Asociación Cultural
"Lena Puerta de Asturias"
En 1985 crea el galardón "Puerta de Asturias" que ha ido recayendo en diversas personalidades, colectivos e instituciones: el Padre Ángel, Manolo Santarrúa, Vicente Díaz, Manolo Linares, Luis Fernández Vega, Sabino Fernández Campo...
Extracto de las
palabras pronunciadas por
Antonio Naveso
en la entrega del Premio Puerta de Asturias 1998.
a Natalia Estrada.
"Agradecemos al estudioso lenense, Julio Concepción Suárez, escritor y catedrático del Instituto de La Pola (miembro activo de esta Asociación), los datos cedidos en estas páginas, y de próxima publicación de su nuevo libro de rutas Por las montañas de Lena, y en trabajos susyos sucesivos. Gracias por su información fruto de sus investigaciones por estas montañas.
La Asociación “Lena: Puerta de Asturias” tiene el honor de nombrar su embajadora, más allá de estas montañas, a una joven artista nacida junto a las olas del mar (en Xixón): asturiana de pura cepa, diplomada en Ballet Clásico y Flamenco, periodista, presentadora en distintos programas televisivos, modelo, cantante, coreógrafa, actriz, experta en varios idiomas, protagonista en películas como “El ciclón”, “Hora final”, o “Aquí el que no corre vuela” , Natalia Estrada proyecta hoy su asturianía lejos de sus costas gijonesas y de esas nublinas que con frecuencia envuelven los valles, los cordales y, en ocasiones, los mismos horizontes asturianos.
Como si de una paradoja se tratara, y, no por casualidad, Natalia desarrollara hoy una buena parte de su actividad en tierras italianas, el mismo apellido Estrada (lat. strata ) conecta con Asturias aquella primera cultura latina llegada a estas montañas con las primeras vías de comunicación posibles un par de milenios atrás: aquellas calzadas romanas, perfectamente construidas por estratos superpuestos y ensamblados, en el inicio de los abatares astures más allá de sus recintos castreños al cobijo de los Picos de Europa, Peña Santa y las Ubiñas.
Con la voz estrada , por tanto (muchos siglos antes de que la voz sin fronteras de Natalia llegara a Italia) fue cruzando estas montañas aquella inicial cultura comunicativa viaria (ya entonces europea y de progreso) proyectada por los romanos desde la estrategia de sus propios palacios.
De esta forma, por estos altos de Santa Cristina y Felgueras (por Carabanés y Carraceo, junto al Dolmen megalítico y milenario de Padrún), se abría, ya hace más de dos mil años, una de aquellas imprescindibles comunicaciones romanas (las únicas entonces posibles), evitando los intrincados valles boscosos y los tupidos hayedos y robledales lenenses, algunos de los cuales todavía sobreviven hoy (Valgrande, Mazariezas, El Blime...).
Bastaría pensar que el propio lugar de Alceo , aquí mismo sobre Palacio, y tal vez todos estos valles entre La Cobertoria, Val Güena, La Ibesa, El Escobal..., fueron espesos ‘encinares' (lat. ilicina , ‘encina'), de los que quedan abundantes matas y parrotales , en toda la zona más soleyera entre El Peridiellu y Alceo-Felgueras. Ciertamente, los caminos importantes tenían que fluir por los altos despejados de arbolado y de indígenas nativos: ya entonces (casi como ahora) los proyectos de progreso habrían de fluir lejos de las emboscadas y peligros surgidos de las intrigas de los valles.
Los hábiles estrategas romanos (tan lejos todavía del Autocad , del Ploter y del ordenata ) trazaron, así, por los altos de Lena (año 29 antes de Cristo) la principal vía de comunicación entre la cultura astur y los nuevos aires greco-romanos. Eran los aires renovados que entonces ya respiraban otras gentes ribereñas, montanas, mesetarias y tramontanas, en torno a los diversos mares, ríos, montañas, que podían vadear los fieles emisarios itálicos, nunca sabremos del todo si entonces más invasores, o agentes más creativos de horizontes y progresos.
Y, así, al mando de un programado Carisio, convertían los soldaditos romanos una rústica vía pecuaria (la que entraba por Pendilla) en una flamante Vía de La Carisa que columbraba los altos de Tres Conceyos, Chixincos, o Ranero, y terminaba en las mismas costas de Gijón (antes Gigione ), en honor a aquel héroe prerromano que dio nombre al promontorio original de Xixón, en torno al actual Cerro de Santa Catalina (datos cedidos por el escritor y profesor Julio Concepción Suárez, de su próxima obra: Por las montañas de Lena ).
Como una muestra, entre otras, de aquel proyecto cultural que no detenían ni las barreras más altas marcadas por las peñas y las breñas, nos quedan muchos signos de progreso dispersos por los siglos entre las carbas de Lena: por ejemplo, el nombre de Ampueiros, hoy un conjunto de murias y paredes semiderruidas bajo la calzá romana entre Braña Reonda y La Cochá l'Acíu, con paralelos lingüísticos a muchas millas de estas carbas lenenses...
Pero el tiempo nunca se detenía tampoco en las montañas. Llegaron las novedades árabes y, lejos, de pasar de largo por Lena, reconvirtieron, otra vez, las vías pecuarias y los caminos existentes, en balatas ; es decir, en caminos más cuidados para el paso ya más organizado de los carros y los ganados: así atravesaba los montes lenenses la vía de La Plata, que, como se ve, nada tiene que ver con mineral precioso alguno, sino con la voz árabe balata (‘loseta, camino empedrado')...
Siguió creciendo así a través de Lena aquel movimiento migratorio, viajero, transhumente y comercial, que no cesaba de la primavera al otoño, y que no cesó hasta estos mismos días: todavía son muchos los vaqueros lenenses que hablan de los pastos y los rastroxos que vendían a los pastores extremeños para sus espesos rebaños de merinas. Nos quedan muchos romances literarios para contarlo: los recuerdan bien algunas abuelas de hoy, pastoras en sus años más mozos en las brañas que presiden las Ubiñas, El Ceyón o Tres Conceyos....
Y así el nombre de La Plata llegó hasta nuestros días. La Vía de la Plata (hoy en boca de todos, con objetivos diversos) fue reutilizada por el ferrocarril como se sabe, mediante unos raíles tendidos entre Huelva y Gijón, más o menos por la antigua vía pecuaria y vía romana ya transitada tiempo atrás: Zafra, Mérida, Cáceres, Palazuelo, Salamanca, Zamora, La Bañeza, Astorga, León, La Robla, Busdongo, Fierros, Campomanes, La Cobertoria, La Pola, Villayana..., Oviedo y Gijón.
Hoy esta Ruta de la Plata vuelve a estar de modo traducida en ruta hostelera y culinaria: pero el caso es que se vuelve a recordar desde los chiringuitos de Sevilla hasta los restaurantes de Xixón. Y a lo mejor, pudiera servir como un lugar más para la comunicación y el desarrollo rural que aquellos poblados protagonistas que más lo necesitan, lejos de la simple especulación aviesa.
Pero no es tiempo ni ocasión, ni tiene por qué Natalia Estrada aguantar estos rollos ahora. Tiempo habrá para seguir hablando sobre nuestro entrañable entorno lenense como lugar estratégico y más económico de paso en la comunicación más floreciente de estos valles asturianos con la inmensidad mesetaria, y con cualquier cultura europea al otro lado de estas encrespadas montañas.
En otra ocasión seguiremos recordando los caminos que no cesaron de patear otros viajeros, peregrinos, romeros, comerciantes, carreteros..., con objetivos diversos según las necesidades y modas de los tiempos: por ejemplo, el camín francés, con el pretexto de visitar a Santiago en Compostela, visitando primero a su patrono en San Salvador de Oviedo (quedan en Lena las bergueras, berguerías, alberguerías, ventas, posás, aquellos rústicos hospitales a su modo ... ). Quedan también muchos topónimos para contarlo en el silencio y entre las murias semiderruidas por las barcias y laz zarzas.
En fin, a los pies de una ermita prerrománica como Santa Cristina (a juzgar por algunos símbolos de sus paredes, reconstruida sobre un asentamiento prerromano), Natalia , te nombramos embajadora de esta gran Puerta de Asturias que es Lena, en la comunicación de uno y otro lado de las barreras que suponen las cimas entre Ubiña y Tres Conceyos; y en la ruptura de la incomunicación que suponen los malentendidos setos y vetos regionales (las xebes que sobran en estos casos).
Cuando en tus viajes ultramontanos te separes de las costas de Xixón, o despegues de los rellanos del aeropuerto de Avilés, piensa que en la mayoría de ocasiones, Lena te seguirá sirviendo de puerta entre tantos puertos asturianos: “ el portón principal” para entrar y salir de Asturias por la puerta grande , pues hasta el aire que surcan los aviones lo exhalan las brañas de Güeria, Cheturbio, El Fariñentu..., cuando cada mañana sobrevuelan las cabanas de estos puertos.
Y cuando en esos mismos viajes europeos escartafueyes los periódicos del día, comprobarás, tal vez indiferente ya, que en plena era del microchip, de los viaductos y las vías rápidas , los políticos seguirán enzarzados en discusiones enconadas sobre autopistas y variantes, para terminar de acuerdo con los romanos y los prerromanos: es decir, trazando las vías, los raíles, los viaductos y los túneles por encima o por las entrañas de las montañas de Lena (no siempre, por cierto, con los cuidados y escasos deterioros medioambientales con que las huestes de Carisio tendían sus calzadas).
En fin, Natalia Estrada , desde esta gran Puerta de Asturias en Lena , te deseamos que se proyecte tu esencia comunicativa y viajera, por encima de las brumas y nublinas que en ocasiones recubren nuestros recónditos valles asturianos. En una gran mayoría de días al año, piensa que las cumbre altas, las cimas de las montañas asoman gayasperas disfrutando de un cielo despejado entre el azul de las distancias sin fronteras. Que tus éxitos no conozcan otras nieblas ni barreras.
En nombre de La Asociación , te deseamos que lleves contigo en tu esencia asturiana el símbolo de esta Puerta siempre abierta para ti desde Asturias a través de las montañas de Lena".
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