2º Premio Solidaridad Lenense, 2004:
Cruz Roja de Lena.
(Palabras leídas
con motivo de la entrega
del 2º Premio Solidaridad Lenense
a Cruz Roja de Lena.
Julio Concepción Suárez).
(Continuación)
Y porque siga por muchos años el ejemplo de Leoncio, bien está pasar la antorcha a quienes llevan también muchos esfuerzos y gabelas por seguir construyendo Lena. Agradecemos, por ejemplo, en Lena la labor de Don Rafael, que colaboró con el cura párroco muchos años, y que sigue haciendo lo que puede por nuestros chugares y xente lenenses.
Hemos de agradecer también otras muchas colaboraciones desinteresadas al estilo de Leoncio. Es el caso de Cruz Roja en el conceyu. Unos cuantos mozos y mozas llevan muchos años dedicando tiempos en ratos libres por hacer más habitable nuestra sociedad, y nuestro entorno natural y medioambiental en Lena.
Cruz Roja organizó y sigue organizando muchas jornadas cada año con el único objetivo de hacer más responsables y solidarios a nuestros jóvenes ya desde bien pequeños: jornadas culturales, juegos, charlas, atención a personas discapacitadas... Jornadas ecológicas, control de basureros piratas, recogida selectiva de materiales contaminantes...
O campañas humanitarias, campañas contra el hambre, envío de donaciones a otros paises necesitados, campañas contra la droga, educación para la paz, para la igualdad, para la no-violencia, contra el sexismo, contra la discriminación de cualquier tipo, moneda hoy demasiado corriente. Muchos años lleva Cruz Roja con estos temas.
Cruz Roja de Lena está reviviendo en los pueblos aquellas sanas costumbres de la buena vecindad, la colaboración vecinal, la solidaridad entre los pocos y pocas que ya van resistiendo por los chugares de Lena, en los pueblos de montaña sobre todo. Intentando, en fin, que no se vuelva a repetir más aquello de que “chugar piquinu, infierno grande”.
Así, por ejemplo, estos jóvenes ilusionados en el proyecto fueron capaces de volver a practicar las estaferias en los pueblos: aquella sana costumbre de trabajar todos los vecinos y vecinas un día a la semana para las cosas del común (limpiar caminos, arreglar fuentes, organizar fiestas...). Y a celebrarlo también en común, olvidando las capacidades distintas de unos o de otros. Si caún fay lo que pue, eso ye bastante. Aunque hay que facelo, claro. Y lo están logrando estos jóvenes de Cruz Roja otra vez en los pueblos.
Conocidas son las rutas de montaña que por un tiempo hizo y sigue haciendo Cruz Roja, donde caben todos y todas sin tiempos, sin marcas ni plusmarcas. Durante varios años disfrutamos unos cuantos y unas cuantas del placer de los senderos por las cumbres y vericuetos del conceyu: el aire oxigenado de los hayedos; el azul del cielo sobre los abismos de Peña Ubiña; el paso silencioso por las esponjosas praderas de las brañas; el pote afumáu al mor de las plegancias y las trébedes en las cabanas de los puertos. Fue aquella otra buena idea de Cruz Roja.
Y novedoso fue en su tiempo el sistema de teleasistencia a las personas que viven solas y enfermas en los pueblos. Bien saben esas personas conectadas que siempre tienen un aparato o un teléfono al alcance de la mano para hacer una llamada, y que alguien las atienda desinteresadamente en pocos minutos. También eso es de agradecer y mucho. Bien lo saben los mayores por los pueblos. La ecología, el medioambiente, la sociedad, la cultura lenense seguirá necesitando por muchos años a Cruz Roja en Lena.
En fin, la antorcha de Don Leoncio, siempre en busca de la comunicación, de la sonrisa y de la buena vecindad, no se apagará ya nunca de pueblo en pueblo, ni de caleya en caleya. La mejor lección que aprendimos los discípulos del maestro fue sin duda ésa. Por esto, en nombre de Leoncio y de todos los que trabayan solidariamente por el conceyu entregamos este 2º Premio a Cruz Roja de Lena, que bien merecido se lo tiene.
Gracias, Leoncio. Y Gracias, Cruz Roja de Lena.
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