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"Los caminos son semejantes a los surcos,
y así como éstos dan pan,
los caminos dan las gentes,
las hablas, los países
"
(Álvaro Cunqueiro)

El camín a Bendueños
per baxo:

el camín de Pasafrío, Nocea, La Fuente Santa...

Anotación inicial: la estrategia alternativa de los caminos

Los caminos a Bendueños desde Herías eran varios: el que asciende por Castro, El Quentu la Cruz...; y el que sigue casi en llano pueblu adelante por El Cotséu, Las Cuestas, El Quentu... Tenían sus épocas y ocasiones cada uno: el de Castro, mucho más pendiente, cogiendo más altura, más barrizoso..., era más bien para el buen tiempo, pues en pleno invierno por La Barrera (sobre El Montán) se pasaba muy mal el barrizal, lo mismo a pie que con carreñas, forcaos... Era el camín más bien contra el verano, para el otoño..., cuando estuviera más seco.

En cambio, el camín del Quentu, Nocea..., era mucho más apacible, casi en llano todo el tiempo, con menor altura, al cobijo de las matas, más propicio en días de nieve, o de intenso calor, si acaso, con menos barrizales: per baxo siempre se diba más a la sombra. Incluso estaban comunicados como alternativas de cambio, si era necesario: así, el Camín de la Felguera ascendía desde El Caliru, sobre Las Cuestas, para enlazar de nuevo con el del Quentu la Cruz, cuando fuera necesario.

Tal vez, un camín con más mérito percima, per La Cruz...

El nombre de Pasafrío, a medio camino antes de Nocea, es todo un símbolo meteorológico: en invierno, ya anuncia que se va a pasar frío, pues está en un pequeño alto, justo en el cambio de ladera; donde se cruzan los vientos del norte, del oeste, del este...; tiren de donde tiren, se cruzan fríso en Pasafrío. Con todo, mejor pasar frío que pisar nieve pel camín de percima, por La Cruz.

No obstante, el camín de Pasafrío, para el verano, con los calores también resultaba adecuado: se refrescaba la andadura en el cantizal, muy vistoso por cierto sobre las laderas circundantes. Un odotopónimo, por tanto, en relación con los caminos.

El camín de peregrinos desde Trescasa y La Fuente los Peregrinos

Como se dijo en otro lugar, el camín de peregrinos -voz lugareña más frecuente que Camín Francés- entraba a Herías por Pumaralgo, bordeaba La Fuente los Peregrinos en Trascasa, y ascendía unos metros ligeramente por La Güertancima, para rodear el pueblo sin entrar entre las casas, por razones muy diversas.

Este camino que rodea el pueblo se conserva bien en unos 200 m entre las fincas: como no se usa, se mantiene casi intacto entre los pareones colaterales; unos 3 m de ancho, con la calzada sin malezas, si bien las pedreras ya están recubiertas de yerba otra vez; pero sin arbustos que impidan el paso.

Es el tramo que continúa por El Pedreo hacia Las Cuestas y se llama con precisión, El Camín de (los) Peregrinos -ligera variante a veces-. El nombre ya poco usado, una vez que la memoria de los mayores, nativos del pueblo, se fueron con ellos y ellas en su mayoría.

El documento actual del Camín del Tarrañín y Chamas

El camino de Herías continúa amplio bajo El Tarranturiu, por El Caliru, El Quentu, sobre Valderías; sigue por Pasafrío, Nocea, Pescales, El Tarrañín, El capitán, Chamas... Y llega al Preu la Fuente Santa, ya bajo Bendueños. Asciende ligeramente por El Truíbanu, Solapresa..., y da a La Campa la Ilesia pasadas las últimas casas. Y al Santuario de la iglesia.

La prueba del camino amplio por esta ladera más boscosa y fondera de Bendueños sigue muy visible tras la finca del Tarrañín: queda un amplio rellano de camino, como de unos 4 m hasta la xebe del Capitán; tal vez aquí fuera más amplio, porque en este punto se bifurca a la derecha y hacia abajo el camín a Campomanes.

El camino principal de Campomanes, por lo manos malo de la ladera

En realidad, el camín de Herías sólo enlaza en El Tarrañín con el camino principal que subía de Campomanes a las fincas sobre Nocea: Pescales, Pasafrío, Las Felgueras...; un camino amplio, por lo más llevadero de la ladera, rodeando desde La Vega y El Castión por Casafraes -la casa de los hermanos frailes-, y por Nocea para evitar los mayores desniveles por Valderías.

Bien lo recuerdan este camino los mayores de hoy, como Antonín de Alceo, que lo utilizaron siempre con las caballerías, las carreñas..., para subir de Campomanes a Bendueños hasta no hace muchos años. Era un camín empedráu en muchos tramos, un poco pendiente, pero el mejor para aquellos tiempos.

Unos caminos cortados en la actualidad, ciegos, entre las zarzas de las fincas colaterales

Si bien el trazado antiguo se sigue con claridad, el paso ya no es fluido como en su tiempo: por ello se facilitaron dos pasos alternativos a las zarzas: las famosas saltaeras por atayos; una, la de Chamas, para el paso a los de Bendueños que bajaban a Campomanes; y otra, la de Nocea, para facilitarles el siguiente tramo cerrado también con los años.

Los vecinos de Herías abandonaron definitivamente este camino de per baxo, cuando se abrió la carretera a Bendueños por Castro, allá por los años 70. Habría más razones para las preferencias por el camino de La Cruz: la espectacular vista que se abre entre las cuadras sobre el pueblo y el Santuario, cuando se va a pie -como se iba antes-, acabaría por cerrar definitivamente el camín de perbaxo, el de Pasafrío y La Fuente Santa. Tendría más mérito pa ganar las indulgencias...

El camín de Bendueños que descendía por Chamas, una vez en Campomanes, pasaba por La Fuente'l Vatse, cruzaba a L'Astación por El Baite y El Bite (cruce de la carretera actual), seguía por debaxo Corneana, La Nozala, El Puente los Tsobos, Santa Cristina, La Cobertoria..., La Pola... Y hacia Mieres del Camino, no por casualidad tampoco.

A modo de resumen: el documento de La Fuente Santa y su leyenda (ver la versión completa)

Una vez más se repite en las zonas de montaña, con vertientes más pindias y valles cerrados, la misma estrategia en el uso de los caminos: para el mal tiempo, los más soleados, menos barrizosos, más apacibles; para el mejor tiempo, los más sombríos, más boscosos; para el verano, los más altos; para el invierno, los más fonderos o a media ladera de la montaña. Entre Herías y Bendueños, se dan las circunstancias, muy aprovechadas luego por los peregrinos.

El nombre de La Fuente Santa es un buen documento, a falta de otros, con el detalle de una leyenda que lo confirma: la voz oral de que los vecinos de Campomanes xubieron con una parexa de güés muy fuertes, y una carreña, bara bajar la imagen que había aparecido a unos segaores en El Preu la Fuente.

Si había xubío una parexa gües xuníos para la carreña, es que el camino era lo suficientemente amplio para ello hasta Campomanes. La bifurcación en El Tarrañín lo atestigua todavía hoy mismo a pesar de algunas zarzas. Se pasa todavía a pie hacia las fincas.

El agua que "sabía a anís", y hasta nos lo parecía y todo a los mozacos, ilusionaos con la lecherina na mano...

Y se llegaba a La Fuente Santa: un manantial de aguas siempre consideradas medicinales, más sabrosas, más refrescantes..., por los vecinos. El agua brota de una piedra sillar en la finca La Güerta la Fuente, a pocos metros bajo las casas, por El Camín de Peregrinos a Campomanes. El "agua que sabía a anís": nos decían para que fuéramos más voluntarios a catar agua pa los segaores cuando la yerba. Y hasta lo bebíamos a sabrosos sorbos y todo, muy convencidos entonces...

En dirección a Campomanes, por tanto, se accede a la finca de La Fuente Santa - La Güerta la Fuente para los de Bendueños; lo Fuente Santa pa los de Herías- por una escalera de piedra con gruesos peldaños. Agua muy templada en pleno invierno, con las mayores xelás. Muy fresca en verano, con los calores más agostiegos.

Una Virgen, sobre una carreña arrastrá por la parexa...

En resumen, recuerdan los vecinos y vecinas que en El Preu la Fuente se apareció La Virgen de Bendueños a unos segaores: llevaban segando desde el amanecer, y, a eso del mediodía, la sensación de cansancio y de agotamiento fue tan grande que se dirigieron a la fuente para calmar la sed.

Bebieron ansiosos y agradecidos sobre todo porque estaban comprobando que ese día el agua sabía intensamente a un dulce anís. Ilusionados y reanimados para seguir segando con fuerzas redobladas, levantaron la cabeza del manantial, y entonces comprobaron que, entre la yerba espesa tras la fuente, se había levantado estática la figura de una Virgen que los miraba complacida.

Asustados los segaores -continúa la voz oral- subieron nerviosos al pueblo para comunicar la noticia y llevarse con ellos la figura aparecida. Bajaron todos los vecinos y vecinas con una parexa de gües y una carreña, dispuestos a subir la Virgen a la ermita del pueblo. Pero se corrió la voz por todos los tsugares de la redonda, y entonces subieron los de Campomanes a reclamarla como suya, puesto que estaba en el camín de peregrinos que descendía también a su pueblo.

Pero la Virxen nun quería dir pabaxo, pa Campomanes

Y comenzaron las disputas. Los de Campomanes trajeron fuertes parexas de gües, y una carreña grande para llevarse La Virgen camín abajo de la ladera. Pero los poderosos bueyes no fueron capaces de mover del sitio la carreña, a pesar de que yera cuesta baxo -nos cuenta con gracia Ciona.

Cabreados con sus bueyes, volvieron a Campomanes y trajeron otra parexa más fuerte: pero tampoco pudo mover la carreña de la fuente. Pusieron en gavita las dos parexas. Y no arrastraron unos centímetros la carreña con la Virgen del lugar de la fuente...

Por lo visto, una Virxen que sólo quería dir parriba, pa Bendueños

Como la Virxen nun quería dir pabaxo, pa Campomanes, probaron los de Bendueños con su parexa más humilde: un par de gües normales, los del pueblo. Y, sin más problemas, a la primera, subieron la carreña con La Virgen por el camino pendiente, a pesar de que era cuesta arriba y en pedrera. Comprendieron todos los presentes en conceyu que La Virgen quería dir pa Bendueños. Y se acabaron las disputas: entre la Virxen y los bueyes, dexaron la cosa en paz....

Desde entonces la imagen está en El Santuario de La Campa, con su fiesta celebrada cada año en primavera. Y los vecinos y vecinas de Campomanes nunca más pusieron en duda la voluntad de la Virgen en este punto. Por esto, cada año acuden como romeros a la campera, como si nada hubiera pasado...

La tradición peregrina y romera que se desviaba en Herías para acercarse a La Virxen de Bendueños

El documento oral de la leyenda refuerza de paso los trazados antiguos de los caminos, por tanto. Aquel primitivo culto de los nativos sería aprovechado sabiamente por los cristianos para transformarlos (reconducirlos) hacia los nuevos tiempos romanos y medievales. Así se fue desarrollando una nueva religiosidad popular colocando simplemente una Santa al nombre del dios precedente.

El nuevo culto a La Virgen llevaría consigo todas aquellas otras creencias ya arraigadas entre los nativos de la zona: curar, sanar, mejorar, prevenir..., en la salud de personas y ganados, comenzando con las aguas medicinales, por supuesto. Hoy se celebra la fiesta anual de primavera con diversos nombres: La Virgen de Bendueños, l'Asunción, La Virgen de Pentecostés...

Con los siglos, El Santuario de Bendueños y la Virxen fueron asentando la confianza en una patrona que curaba las enfermedades, lo mismo entre los nativos, que entre los fieles de los pueblos de Lena, que entre las gentes de paso por El Payares y por El Güerna. Ahí quedan los tramos más amplios de tantos caminos para contarlo... Y, los nombres del paisaje, por supuesto.

(tomada del libro Por los pueblos de Lena, 2014)

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