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L'Escobal.

Resumen del libro
Por los pueblos de Lena
(pp. 329-333).
Julio Concepción Suárez.
Ed. Trea Gijón. 1995.

Caserío sobre Corneyana, en la bifurcación del camino a media ladera que sigue hacia Alceo y Palacio, con el que baja de los altos de La Carisa por Braña, La Ivesa... L'Escobal se levantó estratégicamente situado en el mejor rellano de la ladera, no por casualidad en la confluencia de varios ramales del camín francés que procedía de Malveo (ladera soleada del valle, más propicia al invierno); o que procedía de Herías y Bendueños por Campomanes (laderas más sombrías, propicias al verano). Desde L'Escobal la ruta seguía hacia Santa Cristina por Alceo, y valle abajo hacia La Pola, Mieres del camino....

Las resonancias conventuales de un caserío

En L'Escobal vivieron hasta los años sesenta; luego pasaron a la casa cimera de Corneyana, todavía llamada El Convento . El conjunto del Escobal, bastante bien conservado en piedra, se componía de vivienda, horro, corralá, cuadras, portales, payares, rabil ..., hoy transformados casi todos en anexos para el ganado. Hubo dos vecinos hasta los años veinte: 7 personas.

Toda la zona hubo de ser muy productiva, como puede indicar el mismo nombre de La Ivesa (un poco más arriba): una auténtica dehesa en su tiempo (lat. defensa, tierra protegida, defendida, cerrada para el cultivo o el ganado).

Entre los escobios o las escobas de un nombre

Estas circunstancias estratégicas de un caserío completo, con esas resonancias conventuales, y en un paraje tan productivo en aquellos tiempos, hacen suponer un pequeño poblamiento al servicio hospitalario o caminero como algunos otros por estas laderas del Payares y del Güerna.

El nombre, a juzgar por otros semejantes en estos valles, parece motivado por las abundantes escobas (los peornos), que se agrupan, siempre lozanos, bajo el caserío. Es el caso de L'Ascobaliega (en Tuíza Riba, bajo El Bocarón de Cheturbio); El Escobal, en Tuíza Baxo (zona de varios praos y peornales bajo la carba , sobre La Capilla); La Escobaliega, en Teyeo ( preu y peornos sobre el poblado).

El nombre del Escobal , por aquello de las coincidencias homonímicas, también pudiera referirse a las rocas calizas que hay junto al caserío (saliendo por el camino de Alceo), rodeadas de encinas y peornos.

A ello se refiere el asturiano escobio 'rocas salientes de los montes', lo mismo que el italiano scoppi 'escollos, rocas', derivados posibles de un * scopus , a partir de una regresión desde scopullus 'peñasco'. Rato define escobio como " pericuetu " y escobios como "los cerros que sobresalen en las cordilleras por las rocas puntiagudas, que hacen difícil el tránsito".

No faltarían referentes adecuados en el mismo concejo: Escobio (finca sobre El Coveyu), El Escubiu ( preu con penasca en el cruce de caminos sobre San Andrés de Parana), Escubiu ( castañeros cuestos en Naveo)... Muchos caseríos se construían al cobijo de las rocas, aprovechando sus cualidades y condiciones: la roca, la protección del viento, el calor...

En todo caso, al par de una villa (la de Cornelius), y de un villar (Vitsar)

Pero el sufijo abundancial hace pensar en las citadas escobas o peornos que siguen floreciendo tempranos ante la casería del Escobal; y que tanto servían para unos cuantos usos domésticos (escobas, escobones, combustible...). Siempre pensando en utilizar los recursos del suelo.

En fin, el caserío del Escobal supone hoy mismo un ejemplo de unidad de explotación agrícola y ganadera desde unos tiempos romanos o romances (en todo caso, medievales ya), estratégicamente situado en los mejores rellanos de una ladera, en contigüidad con una villa romana: Corneyana (del general romano Cornelius). El mismo Vitsar (un villar antiguo) hace referencia a las posesiones de una villa: unidad de explotación rural completa para sus tiempos.

La Ivesa: la dehesa, los pastizales reservados al ganado de labor

Como se dijo más arriba destaca sobre L'Escobal el conjunto de fincas de La Ivesa, sin duda en relación con los pastos acotados, defendidos, para los animales de trabajo: los que mejor habían de estar alimentados y cerca del poblado.

Con este sentido existe devesa en catalán y en portugués. Bien conocen pastores y ganaderos la función alimentaria en los pastizales de las dehesas extremeñas, tanto por el pasto como por las bellotas que suelen añadir aquellos espesos encinares.

En zona burgalesa explica R. Gómez Villar (2005: pp. 112 ss) el término desa, laisa, como "las dehesas boyales... espacios de monte comunal reservados para refugio y aprovechamiento pastural exclusivo de los ganados de labranza -bueyes, yeguas, mulas- durante las jornadas festivas y épocas del año en las que no se trabajaban los campos...

Por eso los límites del área se acotaban en toda su extensión con una cava o con un murete de piedras y espinos y se sometían a la vigilancia de los guardas o costieros. Las dehesas solían ser de propiedad concejil aunque las hubo de titularidad privada, entre ellas las reales y las de diferentes instituciones de carácter monástico".

El dato léxico de otras regiones confirma el sentido de la voz Ivesa: unos buenos pastizales, con todas las comodidades relativas para aquellos tiempos (cerca de una villa, Corneyana, o de un monasterio); pastos de calidad, cerca del pueblo...

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