Costumbres, tradición, gastronomía, trabajos rurales, vida vaqueira, saber popular
 

El otoño en el hayedo de Valgrande:
la seruenda nel fayiru

 

"Cuando la tarde caía
entre las vetustas hayas
y los pinos centenarios,
un rojo sol se filtraba
Era un paraje de bosque
y peñas aborrascadas...
rocas y rocas, y troncos
y troncos, ramas y ramas"
(
Antonio Machado)


La toñada:
el pasto del otoño

 

Preparando la dixital pa las fotos:
no las habrá todos los días del año,
ni en todas las estaciones,
por eso conviene llegar a tiempo
a cada paraje soñado.

 

El caserío que fue habitado:
Polación, la población primitiva
(que ya lleva el mismo nombre),
tal vez origen del poblamiento
posterior en que se convirtió Payares,
mucho mejor comunicado
entre los caminos desde los valles
a los altos de la montaña,
y vertiente leonesa
de Busdongo

 

La pista de Valgrande:
el valle amplio y largo
que lleva el nombre,
en los altos del río Lena

 

Los troncos ramificados,
corpulentos,
de un hayedo y robledal

 

"Avién hí grand abondo de buenas arboledas,
milgranos e figueras, peros e mazanedas,
e muchas otras fructas de diversas monedas
mas no avié ningunas podridas nin azedas.

La verdura del prado, la olor de las flores,
las sombras de los árbores de temprados savores
refrescáronme todo e perdí los sudores:
podrié vivir el omne con aquellos olores
".
(Gonzalo de Berceo)

 

Entre las murias
de lo que fue una braña de verano:
cuerrias, mayéu, veyares...,
muchas peripecias
de vaqueros y vaqueras
en la memoria de aquel rellano

 

El mofo de algunos árboles,
a modo de barba protectora
de las cañas

 

Los detalles de las esporas
en el musgo grisáceo
(tipo Usnea barbata):
dicen los expertos que es
prueba inequívoca
de la pureza del aire

 

Las ramas de las hayas
que se vuelven capas horizontales
protectoras de la humedad del suelo,
en días soleados

 

"Acepté ser paisaje vivo
con todas las consecuencias,
y pocos deleites superan
al de vagar, alejado y silencioso,
en los bosques...
Yo me considero un elegido
por los paisajes.
Los derredores me llamaron y yo acudí.
Y al hacerlo acudí a mí mismo.
Algo que de alguna forma entronca
con el ideal de Píndaro de
"llegar a ser lo que somos""

(Joaquín Araújo)

 

Los tonos más intensos
del otoño en el hayedo

 

Con la dixital a mano,
para el resto del año:
impresiona, ciertamente,
la frondosidad de las hayas,
el azul del cielo
que dejan ver las ramas
desde las entrañas del boscaje.

 

Los detalles en
las fueyas de las fayas:
formas, tonos diversos,
aromas nemorosos combinados,
el tacto suave y
siempre fresco
en las riberas del arroyo.
El sabor del fayucu en el otoño.

 

"El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre"

(Ángel González)

 

La silueta robusta
del roble en el cantizal

 

O el tronco bien corpulento,
bifurcado y centenario,
musgoso con el paso de los años
y la humedad que siempre trae
la brisa del norte

 

No es el otoño, no, quien a los árboles
arrebata sus hojas, que son ellos,
son los árboles mismos quienes ceden
sus hojas a los vientos...
Los árboles desdeñan
la estéril pompa del follaje muerto,
y, con viril austeridad, aguardan
desnudos los rigores del invierno.
¡Saben que sólo así la primavera
los vestirá de nuevo!

Enrique Ruiz de la Serna

 

El agua otoñal
por los caminos:
el cielo que también quiere
confundirse suelo
en la andadura seronda.

 
El río Valgrande:
origen del río Lena,
al otro lado del Huerna.
 

Los cuidados
con las torrenteras
en el hayedo

 

Los frutos
de los gabilanceros
(el escaramujo):
comíanse en las cabanas

 

Las sombras del otoño
a mediatarde,
ya de vuelta a casa.
Y, si el día, está de viento,
el paisaje se puede volver
todo un espectáculo:
una verdadera lluvia
de hojas de abedul, de haya...,
como exclamaba Carmen Arias
en otra ruta otoñal..

 

Los contrastes
con el arbolado circundante:
el mosaico policromado
ya en las horas vespertinas
de la seruenda

 

Y el día tos los santos,
la nieve pe los cantos

-que dice el refrán, y casi siempre acierta


 

"CON EL OTOÑO
"
Miguel Hernández

"Está por desprender la última hoja,
depende su existir de solo un hilo;
teniendo de un puñal el burdo filo
la más pequeña brisa la despoja!

Hay que reconocer que se ha perdido,
que las hojas se caen con el otoño ,
vendrán la primavera y el retoño
pero no volverán las que se han ido!

Así como se duerme la floresta,
despertará la vida de la siesta
cuando el invierno su frialdad recoja..
llegará una vez más la primavera,
se pintará de verde la pradera
y al árbol le saldrán todas sus hojas!"

Otras fotos de diversos paisajes asturianos
Xulio Concepción Suárez

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