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"Si queremos juntarnos,
nunca mires delante:
todo lleno de abismos,
de fechas y de leguas.
Déjate bien flotar
sobre el mar o la hierba,
inmóvil, cara al cielo.
Te sentirás hundir
despacio, hacia lo alto,
en la vida del aire.
Y nos encontraremos
sobre las diferencias
invencibles, arenas,
rocas, años, ya solos,
nadadores celestes,
náufragos de los cielos".
(Pedro Salinas)
Bárbara Mallada
Por las sendas de La Vachota:
La Mesa, L'Ascrita, La Tesa...
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El saludo de la braña:
recibidos y recibidas
con todos los honores
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(foto prestada por Bárbara)
El Puerto La Vatsota:
el valle, la braña, la vaguada alta
-que dice el nombre-
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(foto de Bárbara) |
El tacto de los ganados:
seguro que busca un poco
de azúcar para compensar
arbustos y yerbas,
tal vez demasiado duras
en la sequedad otoñal
de las calizas
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También la mastina
nos recibe,
aunque con
regular cara de amigos
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(foto prestada por Bárbara) |
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El sonido de las camperas:
lo necesitan las vacas
para seguir a la capitana;
y el dueño,
para saber por dónde andan
en días de nublina
especialmente
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¡Tan contenta ella
con la yegua,
como la yegua con
la sonrisa de la vaquera
en la soledad otoñal de la
mayada!
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Entre el suelo y el cielo:
con los valles a los pies
El infinito
por Giacomo Leopardi
"Amé siempre esta colina,
y el cerco que me impide ver
más allá del horizonte.
Mirando a lo lejos los espacios ilimitados,
los sobrehumanos silencios y su profunda quietud,
me encuentro con mis pensamientos,
y mi corazón no se asusta.
Escucho los silbidos del viento sobre los campos,
y en medio del infinito silencio tanteo mi voz:
me subyuga lo eterno, las estaciones muertas,
la realidad presente y todos sus sonidos.
Así, a través de esta inmensidad se ahoga mi pensamiento:
y naufrago dulcemente en este mar".
Camperas, roquedales,
plantas, cabañas..., van quedando más abajo
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Como la flor del
espantapastores
(Colchicum autumnale) :
que ya avisa con el nombre;
es tiempo de retirar el ganado
a los pueblos otra vez
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(foto prestada por Bárbara) |
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(foto prestada por Bárbara)
El Puerto Cuayos:
donde nace el río Lena,
altos de Valgrande
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Los detalles de la andadura:
siempre nos dicen algo hasta las piedras...
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Con los efectos de un AVE
sobre los pueblos y los bosques,
sobre las aguas del río Güerna...
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Contemplando
los precipicios
de La Tesa y La Mesa
al otro lado
de las murias.
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(foto prestada por Bárbara |
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Paisajes,
por Francisco Giner de los Ríos
"El goce que sentimos al hallarnos en medio del campo, al aire libre, verdaderamente libre (...) no es solo de la vista, sino que toman parte de él todos nuestros sentidos. La temperatura del ambiente, la presión del aura primaveral sobre el rostro, el olor de las plantas y las flores, los ruidos del agua, las hojas y los pájaros, el sentimiento y conciencia de la agilidad de nuestros músculos... Aun reduciendo el paisaje a una perspectiva y su percepción a la mera contemplación visual, es incalculable el mundo de factores que intervienen para constituirla; tantos como fuerzas, seres y productos despliega la Naturaleza ante nuestros ojos: la tierra y el agua en sus formas; el mundo vegetal con sus tipos, figuras y colores; la atmósfera con sus celajes; el hombre con su obra; los animales y hasta el cielo con sus astros y el juego de tintas, luces y sombras que matizan diversamente el cuadro a cada hora del día y de la noche".
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Y, ya de vuelta,
por el Monasterio de Acebos:
el de los monjes que avisaban
con la campana
a los perdidos entre la niebla.
Algunos vestigios de la capilla
se continúan entre las piedras
de la cabaña...
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El sabor de la miel:
aviespas, deben ser
nesti casu;
pasamos en sin tocar,
nin escombuchilas,
por si se mosquean
y
nos ensaman...
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Es otoño para todos y todas:
el ganado sabe que es hora de partir;
por las miradas que nos echan algunas,
se diría que están esperando al dueño...
Los sonidos de la naturaleza
por Carlos de Hita
"Se puede decir que el paisaje sonoro es una consecuencia del comportamiento animal. Una sucesión de voces que se desarrolla en un escenario determinado, dotado de su propia acústica, ya sea una laguna o un bosque, y en un momento dado, lo que añade otros matices acústicos. Una obra de arte sin artistas, que dura desde el comienzo de los tiempos, pero sin ninguna intención, ya que todo es el resultado de la suma de innumerables solistas que cantan, reclaman, silban y se comunican mensajes muy concretos pero dirigidos exclusivamente a sí mismos, todo lo más a sus congéneres, y sin ninguna intención de deleitar a terceros. Un concierto frío y ajeno a nosotros al que sin embargo, por medio de nuestra capacidad de evocación, otorgamos una calidez y un significado. Un espectáculo, además, al que podemos tener la fortuna de acudir en solitario, para disfrutar en exclusiva de una representación que en realidad no lo es.
El universo sonoro es tan amplio como la naturaleza que lo produce. Nos encontramos con todo tipo de llamadas de los animales, desde los más monótonos y repetitivos hasta aquellos capaces de elaborar largos y complejos repertorios.... Empieza la función. ¡Que no pare la música!
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Las gabuxas
(Artostaphilos uva-ursi) :
la planta inteligente
que esconde sus bayas escarlata
bajo las hojas
hasta el invierno arriba;
bien lo saben los animales
para sobrevivir entre las nieves
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Muy investigadora ella,
hasta tien que encontrar algo
entre las murias
del recinto monástico
ya desaparecido
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Y hasta tuvo suerte:
los cimientos del edificio
duermen el silencio monacal
ya centenario
de la vaguada,
mientras no lleguen las palas,
claro
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Así sería la techumbre
de la pequeña abadía:
piedra abundante
para
las nieves, el viento,
el xelu
...
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En fin, una xornada otoñal por las mayadas:
en la seruenda, que dicen los vaqueros
"Caminar es dialogar con uno mismo,
cuando la palabra ha quedado flotando
ante los millones de imágenes en suspensión,
cuando la palabra ha sido vituperada.
Un nuevo, más bien viejo lenguaje:
el de los caminantes,
el del sonido de sus pasos ascendiendo montañas,
vadeando ríos,
durmiendo a la intemperie.
Vivir mucho al aire libre, al sol y al viento.
Como Thoreau, soy partidario del bosque
y de la pradera, y de la noche,
cuando se escucha crecer el maíz"
(por César Antonio Molina)
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