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Literatura femenina / feminista

Laura Freixas

  1. Creo que existe una literatura femenina o de mujeres con características propias, aunque está desvalorizada como todo lo femenino"

  2. "La aportación más especifica de la literatura de muejeres se centra en ampliar la gama de personajes femeninos y presentarlos como personajes con valor por si mismos, en sus relaciones entre mujeres, y no sólo con los hombres. Esta aportación, hecha sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, forma ya parte del caudal de la literatura en general, y está a disposición de hombres y mujeres. Pero las características históricas propias de la literatura femenina se diluyen a medida que hay más mujeres que escriben ".

  3. "Tengo muchos ejemplos concretos sacados de los periódicos con nombre y apellidos, de críticas o columnas de opinión en las que se dice explícitamente que lo que es femenino no puede ser universal, que la literatura de mujeres no es gran literatura o literatura de verdad ".

  4. "Un hombre tiene más fácil entrar en la Real Academia. Lo difícil es no entrar en ese juego, porque el camino está allanado para el escritor serio y para la escritora frívola ".

  5. "Es muy difícil combatir los prejuicios sobre la literatura femenina: el pensamiento occidental funciona por pares jerárquicos con el importantísimo matiz de que lo masculino se considera superior, más prestigioso. Eso está tan enraizado y metido en la lengua, que no veo qué demonios podemos hacer. Lo masculino es lo universal y se une a una amplísima gama de posibilidades, y lo femenino es lo particular y lo sexuado ".

  6. "La idea de que las mujeres estamos arrasando en las listas de ventas es falsa y un poco paranoica"

  7. "Yo creo que, históricamente, sí existe una literatura femenina con características propias; esto todavía es así, aunque menos, porque a medida que hay mas mujeres que escriben, hay más diversidad, por lo tanto, las características comunes se diluyen. Pero, aún así, creo que sigue habiendo ciertas características propias".

  8. "La literatura escrita por mujeres, hasta hace poco y en cierto modo todavía, es lo bastante minoritaria y excepcional como para poder tomar todos esos textos y decir que hay características comunes. Y uno de los problemas para la igualdad entre hombres y mujeres es que no hay una simetría exacta por razones históricas".

  9. "La literatura se clasifica actualmente por sexos, edades y también por países. Creo que esto es debido, entre otras cosas, el derrumbe de las ideologías... Entonces, como ya no se debate sobre ideas, y seguimos necesitando clasificar, las etiquetas que quedan son las de sexo, edad y países".

  10. " Seamos justos: la literatura femenina se sobrevalora desde el punto de vista del mercado porque, por ejemplo, surgen nuevas colecciones de escritoras, pero, sin embargo, se infravalora desde el punto de vista culto. ¿Por qué? Yo veo dos motivos. El primero es que la hostilidad hacía la mujer culta es algo muy enraizado en nuestra cultura, por lo menos, se remonta a Juvenal en el siglo I d.C. y seguramente, encontraríamos ejemplos muy antiguos. Pasa por Moliere, Las mujeres sabias, o Quevedo y su sátira contra las que llama “hembrilatinas”. Y sólo doy los ejemplos mas notorios pero es una corriente que recorre la cultura y que se encuentra en autores mas modernos como André Gide".

  11. "Hasta hace poco, los escritores competían solamente entre ellos, y me temo que algunos ven a las mujeres como unas competidoras casi desleales en el sentido de que, para empezar, hay más competidores: antes eran sólo ellos, ahora hay unas competidoras nuevas y esto provoca hostilidad. Además, son unas competidoras que parecen jugar con ventaja ya que, en cierto modo, el mercado las sobrevalora, y tienen un público propio. Y todo eso suscita mucha desconfianza".

  12. "A los que piensan así yo les diría que no se preocupen, que las mujeres lectoras leen a mujeres pero también leen a hombres. En cambio me pregunto si los hombres lectores leen a mujeres".

  13. "A la hora de escribir persigo unos objetivos: desmontar los tópicos. Por ejemplo, el tópico, que no se dice con todas las letras, pero que está sobre entendido en muchos periódicos, columnas y críticas: que las mujeres están degradando la cultura"

  14. " O terminar con el tópico de que lo femenino no puede ser universal, y por lo tanto, la literatura de mujeres no puede ser buena literatura".

  15. "O desmentir el tópico de que las mujeres venden más, que han conquistado la igualdad, que están arrasando y acaparando los premios. Todo eso es falso y un poco paranoico. Es decir, lo que se está produciendo es una mayor presencia de mujeres en la creación literaria y, por lo tanto, en las ventas y en los premios; pero estamos muy lejos del 50 por ciento. O sea que la idea de que estamos arrasando y monopolizando es falsa y, además, paranoica".

  16. " Y no es así, porque todavía nos encontramos en un 20 por ciento; es que ni siquiera hemos llegado al 50 por ciento. Por favor, que nadie se asuste ".

  17. "Yo creo que el terreno está abonado por dos prototipos: el escritor varón, serio que puede aspirar a la Real Academia, o sale Premio Cervantes; y la escritora frívola, folklórica y escandalosa que nunca llegará a la Academia, pero que, en cambio, va a ocupar portadas y salir en programas de televisión de gran audiencia.

  18. "Creo que debe ser difícil ser escritor varón y promocionarse con esos métodos, porque no veo el equivalente del gran escote; y también es difícil ser escritora seria. Te puedo nombrar el ejemplo de Rosa Chacel, que toda su vida aspiró a ser una escritora seria y lo era pero que nunca obtuvo el reconocimiento que deseo. Ella quería el Cervantes o, al menos, el Premio Nacional y entrar en la Academia y nunca lo consiguió"

  19. "Esto es una norma de nuestra sociedad: lo que se feminiza se desvaloriza, y viceversa. Incluso en una profesión, cuando entran muchas mujeres, bajan los sueldos. Es un círculo vicioso. Por ello, las escritoras que aspiran al prestigio y la seriedad lo hacen a base de rechazar completamente el tema mujer. Lo que yo quisiera demostrar es que se puede ser totalmente seria sin rechazar ese tema, sino todo lo contrario"

  20. " Yo tengo la esperanza de que, como dicen algunas feministas, lo cuantitativo termina por ser cualitativo. Es decir, cuando hay muchas mujeres en un sector, entonces las cosas cambian. Por ejemplo, esos estereotipos sexistas, esos sobrentendidos despectivos como “eso es literatura femenina, es malo, gustará a las mujeres…”"

  21. "Ese tipo de cosas, que en un medio casi totalmente masculino, como es el de la crítica literaria, pasan perfectamente desapercibidas y con toda naturalidad; creo que cuando la mitad de los críticos sean mujeres se va a reaccionar más, y los críticos van a tener que ser autocríticos, que es lo que yo les pido".

Rosa Regás

  1. " Opino que hay una mirada distinta de hombres y mujeres, pero esto no quiere decir ni que la mirada de los hombres sea literatura masculina, ni que la mirada de las mujeres sea literatura femenina. La literatura es una con cientos de miles de miradas".

  2. "La literatura hace mucho para el que la lee, sea estudiante de secundaria, universitario, trabajador o trabajadora, jubilado o ama de casa".

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"Los efectos de la literatura escrita por mujeres"

Artículo publicado en
la revista PLATERO, nº 134, año XIX, febrero 2003.
Edita CAJASTUR.
Oviedo.
M. Socorro Suárez Lafuente.

(Extracto de algunos fragmentos)

"A lo largo de la historia de la literatura ha habido una escasa presencia de mujeres escritoras porque ni en las familias ni en los lugares en que se impartía la educación se educaba a las mujeres para el saber. Ni siquiera en los monasterios medievales, que fue donde se preservó la cultura escrita, copiando, cuidando y ampliando el conocimiento, se enseñaba a las monjas a leer y escribir; éstas cantaban en Latín “de oído”, pero no tenían acceso a códices ni manuscritos.

Así, cuando la abadesa germana Hil­egard von Bingen, en el siglo XII, quiere escribir sus visiones místicas, el obispo de su diócesis tiene que buscar un monje que le sirva de secretario. Las cosas no mejorarán en este terreno hasta el siglo XVIII, lo que lleva a la autora inglesa Virginia Woolf a escribir en su libro Una habitación propia (1929) que nunca sabremos si la hermana de William Shakespeare tuvo tanto talento literario como él, y si el talento literario lo hubiera tenido ella nunca hubiéramos tenido un Shakespeare, porque las mujeres eran educadas para estar en casa, les estaba vetado el mundo exterior y era impensable y, por tanto, imposible, que Ann Shakespeare hu biera viajado sola a un Londres que desconocía para introducirse en el mundo del teatro como hizo su hermano.

Con la industrialización de la sociedad y el establecimiento de la clase media muchas mujeres tienen, desde finales del siglo XVIII, tiempo de ocio, que aprovecharán para leer, para hablar en tertulias que organizan en sus casas y para escribir. Algunas escriben cartas, que hoy nos sirven como documentación de su tiempo, como es el caso de Lady Montagu o Madarne de Sévigné,otras escriben ya novelas, poemas y obras de teatro.

Las mujeres burguesas son las propulsoras del surgir de la novela: pronto descubren el potencial de entretenimiento de la literatura y se convierten en lectoras voraces de largas historias en las que se podían sumergir durante horas y “vivir” dramas y aventuras con los personajes. Su afición a la lectura propiciará la publicación de la novela por entregas, generalmente en tres partes, lo que da estabilidad comercial y económica a las editoriales, origina el préstamo bibliotecario por necesidad social y, lo que es más importante, crea una demanda de novelistas que permite a muchas mujeres probar suerte como autoras, con gran éxito, en este terreno nuevo.

De la misma manera que las mujeres francesas fueron las que mejor organizaron sus tertulias privadas, hasta el punto de que tal actividad recibe el nombre de “salonié­res” (salonistas), las inglesas son las más importantes en el campo de la novela. De una amplísima nómina de novelistas británicas reconocemos inmediatamente a Mary Shelley por su creación de un mito con Frankestein (1817) y a Jane Austen porque algunas de sus novelas han sido llevadas al cine recientemente: Orgullo y prejuicio (1813), Sentido y sensibilidad (1811) y Emma (1816). A los premios Oscar de este año se presenta Las horas, película que trata de la vida de Virginia Woolf y de una de sus novelas, Mrs Dalloway (1925). De esta misma autora también triunfó en el cine hace unos años Orlando, escrita en 1928.

La sociedad española incorpora lentamente a sus escritoras al canon literario, y en el siglo XIX ya podemos contar con Fernán Caballero, Emilia Pardo Bazán y Rosalía de Castro, entre las más destacadas. En los inicios del siglo XX las mujeres acceden a la enseñanza media reglada y, consiguientemente, a los estudios universitarios, en una proporción aceptable y creciente; en 1903 se funda en Madrid un instituto “para señoritas” que cuenta en 1912 con 125 matriculadas, y sólo dieciséis años después, en 1928, con 1.681 alumnas, una buena parte de las cuales ingresarán en la universidad.

De aquí que durante la II República haya mujeres dedicadas a la política y parlamentarias como Victoria Kent y Clara Campoamor, que pueden discutir pública y oficialmente sobre un tema que les incumbe de manera directa: el voto de las mujeres. Las intelectuales abundan ya en España desde principios del siglo XX, y aunque, con frecuencia, han estado subsumidas en la obra de sus maridos, la investigación contemporánea les está otorgando su justa valía. [...]"

"Las mujeres incorporan su experiencia al mundo literario de varias maneras: haciéndose presentes en todos los momentos históricos en que, estando, compartiendo y contribuyendo, fueron ignoradas por los documentalistas e historiadores oficiales; haciendo explícito su punto de vista en todas y cada una de las múltiples ocasiones en que otros se expresaron en su nombre y pusieron palabras en su boca, y optando por caminos alternativos a los que la sociedad les tenía prefijados en cada momento. Para llevar a cabo esta tarea, que habría de cambiar los modelos arquetípicos al uso, las mujeres se aprestan no sólo a escribir desde un punto de vista nuevo y diferente (re/visión), sino a volver a escribir (re/escribir) el cánon literario establecido" [...]"

"Celebremos, pues, la abundancia de palabras que se escriben para registrar nuestra individualidad y nuestra importancia, y hagamos de la esencia de ser persona la fuerza de ser mujer"

(continuarán las reflexiones...)