:
El habla de Lena, remozada
Texto del artículo publicado
en La Nueva España, 2-11-2005,
por Julio Concepción Suárez.
Julio Concepción Suárez ."Nos pueblos, pel invierno la xente xúntase de nuiche en casa dalgún vecín, y atsí tán las horas muertas de filanguiru. Sentaos alreor del fuibu, nel esquenu, nel puyu, nun tayuilu o en suilu, los homes platican de lo que pinte y las muyeres filan o abuyetan sin dexar por eso de platicar".
Llegó la seronda (que diría Jesús Neira) y, como fruto esperado del otoño, vuelve reeditada a las librerías El habla de Lena . Ya no repetiremos a nadie que la obra lleva muchos años agotada, y que no la va a encontrar a la venta. Ni prestaremos recelosos nuestro ejemplar, ya más que desvencijado con los años, y con las pastas color sepia de tanto pasar pulgares y hojear páginas con los dedos. En el nuevo formato cuidado por el RIDEA, con el sabor rústico de un papel que incita al tema, volvemos a ojear aquella tesis doctoral de medio siglo atrás, con la nueva mirada y las perspectivas más frescas del dosmil.
Aquel trabajo de un joven Neira en bicicleta de pueblo en pueblo, o en chirucas por las caleyas, y mayadas de los puertos, a la pesquisa de fonemas o expresiones lugareñas, se había presentado en la Universidad de Madrid en 1951, con la firma de los ya entonces prestigiosos lingüistas Dámaso Alonso y Rafael Lapesa. Calificado por ellos mismos de sobresaliente, podríamos añadir nosotros que, medio siglo después, se cumple otra vez el refrán: " El buen pan, nel arca crez ". (La primera edición de aquel IDEA es de 1955).
Y así parece que aquellas pateadas investigaciones de Neira medraron en el libro, como el furmiintu que fay cheldar la masa y la multiplica en sabrosos bocados después. Por ejemplo, encontramos de resbalón plantas ya casi olvidadas como el brúncanu , muy apreciado entonces para diversos remedios caseos, que hoy botánicos como Matías Mayor identifican con el Ligusticum lucidum .
Dice Neira que lo usaban los vaqueros para las pulmonías del ganado (la etnoterapia, la etnobotánica, ahora). Y lo mismo podríamos decir de otras plantas ya recogidas en estas páginas: la carquexa, el cornapú, la xanzaina... Un libro que une lengua, paisanos, usos, aperos y contornos. La ecología sin más.
Con su palabreru y sus fonemas, se adelantaba Jesús Neira muchos lustros a ese asturiano que tantos hoy saboreamos en los pueblos de montaña. Todavía recordamos algunos exalumnos y exalumnas aquellos primeros pasos titubeantes por los pasillos de la Facultad de Letras camino de la clase de Neira. Pero entrábamos muy gayasperos al aula, con aquel libru bajo el brazu (60 pesetas de entonces) que reproducía exactamente palabras que sólo articulábamos en corrillos por las esquinas pa que nun se rieran de nosotros .
Acariciábamos las páginas donde leíamos guetu, burecu, xibletu; o cuitu, fuibu, sébanu, carémpanu, cuñéu; o esquisa, conciyu, comuña; o xabalín, xabú, xordia, xinero, xuneto. Y a la salida del aula hasta nos atrevíamos a hacer preguntas al profesor con el palabreru del pueblu . Todo un inolvidable privilegio en aquel inicio de los setenta.
Más de medio siglo después de aquella primera edición (lo que son las paradojas), los alumnos encontrarán en las librerías esas mismas palabras que también ellos saborean en las caleyas o en el pub , pero que fueron quedando un poco a l'aveseo (en la penumbra) con los años, y ahora retoñan en esta seronda con fuerza. Llega a punto el libro en un momento en que, por fin, vamos encontrando como "gran novedad" en carteles diversos por los pueblos (oficiales, incluso), nombres asturianos ya estampaos en estas páginas de Neira: La Vega'l Ciigu, La Vega'l Rey, Columbietso, Castietso, El Piridietso... (en esa ts vaqueira, tan sabrosa, por lo menos, como los suspiros de Payares).
Con ellos, y con la fonética del libro, sonarán más familiares (a todos y a todas) el resto de los pueblos en la pronunciación axacta que siempre hicieron los lugareños: Muñón Cimiru, Muñón Fondiru, El Nocíu, Malveo, Casorvía, Piñera Baxo, Tuíza Riba, Teyeo, El Tritsuru, El Sosetsar, Xomezana, Zurea... Así, como suenan, sin acicalar migaya .
Podrán los montañeros pisar sin titubeos los nombres de los mapas que siempre patearon vaqueros y vaqueras por las mismas sendas: Pena Ubina (lo de Ubiña, vino después); L'Aremu (El Aramo), Pena Tilóbriga (lo de Tolondra, fue más tarde)... Y en consecuencia (como "gran novedad" también), podremos empezar a saborear nombres asturianos made in situ : El Gamoniteiru, La Pena Tsago, Tresconceyos, La Vatsota, Candiotsas... O Cuitu Nigru , y no ya * Cueto Negro , ni * Cuetu Negru, ni *Coto Negro ..., tan lejos de la etnolingüística de la zona.
Como, por fin, podremos entender mejor a los arqueólogos cuando nos reproduzcan el nombre de los yacimientos encontrados en el lugar que les pronuncien los lugareños: por ejemplo, Currietsos ( Curriechos , para la mayoría hoy); y no * Curriellos , ni * Corriellos , ni * Corrillos ... O El Purtiitsu la Boya (El Purtiichu la Boya), y no *El Portillo, ni *El Portillu , ni * El Portiellu, tan ajeno a su entorno (tan antiecológico, por cierto).
Como ya podemos comprobar que se respeta (por fin, menos mal) la ecolología del Aramo cuando los encargados de la vuelta y de la tele nos hablan de L'Angliru . Y ya nunca más de * El Anglero , * El Angulero, El Anguleru, *El Angleru (por no contaminar aquella campera, además, en lo lingüístico).
De la fonética del libro podrán deducir los hosteleros y los organizadores del turismo rural, que la gastronomía asturiana lenense es la de las casadietsas ( casadiechas , para la mayoría ya), la cuayá , el butsu d'escanda , la botsa , la pegarata de Pascua, el pan de sucu , la borona maíz, el xuan , las sopas del segaor, la vianda , o el quiso pal postre ... Vamos..., el producto biológico al completo, con el nombre y todo, sin pizca de edulcurantes , ni " acicalantes " parecidos.
Y, ya de paso, los alumnos podrán teclear en internet palabras lenenses, con la seguridad de que muchas las empezarán a encotrar (con su etimología y todo) tal como están escritas en el libro de Neira cincuenta años atrás. Baste probar con algunas, como abondo, afechiscu, albá, comuña, esperteyu, filanguiru, garitu, ición, choríu, moraga, tracamundiar, vianda, xaguatá, xarazar, xaréu, xordia, xirigoncia, zuna . Todo un diccionario, en parte, ya circulando a cierta vcelocidad en bites y bytes por las autopistas de internet.
En fin, muchas otras novedades ( lingüísticas, etnolingüísticas, etnográficas, etnobotánicas, etnohistóricas ...) laten ( gorgoyan , buchen ) en un libro que, como el buen pan, creció en el arca de los años, y se pone otra vez de actualidad, lo mismo en los letreros de las carreteras, que en los pupitres de las aulas, o en los ficheros de las páginas web en la pantalla del ordenata. Y con todo ello, Neira seguro que se da por más que pagado ( peragraecíu , percontintu, que dirá él) con la frasecita de Séneca: " El premio de una buena acción, es haberla hecho ".
Ver textos asturianos de Jesús Neira
Ver "El hablante ante la lengua..."
Prólogo a Vital Aza (en PDF)
Comentarios a las Obras de Vital Aza
Volver a Personajes de Lena