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Etiquetas, palabras clave, tags: Naranco, Carlos Fernández Llaneza, toponimia, etimologías, significados, paisajes, Xulio Concepción, 2022

""Toponimia interdisciplinar... La toponimia requiere datos abundantes de otras muchas parcelas científicas, como la botánica, la historia, la geografía o la arqueología, y a su vez puede proporcionar datos de considerable interés a estas ciencias. Particularmente productiva puede ser, si se hace con esmero preciso, la colaboración entre toponimia y arqueología e historia... La toponimia puede darnos datos de considerable interés acerca de la naturaleza en tiempos pasados”.
(Emilio Nieto Ballester).

Toponimia del Naranco: historia naranquina a través de sus nombres.
Xulio Concepción Suárez

Ciclo de conferencias,
martes, 8 de febrero de 2022, a las 19:00 h:
Plaza Porlier, 9, 1º.
Oviedo

A) Unas palabras previas a la charla

De paso por cualquier senda o altozano del Naranco, resulta evidente, de nuevo, que más que contemplar topónimos aislados, escuchamos todo un lenguaje toponímico, a poco que vayamos cruzando con nativos o pobladores de estos pueblos, cuando tenemos la suerte de cruzarlos, claro.

Al ritmo que los lugareños nos van señalando rincones con nombres, vamos tejiendo todo un léxico toponímico, que se diría programado a la hora de señalar cada punto utilizado del terreno: palabras del paisaje con significados remotos, etimologías, referentes etnográficos..., a veces transformados por la interpretación popular, pero con su sentido contextual, a poco que los vayamos leyendo en ralación con otros de su entorno, o de mucho más allá de estas montañas.

Esa pequeña historia que no llegó a la enciclopedia

Es decir, vamos deduciendo, de las palabras lugareñas los productos que ofrecía, o que sigue ofreciendo, el suelo: la naturaleza pateada, trabajada, del terreno. Vamos escuchando topónimos como: La Fuente los Pastores, Los Llavaderos, El Tendederu, Llampaya, Llampaxuga, El Carboneru, Los Barrosos, L'Argañosa, La Florida, Pontón de Vaqueros...

O las formas que dibujaron con palabras esos usuarios del paraje; o las que ellos imaginaron a la hora de señalarlas como más adecuadas para entenderse. Topónimos como: Toleo, El Cogollu, El Boo, Pando, L'Otero, El Picu Montoto...

B) La imprescindible interacción multidisciplnar sobre el terreno, al lado de la memoria oral de los nativos

Comenzando por un simple, pero signficativo, Pozobal

Sirva de ejemplo el nombre de Pozobal, no por casualidad, junto a Vallobín: un caso evidente de un topónimo que podría desaparecer de la historia rural ovetense (etnográfica, faunística, ecológica...), como señala Cristina Tolivar en su nota a La Nueva España, a propósito del nombre ya recogido décadas atrás por Tolivar Faes.

Una simple calle -como indica Cristina- en la zona podría salvar del olvido lo que podría haber resultado el complejo paisaje de la fauna en torno al monte Naranco: la presencia de los llobos, los pozos lobales... La historia real de un pueblo muchos siglos antes que la ciudad actual.


Foto: La Fuente la Plata, nel puerto Bovias de Xomezana

O siguiendo por La Fuente la Plata de L'Argañosa, La Fuente los Pastores...

Como veremos en la charla, ambos nombres no están solos en Uviéu, sino que se rastrean, monte a monte, fuente a fuente, desde los altos de Peña Ubiña, Tuíza, Güeria, Somiedo..., hasta las mismas costas del mar: La Senda las Merinas entre los altos de Güeria y El Meicín; La Fuente los Pastores, en Candiotses, bajo Ubiña; La Fuente la Plata, en el puerto Bovias de Xomezana; La Cantera de la Plata, en Llanera; Fuente la Plata, entre Castrillón (ver documento)..

Por supuesto, pasando por los altos del Aramo y La Mesta, Viapará..., tal vez antes *via balata, que via parata..., reinterpretado después. Las redes toponímicas, también, han de ser muy anteriores a Facebook, Twiter..., y similares. Al oído y a la vista esos nombres siguen ahí para atestiguarlo. Menos mal.

A falta de estudios más documentados sobre el terreno, bien es verdad

Porque la toponimia, oral sobre todo, a falta de otra, resulta insuficiente para la historia más completa de un paraje; sin el trabayu interdisciplinar, multióptico, no sería posible unir esos nombres del mismo campo léxico evidente, para solucionar la pregunta: pues, ¿cómo, a qué, por dónde, cuándo llegaron los pastores, las merinas..., a Uviéu, a Llanera, a las costas de Avilés...?

Sólo los arqueólogos, los zoólogos, los botánicos, los geógrafos, los etnógrafos..., tendrán la penúltima palabra: faltan huellas, vestigios, capas ganaderas en los caminos, en los senderos, en las mayadas, para poder responder a esas preguntas. Pero, en todo caso, algo habría: en tren, en camiones, en avión..., ciertamente, no llegarían, cientos de años atrás, las merinas ni los pastores a los topónimos que nos dejaron hasta en la misma ciudad de Uviéu. Alguna respuesta habrá.


Foto: elcomercio.es, OMAR ANTUÑA
Artículo de GIOVANNA F. BERMÚDEZ

C) Con el lenguaje toponímico milenario, por el que podemos empezar

Las raíces subterráneas del agua en el Naranco

Destacan, por tantas redundancias, los nombres del agua, por mucho que en algunos casos, sobrevivan ya a la vista o al gusto, sólo las palabras sobre el terreno, una vez esfumas, perdidas entre las malezas, o desviadas por las obras, las pistas todoterreno, las carreteras... Topónimos como: el mismo Naranco, Las Regueras, L'Aguañaz, La Piolaya, L'Españolín, Riañu...

Fluyen topónimos asgaya -hidrónimos, en este caso, comenzando por la misma raíz preindoeuropea, *nar- (agua, fuente, arroyo); más, prerr. *ank- (valle, vaguada, concavidad): agua sobre el valle, sobre los valles..., como bien atestiguan Las Regueras, el mismo Oviedo...

Y tantas fuentes, manantiales más o menos abundantes por todas las lederas del monte: regueros, regueras, riachuelos, lamas, bárcenas... Y comenzando por el mismo nombre de Naranco: raíz milenaria del agua, y poco menos que universal, como veremos. La Fuente los Pastores, La Fuente'l Güeyu, La Fuente Friera, La Fuente la Leche, Foñegrina, L'Abiada, Aguasal, Llodines, El Río Vaqueros...

La foresta del arbolado, las huellas y chasquidos de la fauna menor o mayor

Como florece la vida vegetal en tantas palabras del monte por las cuatro laderas. Topónimos como: El Carbayal, Les Ancineres, El Fayeo, El Pebidal, El Bioleo, La Saguñera, Les Peruyeres, Las Pruneres, El Guindaloriu, Abrenera...

O bullen, por lo menos en los topónimos, las referencias a los animales del monte: los domésticos y los salvajes, tan necesarios siempre, pero, sobre todo, cuando había que sobrevivir cada uno en su medio más o menos inmediato. Topónimos como: Porciles, La Melendrera, El Gallineru, El Campu la Liebre, La Llobera, La Zurraquera, Les Farconeres... El Picu les Vaques, Brañes, La Borreguera, El Truébanu...

D) Y con el desarrollo posterior del léxico común, a medida que se iban diversificando las palabras habitadas de un mismo paisaje

La toponimia comuñera: la solidaridad fuera de casa

La vida en sociedad desde remotos tiempos prerromanos: aquellos poblamientos que comenzaron por los altos más estratégicos, y fueron descendiendo hacia los mejores rellanos de las laderas y hacia el fondo de los valles, a medida que los tiempos lo iban permitiendo. Topónimos como: El Castiellu, Ules, Villamexil, Axuyán, Lloriana, La Ponte Gallegos...

Sentidos y sentimientos traducidos a topónimos

Los sentidos que laten de paso por un paisaje: los nombres que fueron poniendo los nativos según lo que percibían por la vista, el oído, el gusto, el tacto... Nombres como: Cierru Alegre, El Gorgoyu, La Fuente'l Xilguerín, Las Cerezales, Las Ciruyales, Panicieres, El Resbalón, Los Pozos de la Nieve...

O los sentimientos, finalmente, proyectados por los nativos, traducidos a palabras. Las estrategias de adaptación a cada suelo. La vida comuñera. Lo que conecta con el cielo. Topónimos como: Fonsagrada, La Umbría, El Picu'l Paisano, La Borronada, La Cadavosa, La Comuña, La Xuguería, El Finxu, El Sagrado Corazón, El Picu la Miliciana...

E) A modo de síntesis toponímica para seguir investigando

  1. El lenguaje del suelo, reinterpretado en cada tiempo: La Plata, Viapará, El Paisano...

  2. Nombres originales, raíces milenarias: Naredo, Nora, Coruño...

  3. Nombres transparentes: La Borronada, El Felechu, La Viñal...

  4. Nombres sugestivos: Lavapiés, Les Llavanderes, La Fuente’l Güeyu...

  5. Nombres solidarios: La Comuña, Pontón de Vaqueros, La Fuente los Pastores...

  6. Nombres para seguir investigando: La Seda, La Endiella, La Poleya...


El Llavaderu, Fuente los Pastores

F) Todo un diccionario toponímico en torno al Naranco queda por alfabetizar, en esa estaferia multidisciplinar, que diríamos ahora

En resumen, muy oportuna resulta la iniciativa de los Amigos del Naranco de plantear la recogida, estudio, catalogación..., de los topónimos de monte, que se podrían añadir a esas otras publicaciones más aisladas, que se fueron tejiendo hasta la fecha.

Algunos artículos, publicaciones de prensa, páginas web, blogs, foros, cartografía digital..., podrían ser integradas en equipo, para la investigación multidisciplinar de todo un territorio, habitado desde remotos tiempos preindoeuropeos.

La ausencia, hoy, de una tesis doctoral más completa, un diccionario toponímico específico sobre la zona, podría suponer la pérdida definitiva de todo ese paisaje verbal, oral, en buena parte todavía: la historia real que transmiten los nombres del terreno, contada por sus propios nativos o allegados con cada cultura de paso. Siempre estaremos un poco a tiempu.

G) Fichas completas de la toponimia, comentadas en charla: en PDF

H) Video oral de la conferencia, grabado por el RIDEA: Toponimia del Naranco: historia naranquina a través de sus nombres - YouTube

I) Con una reflexión final sobre el valor documental de los topónimos: el precedente de L'Argaxá Campomanes, La Pena Tsago..., sobre las vías de un tren...

En este paseo hidrográfico, geológico, geográficos..., por los nombres del Naranco, no podemos menos de asociar, siquiera, el proyecto de la llamada Ronda Norte, que leemos en la prensa desde hace algunas fechas: una carretera de circunvalación, un túnel, que conectara la autovía del occidente asturiano (Trubia, Grao, La Espina, Tineo, Cangas...), con la autovía hacia Xixón y Avilés.

A juzgar por el lenguaje toponímico, y con el precedente de 20 años (justo ahora 20 años) del comienzo de unos túneles por la llamada Variante del Payares, Variante del Pajares, Variante del Güerna.... (el nombre es lo de menos), un proyecto parecido podría obtener sólo resultados parecidos: 20 años de obras fallidas por no haber tenido en cuenta las palabras descriptivas del paisaje, en boca de los nativos, sobre todo.

Muy resumidas: L'Argaxá Campomanes, La Pena Tsago, La Fontona, La Reguera Pancuyareo, El Río Foz, La Fuente'l Güiyu, Rosapero..., son nombres que avisaban redundantes de la abundancia inmemorial de aguas a rebosar sobre un terreno.

No se respetó al lenguaje toponímico que asgaya avisaba...

Justo sobre el terreno que iba a ser perforado para pasar las vías por debajo, al lado, más o menos cerca por ambas vertientes y laderas del trazado ferroviario sobre un mapa. No se respetó el lenguaje que avisaba, con el resultado a la vista: 20 años de trabajos para intentar parar una argaxá (un argayu que sale de las entrañas de una peña con un llagu). Y sin poder pararlo hasta la fecha.

El resultado: pueblos, mayadas, puertos, ganados, habitantes leoneses, arroyos, manantiales, fuentes públicas..., de toda la vertiente vecina limítrofe, y parte de la asturiana..., sin agua desde las obras de la Variante. Y problema complejo, pues esas aguas siguen fluyendo, más o menos descontroladas, por los mismos túneles por los que van a pasar las vías del tren. Y sigue argaxando L'Argaxá Campomanes, bajo La Pena Tsago, como era de esperar. Asgaya avisaban los nombres.

Y a la espera de que no se repitan los errores

La reflexión sobre el paisaje hidrográfico -hidrotoponímico... - del Naranco, ante el famoso proyecto de la llamada Ronda Norte, también se podría traducir aquel ingenioso dicho asturiano, que tanto escuchábamos de pequeños ante las advertencias de los mayors.

Tal vez, ahora, una misma voz resuena, a modo de eco interminable, entre las montañas: la advertencia verbal de una montaña desguazada, con las aguas serpenteando sobre las bóvedas y vías renferas, sobre los argayos, sobre las escolleras resquebraxadas... Esa advertencia muy a tiempu a los proyectos y aventuras -políticos, económicos, populistas...- planteados desde hace poco sobre otra montaña parecida, con tantas aguas en sus entrañas:

"Te lo digo Xuan, pa que lo entiendas Pedro..."

Al alcance de cualquiera, está, por supuesto. Sólo hace falta aprender a escuchar.

J) ANEXOS toponímicos:

a) En palabras de Josep Mª Albaigès:

"Toponimia milenaria, de lengua en lengua, de continente en continente... Pueblos que pasan a habitar los mismos lugares recogen el nombre de éstos, y con el paso de los siglos, extinguido su significado primigenio, transmiten fascinantes mensajes desde generaciones traspapeladas de la memoria actual, en lenguas ya incluso desaparecidas, permaneciendo a menudo como un orgulloso misterio que hay que saber descifrar.

En algún idioma hoy perdido, la banal palabra "agua" fue ibar, y con este nombre sus hablantes designaron la mayor masa líquida para ellos imaginable, el Ebro".

b) O en la idea investigadora de J. Mª Canal Sánchez:

"Toponomistas locales, lugareños, nativos... Ramón Menéndez Pidal... en un estudio publicado en 1950, exhortaba a los historiadores locales a redactar la lista de topónimos de su región, no solamente para conocer la evolución del lenguaje, sino también para conocer la raza de los primitivos pobladores...

"Quizá esta investigación debiera organizarse por comarcas o provincias con el fin de atraer la atención de los eruditos locales que son los mejores pertrechados para el caso, pues son los que más cómodamente pueden llegar a conocer la toponimia menor tan guardadora de datos útiles".
(J. Mª Canal Sánchez, Estudios de toponimia. Nombres de lugar de Palencia, León, Asturias y Cantabria..., 2006, p. 23)
".

c) El paisaje que enseña, en el que aprendemos a mirar..., dice Eduardo Martínez de Pisón

“Esa persona se está formando sola en su contacto con la naturaleza y con el paisaje, El paisaje está enseñándole, el paisaje es pedagogo. El paisaje es maestro. Es el verdadero maestro. Entonces, bajo la capa de la información que tú estás dando..., que esto es tal flor, en el fondo, ese alumno está... en el campo, siendo formado por el propio terreno.

Así que el paisaje es informativo, claro y formativo, y esa es la clave de la enseñanza del paisaje, y es también enseñar a saber ver, a saber mirar” (Eduardo Martínez de Pisón, www.elpais.com)

K) Artículos de prensa: