendo el silencio de la nieve (p. 112).
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Y hasta donde la nieve también nos deje romper: desde La Frecha camín de Bendueños (p. 118).
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Por el cordal divisorio entre mierenses, riosanos y lenenses: de Villayana a La Pola, por los altos de Muñón (p. 125).
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El Picu Corros: de Corneyana a Malveo por los restos del castiichu (p. 132).
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El Montel Mofusu (I): del Alto la Cobertoria a Tablao (otra "lectura" del invierno en el hayedo) (p. 139)
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El Castiichu Naveo en invierno: un recinto castreño entre peornos y felechos (p. 147).
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Entre El Payares y El Güerna: de Santa Marina a Fresneo, por la cumbre del cordal de Yanos (p. 153).
"Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del campo verde,
hacia el azul de las sierras,
hacia los montes azules,
una mañana serena"
(Antonio Machado)
II) RUTAS DE PRIMAVERA
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La primavera en Valgrande (II): del canto del cuquiechu a los primeros brotes bajo las brañas (p. 165).
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La Cueva Gancios y el cobre prerromano de Texeo: del Sosechar a Rioseco, entre los colorinos del mineral (p. 170).
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La Cueva Bosbigre: el paso del tiempo traducido en estalactitas (p. 181).
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La Pena Chago: pisando los últimos trabes del invierno (p. 187).
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La Pena Chago al revés: por el camino más fácil (la pista a Brañavalera) (p. 196).
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La Vía de La Carisa (2º tramo): de Carabanzo a Carraceo (o a Casorvía) por la calzá romana (p. 203).
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El Picu Tres Conceyos: entre alleranos, leoneses y lenenses, unidos en los altos de las brañas (p. 211)
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El Castro Chagüezos: entre Pendilla y Parana, por una senda más corta (p. 221).
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La Calzál Fierro: hacia las vetas minerales del Aramo (p. 228).
"Los caminitos blancos
se cruzan y se alejan,
buscando los dispersos caseríos
del valle y de la sierra...
Caminos de los campos..."
(Antonio Machado)
y el nial, guariando...
III) RUTAS DE VERANO
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El verano en Valgrande (III): entre las brañas a las fayas (El Brañichín, Cuitu Nigru, Coleo...) (p. 237)
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Entre el sosiego de los ganados y el silencio de los mayaos: de LAblanea a La Vachota (p. 243).
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Y con otra ruta inversa: de La Vachota a LAblanea por camperas de Cuayos (p. 250).
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El Camín del Carril: de LAblanea a Carraluz, por el cordal divisorio del Güerna y del Payares (p. 254).
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Entre los mayaos lenenses y las majadas leonesas: del Altol Palo al Brañichín (p. 263).
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El Ceyón: del Alto Payares a Pendilla, de picu en picu sobre las brañas (p. 273).
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Entre las rocas y las sombras de La Caviyera: de Los Pontones a La Vachota por los desfilaeros de Foz (p. 280)
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.
La sacavera,
que en ocasiones encontramos
junto a las fuentes, en las tsamargas... -
La Magrera y Pena Tolóbriga: por las sendas prerromanas hasta el fierro (el magro) de aquellas peñas (p. 290).
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Un paseo a La Tesa, por la senda del lique (la planta de los catarros) (p. 294).
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Un par de días en la braña: dormise en Güeria oyendo cantar las ranas (primera y segunda jornada) (p. 300)
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Ubiña la Grande: mirando al mar desde las cimas lenenses (p. 312).
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El Picu Cerreo: Pena Cabello, entre los vaqueros (p. 321).
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Entre Pena Tolóbriga y Tras la Cruz: del fierro de La Magrera, a las fayas más verdes de La Caviyera (p. 328).
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La Vía de la Carisa (1º tramo): de Pendilla a Carraceo (o a Casorvía), por la calzá romana (p. 332).
"... cada minuto, cada hora, cada día, es diferente del anterior. Luces rasantes que magnifican los volúmenes que las luces altas ocultan. Luces filtradas a través de las nubes y la niebla recreando escenarios misterioros" (José Díaz)
IV) RUTAS DE OTOÑO
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El otoño en Valgrande (IV): de paseo entre los texos y los tonos de las fayas (p. 345).
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Ubiña la Pequeña: un mirador a medias entre leoneses y leneses (p. 354).
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La Pena la Portiecha: de La Cruz a Xomezana, por las pasás, ya sin huellas, de los chobos (p. 359).
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Las Minas de Cobre en La Taya la Cocina: de Tuíza Riba a Riospaso tras las huellas prerromanas (p. 371).
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La vuelta de los vaqueros: el regreso del Meicín por el cordal divisorio entre quirosanos y lenenses (p. 376).
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La braña de Bovias: un paseo relajado entre Tuíza y Xomezana, por los pastizales de los bueyes (variante de la ruta anterior) (p. 387).
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Alreor de La Mesa: entre los acebales de Las Navariegas y el verdor otoñal de Los Meruxales (p. 392).
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Los fayeros de Mazariezas: de Payares a La Paradiecha por El camín de los Gües (p. 395).
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Los tonos del Monte’l Blime: Del Alto’l Palo a Los Pontones, por los fayeros y acebales bajo La Tesa (p. 405)
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Sólo por la falda de las Ubiñas: del Alto’l Palo a Tuíza Riba, tras las corras del Meicín (p. 414)
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Los colores del bosque: de Tuíza Riba a Xomezana por Valseco (p. 419).
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Y terminamos las andaduras de nuevo en el silencio otoñal del río Nareo: entre Vache-Zurea y Tablao (p. 426).
(¡qué sabroso trago de agua en plena andadura...!)
En fin, en todo caso, en cualquier ruta respetaremos el entorno, comenzando por salvar la propia pelleja, la del perrito que alguien puede llevar suelto y a sus anchas tras páxaros y animales... En ocasiones, se cometen imprudencias que pueden traer algunas consecuencias serias, para los demás o para nosotros mismos o nuestras propiedades, sin imaginarlo siquiera. En una finca del Vatse del Tsago somedano, A. Lana firma un letreru de mucho ingenio, que necesita pocas explicaciones:
"Si Ud. cree que puede cruzar la finca en 8 minutos,
mi toro Brinco lo puede hacer en 4"
“Ya se ha puesto el sol, pero la luz no se apaga. Cubre el campo una ceniza dorada, luego el oro va palideciendo, la noche llega lentamente del otro lado, encendiendo estrellas. Llegará más tarde la luna, y empezarán a llamarse los búhos unos a otros... Y dice sólo: ésta es la noche en que el mundo puede comenzar” (José Saramago)
Y, ya camín de casa:
la verdá ye que hasta da pena
dexar las fayas sobre la nublina en sala
a eso del atardecerín . .«Voy con las riendas tensas
y refrenando el vuelo
porque no es lo que importa llegar solo ni pronto,
sino llegar con todos y a tiempo.»
(León Felipe)