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Antología poética
Fernando Pessoa.
Espasa-Calpe
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(sólo un esquema
para que lo completes
con tu lectura de la obra,
con otras lecturas,
con otras interpretaciones,
con otras web... ...)
"Pero si Dios es las flores y los árboles
y los montes y el sol y la luz de la luna,
entonces creo en él,
entonces creo en él a todas horas,
y toda mi vida es una oración y una misa
y una comunión con los ojos y por los oídos"
(Fernando Pessoa)
A. Vida y personalidad
Fernando António Nogueira Pessoa (Lisboa, 1888-1935) es considerado uno de los mejores poetas de los últimos siglos. Su padre muere cuando él tenía cinco años, y su madre se casa con un cónsul de Portugal en Durbán (Sudáfrica), entonces colonia británica, por lo que se traslada allí, donde aprende la lengua y la educación inglesa en profundidad. Sus primeros textos los escribe en inglés..
Así conoce también a los escritores ingleses (Shakespeare, Allan Poe...), y se dedica a colaboraciones en el comercio y a las traducciones de autores ingleses para varias revistas y trabajos. Reliza sus estudios universitarios en Sudáfrica.
Dedicado al periodismo, la publicidad, el comercio, destaca sobre todo en los aspectos literarios, para lo que fue adoptando una serie de heterónimos (no seudónimos); es decir, se inventó una serie de personalidades, con las que firma como si fuera él mismo. Incluso, inventa la vida de cada uno de esos supuestos autores, como si hubieran sido reales: pero sólo se trata de una técnica para adoptar posturas distintas no con un mismo nombre (el ortónimo, el nombre correcto), sino con varios nombres (los heterónimos, que tuvo hasta varias decenas, según parece). Ya desde bien pronto, con sólo diez años, se creaba heterónimos para enviarse cartas a sí mismo.
Pessoa trabajó, sobre todo, como traductor de inglés (que estudió en Sudáfrica), pero su afición fue la de poeta, para lo que se fue desdoblando en sucesivos estilos con esos nombres fictíceos, entre los que destacan: Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Álvaro de Campos, Bernardo Soares... El juego literario se completaba con las críticas que él mismo iba lanzando contra sus propios heterónimos. Así montaba polémicas que daban la impresión de una verdadera animación literaria entre escritores supuestamente rivales.
B. La obra ortónima: Fernando Pessoa originario
En principio, Pessoa fue pasando por diferentes fases, pero en todas va manifestando un cierto patriotismo perdido; influido por la religión, la filosofía, la teología, las sociedades secretas, la masonería... Su poesía resulta así más bien épica, heroica, mítica, orientalista, racionalista, trágica a veces. Quiere dar toda una visión compleja y unitaria de la vida misma: una forma múltiple de mirar al mundo.
En el conjunto de su obra, se discute si Pessoa fue un autor político, o sólo estaba interesado en un arte puramente estético, al margen de lo social y los políticos. No obstante, en muchas obras aparece su malestar con la política del momento y los políticos de turno, las dictaduras... Y en otras ocasiones se muestra solidario, moralista...
Pessoa tuvo relación con el misticismo, el ocultismo, el esoterismo, la masonería, aunque no se conoce que estuviera afiliado a estas organizaciones. Se sabe que hacía consultas astrológicas para sí mismo, y realizó muchos horóscopos.
Su ideología política es indecisa: cree que el sistema monárquico sería el más adecuado, aunque difícil para Portugal, por lo que se inclina por la república. Se diría que es un liberal dentro del conservadurismo, y anti-reaccionario. En lo religioso es agnóstico, opuesto a las iglesias organizadas, y sobre todo a Roma. Más bien pertenece a la Tradición Secreta del Cristianismo, en esa línea del ocultismo, la masonería, etc. Profesa un nacionalismo místico, al margen de todo catolicismo romano. Es anticomunista y antisocialista.
C. La obra heterónima: los autores inventados
Pessoa fue un escritor tan creativo que hasta se inventó otros autores, cada uno con su vida privada y todo: pero pura imaginación suya. Tal vez se trate de una estrategia para ocultar su verdadera personalidad, o para desarrollar sin trabas muchas facetas suyas que no podría desarrollar con un nombre y una vida sola. Trata así tantos temas subjetivos como autores se invente, algo que convierte a Pessoa en muy enigmático y complejo, pues nunca se sabrá del todo cuál es su posición como autor verdadero (el ortónimo, Fernando Pessoa). De ahí que se hayan investigado tanto sus creaciones literarias. Pessoa es así el poeta portugués más importante del s. XX.
La gran novedad literaria de Pessoa es, sin duda, esa creación de heterónimos, distinta a los seudónimos: los primeros, tienen la apariencia de autores con vida real, personalidades poéticas completas, con fecha de nacimiento y de fallecimiento incluidas; los segundos, sólo suponen la adopción de un nombre distinto, pero sin biografía a parte. Así, los heterónimos, aunque personalidades falsas, se vuelven verdaderas en parte, porque difieren del autor real que las inventó; incluso, con el tiempo, literariamente ya no se sabe quién es el autor original entre tantos heterónimos. El ortónimo se convierte en un heterónimo como los otros.
En definitiva, la personalidad de Fernando Pessoa es tan compleja, que no puede manifestarse con una sola autoría, por lo que se inventa todos esos heterónimos para desarrollar facetas tan contradictorias a veces en lo espiritual, sicológico, político, social.... Fue su técnica literaria adoptada. Mario Bojórquez resume la vida de los tres principales heterónimos, entre tantos otros; en realidad, sólo vidas verosímiles, en cuanto que tienen visos de realidad. Resumen de las propias palabras de Pessoa:
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Veo delante de mí, en el espacio incoloro pero real del sueño, las caras, los gestos de Caeiro, Ricardo Reis y Álvaro de Campos. Les construí las edades y las vidas.
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Ricardo Reis nació en 1887 en Oporto (no me acuerdo del día y del mes, pero los tengo por ahí), es médico y reside actualmente en Brasil. Es bajo de estatura, más fuerte, más seco. Educado en un colegio de jesuítas, es, como dije, médico; vive en Brasil desde 1919, pues se exilió espontaneamente por ser monárquico. Es un latinista por educación ajena, y un semi-helenista por educación propia.
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Alberto Caeiro nació en 1889 y murió en 1915; nació en Lisboa, pero vivió casi toda su vida en el campo. No tuvo profesión, ni educación casi alguna. Caeiro era de estatura media, y, aunque realmente frágil (murió tuberculoso), no parecía tan frágil como era.
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Álvaro de Campos nació en Tavira, el dia 15 de 0ctubre de 1890 (A las cinco de la tarde, dice Ferreira Gomes y es verdad, pues, hecho el horóscopo para esa hora, está muy bien). Este, como se sabe, es ingeniero naval (Por Glasgow), pero ahora se encuentra en Lisboa, retirado. Álvaro de Campos es alto (1,75 de estatura, 2 cm más que yo), delgado y un poco tendiente a encorvarse; tuvo una educación vulgar de liceo; después fue mandado a Escocia a estudiar ingeniería, primero mecánica y después naval. En unas vacaciones viajó por Oriente de donde resultó el Opiario. Le enseñó latín un tío que era cura
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Bien afeitados todos ellos, Caeiro rubio sin color, ojos azules; Reis de un vago moreno mate; Campos entre blanco y moreno, tipo vagamente de judío portugués, cabello sin embargo, lacio y de raya al lado, monóculo. Caeiro, como dije, no tuvo mas educación que la primaria; se le murieron muy pronto sus padres y se quedó en casa viviendo de unas pequeñas rentas.Vivía con una vieja tía, tía abuela.
D. Algunas características que se repiten
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El paganismo y la religión. El sentimiento neopagano de la naturaleza: todas las filosofías, todos los dioses son exactamente iguales; dios está en todas las cosas de la naturaleza. Tener una religión supone educar el pensamiento, quitarle libertad, subordinar al individuo a una realidad exterior, superior a él. Pero el ateísmo es una cualidad negativa, un gran poeta, un gran filósofo nunca puede ser ateo. Hace falta una religión, aunque el cristianismo está en retroceso, porque es una corrupción del paganismo trascendental; y porque ha perdido el sentido de la naturaleza, de la medida. Es un fanatismo religioso.
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El catolicismo de la Península Ibérica es salvaje, así llevó a las barbaridades de la Inqusición. Hace falta el componente pagano: la religión natural. El paganismo es la religión que está más cerca de la naturaleza, porque la religión pagana es politeísta. El monoteísmo es una religión en decadencia. Los dioses son la sublimación de las cualidades y posibilidades humanas: por eso los dioses no han muerto; somos nosotros los que hemos dejado de verlos.
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El sebastianismo. Don Sebastián fue un rey de Portugal que sucedió a su abuelo cuando sólo tenía tres años; fue declarado mayor de edad a los 14 (1568). Desde el comienzo de su reinado actuó como un místico, que se sintió predestinado a salvar a la cristiandad en peligro; para ello organizaba proyectos de expediciones armadas, ejércitos y empresas, que fracasaron en su mayoría por su objetivo puramente caballeresco. Murió muy joven en una de esas fracasadas expediciones a Marruecos (1578). Con el trono vacío, Portugal se une a España desde Felipe II a Felipe IV. Su cadáver nunca apareció, y nadie lo vio morir, lo que dio lugar a una leyenda: el Mesías por venir sería el rey don Sebastián, que habría de volver para instaurar el nuevo Imperio de Portugal. Pessoa sería el último gran sebastianista: él también esperaba que llegara el nuevo triunfo, el resurgimiento, de Portugal.
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El orden de la naturaleza. La naturaleza es la pluralidad de las cosas, de las fuerzas, por tanto la pluralidad de dioses. El origen cualquier religión sana, natural, humana. Los actos de los dioses paganos son actos humanos magnificados, a mayor escala, divinizados. Los dioses están dentro de la humanidad, no alejados de ella. Hay que aceptar el orden de la naturaleza sin más explicaciones
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Epicureísmo y estoicismo. Aparece con frecuencia en los heterónimos y en el mismo ortónimo: la búsqueda de una buena vida de felicidad, mediante la administración inteligente de los placeres y dolores.
Pero este placer no debía limitarse sólo al cuerpo, sino que debía ser también intelectual, del cuerpo y del espíritu. Y con ausencia de dolor, o de cualquier tipo de aflicción: el hambre, el aburrimiento, etc. Un equilibrio perfecto entre la mente y el cuerpo que proporcionaba la serenidad. Una filosofía ante la vida, serena, indiferente, aunque desesperada en ocasiones
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El ocultismo y el exoterismo (no esoterismo): lo vulgar, lo común, lo que perciben los sentidos, la realidad exotérica, es sólo la apariencia de una realidad superior; el mundo es el reflejo de otro mundo superior, como si fuera su doble, aunque esa realidad sea pura ilusión; el mundo visible sólo es la representación del mundo espiritual; una pura apariencia.
E. Pessoa y las vanguardias
a) Entre el romanticismo y los avances de las técnicas.
Una serie de aventuras poéticas vividas por varios autores de la época ponen de manifiesto las profundas transformaciones sociales de finales del XIX y comienzos del XX.: crisis de los valores religiosos, morales, estéticos, filosóficos... Surgen así movimientos que engendran pesimismo, a través de la ironía: futurismo, ultraísmo, cubismo, creacionismo.... El Futurismo, sobre todo, canta los vertiginosos avances de la ciencia, las técnicas, el cine, el automóvil, las máquinas...
b) Pessoa, una conciencia en crisis
Pessoa es el ejemplo más representativo de la aquella sociedad en crisis: pertenece a un país muy tradicional, antiguamente poderoso, descubridor y aventurero, pero ahora aislado de Europa, empobrecido y con un nuevo sistema republicano. Su vida misma personal y familiar está en crisis: ya de niño tiene que ir al sur de África, sufre dificultades culturales, lingüísticas, económicas...
No por casualidad el nombre de Pessoa en portugués significa, precisamente, 'persona': en griego ya con el significado de máscara que llevan los actores para representar en el escenario personajes distintos (de figuras humanas o animales). El apellido paterno pudo ser el origen de esa idea innovadora de crear los heterónimos, las personas (las máscaras) bajo las que desarrolló (representó) sus creencias personales.
c) Actitud crítica de los poetas de vanguardia
Una serie de poetas más innovadores valoran las conquistas de la ciencia y de las técnicas, y así hacen a veces mezcla de poesía y ciencia, incluyendo el pensamiento poético en la filosofía de los nuevos tiempos, y poniendo en duda los mitos y los dogmas anteriores. Ello trae como consecuencia una serie de frustraciones personales, desgarros de conciencia, aventuras en sus intentos de crear nuevas formas y nuevas técnicas de expresión artística.
d) La búsqueda de la identidad en medio de tanta frustración
El símbolo evidente de toda esa crisis de la época es el mismo Pessoa, comenzando ya por el propio nombre, como se dijo: Pessoa significa 'personaje, máscara'. Y así se crea toda esa serie de heterónimos, como conjunto de máscaras con el único objetivo de buscar su propia personalidad y equilibrio entre tanta frustración y crisis. El poeta en un hombre vacío, frustrado, que a través de todos esos desdobles inventados, intenta expresar sus contradicciones para llegar a conocerse a sí mismo en complejidad.
Se podría decir que esta actitud está en el límite de lo patológico, el desequilibrio mental: el mismo Pessoa se definió a sí mismo como un histérico, depresivo, inclinado a dramatizar las cosas en exceso. Sus heterónimos Alberto Caeiro y Álvaro de Campos, sobre todo, son bien representativos de esa frustración del hombre ante la vida social, el hombre es un ser caído, humillado, desterrado del mundo, sin arraigo definitivo.
Por eso, el poeta sólo cree en lo que toca, en las sensaciones que experimenta (sensacionismo): es pesimista, no lleva vida social con sus semejantes, desprecia las ideas, vive fuera de la historia. No es posible la realización personal en el tiempo que les toca vivir. De ahí tantos heterónimos, tan contradictorias a veces, siempre en busca de la identidad personal.
En definitiva, Pessoa representa al tipo de literato moderno embarcado en un mundo tecnificado, pero caído en la más absoluta soledad: aquel sentimiento romántico antiguo se vino abajo, con todos su valores religiosos, económicos, políticos... Pero en este nuvo mundo que se abre al futuro no ven la forma gratificante de realización personal: todo es incierto, estremecdor, aventura inquietante.
F. Selección de poemas:
Antología poética.
Edición y traducción de Ángel Crespo.
Colección Austral. Poesía.
Espasa-Calpe. 2009
1. Del Cancionero de Fernando Pessoa:
Autopsicografía
Libertad
(Falta una cita de Séneca)1
"¡Ay qué placer
No cumplir un deber,
Tener un libro para leer
¡Y no hacerlo!
Leer es una lata,
Estudiar es nada.
El sol dora
sin literatura.
El río corre bien o mal,
Sin edición original.
Y la brisa, ésa,
de tal naturalmente matinal,
como tiene tiempo, no tiene prisa...
Libros son papeles pintados con tinta.
Estudiar es una cosa en que está indistinta
la distinción entre nada y cosa ninguna.
¡Cuánto mejor es cuando hay bruma,
esperar a D. Sebastián,
¡venga o no venga!
Grande es la poesía, la bondad y las danzas...
Pero lo mejor del mundo son los niños,
las flores, la música, el claro de la luna y el sol,
que peca
sólo cuando, en vez de crear, seca.
Por encima de todo esto
está Jesucristo,
que no sabía nada de finanzas,
ni consta que tuviese biblioteca..."
2. Del heterónimo Alberto Caeiro
Alberto Caeiro: en la invención de Pessoa, fue un campesino nacido en Lisboa, que sólo llegó a una instrucción primaria, sin otros estudios posteriores. Pero lo considera un maestro entre los demás heterónimos, con él mismo incluido como autor real. Es conocido como el poeta filósofo. Sólo escribe poesía, pues para él es la única forma de captar la realidad y explicarla. Su lenguaje es sencillo, pero muy reflexivo.
Caeiro acepta el orden de la naturaleza sin buscar otras explicaciones; ni busca sentidos ocultos, trascendentes. Su obra representa la reconstrucción integral del paganismo: algo más profundo que el mismo sentimiento o la razón humana. Los dioses están hechos a imagen y semejanza de las cosas materiales.
"Soy un guardador de rebaños.
El rebaño es mis pensamientos
y todos mis pensamientos son sensaciones.
Pienso con los ojos y con los oídos
y con las manos y los pies
y con la nariz y la boca.
Pensar una flor es verla y olerla
y comerse una fruta es conocer su sentido"
En Caeiro, el poeta de la naturaleza, se niega todo misterio, se abomina de toda metafísica, el mundo es aquello que se percibe por los sentidos, y todo pensamiento pervierte la dimensión real de las cosas; pensar es una enfermedad espiritual y su más degradante síntoma es la metafísica.
"Pero si Dios es los árboles y las flores,
Los montes, la luna, el sol,
¿Para qué lo llamo Dios?
Lo llamo flores, árboles, monte, luna, sol.
Si él se ha hecho, para que yo lo vea,
Sol y luna y árboles y montes,
Si él se me presenta como árbol y monte
Y claro de luna y sol y flor,
Es porque quiere que yo lo conozca
Como árbol, monte, luna, sol, flor.
Y yo lo obedezco
(¿Sé más de Dios que Dios de sí mismo?)
Lo obedezco viviendo espontáneamente,
Como uno que abre los ojos y ve,
Y lo llamo luna y sol y flores y árboles y montes
Y lo llamo sin pensar en él
Y lo pienso con los ojos y los oídos
Y ando con él a todas horas".
Nunca he guardado rebaños (p. 173).
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Soy un guardador de rebaños (p. 181).
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En mi plato, ¡qué mezcla de naturaleza! (p. 183).
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No siempre soy igual en lo que digo y escribo (p. 188).
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Si a veces digo que las flores sonríen (p. 189).
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Si muero pronto.
"Si muero pronto,
Sin poder publicar ningún libro,
Sin ver la cara que tienen mis versos en letras de
molde,
Ruego, si se afligen a causa de esto,
Que no se aflijan.
Si ocurre, era lo justo.
Aunque nadie imprima mis versos,
Si fueron bellos, tendrán hermosura.
Y si son bellos, serán publicados:
Las raíces viven soterradas
Pero las flores al aire libre y a la vista.
Así tiene que ser y nadie ha de impedirlo.
Si muero pronto, oigan esto:
No fui sino un niño que jugaba.
Fui idólatra como el sol y el agua,
Una religión que sólo los hombres ignoran.
Fui feliz porque no pedía nada
Ni nada busqué.
Y no encontré nada
Salvo que la palabra explicación no explica nada.
Mi deseo fue estar al sol o bajo la lluvia.
Al sol cuando había sol,
Cuando llovía bajo la lluvia
(Y nunca de otro modo),
Sentir calor y frío y viento
Y no ir más lejos.
Quise una vez, pensé que me amarían.
No me quisieron.
La única razón del desamor:
Así tenía que ser.
Me consolé en el sol y en la lluvia.
Me senté otra vez a la puerta de mi casa.
El campo, al fin de cuentas, no es tan verde
Para los que son amados como para los que no lo
son:
Sentir es distraerse".
3. Del heterónimo Ricardo Reis
Ricardo Reis: se define, en cambio, como latinista y monárquico, más bien en armonía con el entorno, bucólico, estoico, epicúreo, conforme con el fin inevitable de todos los seres vivos; la ley de vida. Ricardo Reis se trasladó a Brasil (en la invención de Pessoa), en protesta por la proclamación de la República en Portugal, y ya no se sabe de su muerte. Para Ricardo Reis, el paganismo es una visión intelectual de la verdad; una indiferencia ante los dioses, a los que no pide nada; hasta habría que evitar el placer para no añorarlo después..
"Para ser grande, sé entero: nada
tuyo exageres o excluyas.
Sé todo en cada cosa. Pon cuanto eres
en lo mínimo que hagas.
Así la luna entera en cada lago
brilla, porque alta vive".
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Ven a sentarte conmigo, Lidia (p. 212).
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Las rosas del jardín de Adonis amo (p. 216).
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Para ser grande, sé entero (p. 232).
4. Del heterónimo Álvaro de Campos
Álvaro de Campos: un ingeniero de educación inglesa (inventado, por supuesto) y de origen portugués, siempre con la sensación de ser un extranjero en cualquier parte del mundo. Pesimista al principio, se hace poco a poco futurista; se va desilusionando con la existencia y se vuelve nihilista con el tiempo, tal como aparece en su poema famoso Tabacaria. En opinión del propio Pessoa, Álvaro de Campos es un poeta amoral, no tiene ética, alimenta la injusticia, la crueldad.
El mismo Pessoa valora a Campos como el poeta del sensacionismo, de las sensaciones: su poesía se basa en la sustitución del pensamiento por la sensación, las reacciones de los sentidos, como fundamento de la inspiración poética y como medio de expresión; un sensacionismo en su plenitud pagana, teniendo en cuenta que ninguna religión es infalible, ni equivocada; todas tienen el mismo valor pagano, único valor naturalista pleno.
En Campos hay también un sentimiento de autodestrucción, tan vez motivado por su tendencia a la bisexualidad, con otro sentimiento de orgullo, pensando que tal bisexualidad sería un reflejo del hermafroditismo del Ser primordial; es decir, de un ser legendario creado por Dios a su imagen y semejanza, perfecto; pero el mismo Dios lo vio como un rival, y entonces lo dividió en dos sexos (dicen las leyendas). Tal vez de aquí se deduce la creación por Pessoa del heterónimo Campos: para expresar esta parte de sus sentimientos y tendencias.
Álvaro de Campos escribe en busca de respuestas para un destino superior, la vía dolorosa del conocimiento oculto, el sufrimiento como vehículo espiritual para alcanzar la trascendencia de su alma, la tendencia al desarrollo de una personalidad mística.
En palabras de Mario Borjórquez, "el solitario hombre del siglo XX, no estará más solo, se acompañará de sus pensamientos, que también pueden ser, entre muchas otras cosas, personas tan reales como el que los piensa y aún más reales, como sin duda ocurrió con este modesto corresponsal extranjero en casas comerciales, cuya vida y obra fue desbordada por sensaciones que nunca sintió, por pensamientos que no fueron suyos, por recuerdos de otros que lo hacían conmoverse hasta las lágrimas".
"Una rama de árbol,
si pensase, nunca podría
inventar santos ni ángeles...
Podría pensar que el sol
es Dios, y que la tormenta
es un montón de gente
encolerizada por cima de nosotros...
¡Ah, de qué modo los más sencillos de los hombres
están enfermos y confusos y embrutecidos
frente a la clara sencillez
y salud con que existen
los árboles y las plantas!"
(de Alberto Caeiro).
Otros apuntes, esquemas,
comentarios literarios...
por Xulio Concepción Suárez
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