Ecología:
esa otra forma de cultura
(de cultivo)
"Cuando hayáis talado el último árbol,
cuando hayáis matado el último animal,
cuando hayáis contaminado el último río,
os daréis cuenta de que
el dinero no se come"
(no por muy conocido, más practicado...)
... de paso por estas
montañas asturianas...
con todas las materias de estudio sobre el terreno:
Geografía, Botánica, Historia, Lengua,
Arquitectura, Mitología...
Y turismo de montaña, turismo cultural,
turismo educativo, turismo rural,
ocio en la naturaleza, tiempo al aire libre,
respeto ecológico a los pueblos...
Agua | Aunque no lo parezca, el agua puede escasear, incluso, en la montaña: y, sobre todo, en zonas calizas (las fuentes, también hay que rastrearlas). Tomemos lo necesario, rellenemos las cantimploras, y dejemos correr lo demás, limpio como corría. No alteraremos la corriente del manantial con residuos de ningún tipo (detergentes, aceites, jabones ). Y un cuidado: no todos los manantiales (abrevaderos, sobre todo) son potables. En ocasiones, se trata de simples barcales (bebeeros) a los que llega el agua por mangueras tomadas en cualquier regueru en el que sestean, incluso, los ganados. |
Basuras | En la misma bolsa del bocata, o de los frutos secos , recogemos los restos contaminantes, que vuelven a la mochila hasta el regreso al primer pueblo (latas, chicles, botellas, plásticos ). Y cerraremos bien las bolsas de modo que no las saquen los perros, los cuervos... |
Botellas | Todo tipo de vidrio es un peligro en el campo: se rompe, puede cortarse otra persona o un animal... Y, sobre todo, el vidrio puede calentar con el sol y producir fuego. |
Cabanas, cuadras... | Como no son nuestras, hemos de respetarlas: tienen su dueño, al que pueden resultar imprescindibles una buena parte del año. Con demasiada frecuencia oímos entre los ganaderos una queja: deterioros, robos, destrozos de existencias o alimentos, quema de las cameras.... Una cuadra dejada con la puerta abierta puede cerrrase de golpe con animales dentro, y ser causa de muchos daños (hasta de muertes). Si nos resulta imprescindible usarlas (cobijarse en una emboscada, pasar la noche...) seremos agradecidos con sus dueños: dejaremos las cosas como estaban. |
Camperas | Son los pastos del ganao, de modo que está fuera de lugar todo tipo de plásticos, botellas, latas, aceites, detergentes... No son el escenario, ni la pista adecuada para competiciones, motores, ruidos, tiro al plato... (éstos ya tienen sus lugares reservados en su sitio). |
Coches | En la mayoría de las ocasiones, para ir al monte, hay que acercarse en coches: para eso están (a falta de otra línea pública, no hay más remedio). Pero tampoco al monte hay que ir en un coche por persona. En muchos casos, incluso podemos dividir el trasiego a la mitad: podemos intercambiar las llaves a medio camino (la misma ruta, pero a la inversa). Andamos el doble espacio, sin repetir la vuelta. |
Coleccionistas | Tampoco hay que llevarse la montaña ni el bosque a casa: mejor dejarlos donde están. Para lo demás están las libretinas de notas, las diapositivas, las fotos... Otra cosa es depredar: arrancar, afanar, sin más, plantas, estalactitas, piedras, fósiles, mariposas, insectos, hojas, flores, ramas . Los restos arqueológicos, edificios, monumentos , por supuesto, no son coleccionables ("depredación" a tope). |
Colecciones minerales | El monte, como se dijo, no es para llevar a casa, ni para impresionar a las visitas en las vitrinas ni en el "hall". Si hay que tomar muestras, tomaremos, en principio, los trozos desgajados, los trozos rotos en el camino o en la cantera. ¿Para qué romper a martillazos los cristales ensamblados de una brillante cuarcita, sólo por llevar más grueso el trozo? ¿Por qué romper a martillazos una impecable estalactita más que milenaria? |
Colillas | Dicen los expertos que tarda 10 años en deshacerse una colilla: ¿tanto aprecio le tenemos, para querer que duren el filtro y la colilla contaminando el campo en nuestro recuerdo, y por tanto tiempo? Pero la colilla encendida puede contaminar más en serio y en mucho menos tiempo: miles de árboles puede calcinar en pocas horas, transformada en fuego irresponsable. |
Cultivos | Respetaremos los sembrados: podemos perjudicar seriamente el trabajo y el alimento de una familia que invirtió en esa tierra muchas gotas de sudor y de esperanzas. Siempre hay senderos alrededor de los sembrados. |
Fincas | Cada finca señalada (con xebes, portilla, setos, pareones ) tiene también su dueño: la repetaremos como nos gustaría que nos la respetaran, si fuera nuestra. Si por fuerza mayor hubiera que entrar en una finca (a veces, se cerraron los caminos colaterales, necesitamos agua, cobijo ocasional en la cabana), la cruzaremos por un sendero, o por las veras. Y, en todo caso, dejaremos las cosas exactamente como las encontramos: un mal uso de las fincas puede traer para los dueños (o para los ganados) consecuencias irreparables. |
Fitos | Son esos pequeños mojones compuestos de varias piedras menores, cuidadosamente levantadas en forma de pequeños conos por montañeros de verdad. Los fitos resultan imprescindibles para guiarse con niebla en las caras más pendientes de las montañas: ni se nos ocurrirá destruir alguno. Puede salvar una vida directa al precipicio. |
Flechitas | El amor también se puede mostrar (y demostrar) en el monte, al monte y a los árboles: pero no precisamente haciéndolos sufrir con "flechitas y corazoncitos" tallados a punta de saña en sus cortezas. En el monte, para "flechas y flechitas", basten (a veces también sobran por inadecuadas y confusas) las que marcan los senderos. |
Fósiles | Muchos tipos de fósiles podemos encontrar hoy en los cortes del terreno que van dejando al descubierto las garras de las palas: pequeños crustáceos, moluscos, minúsculos esqueletos petrificados, hojas diseñadas en la piedra... ¿Pero para qué intentar desgarrarlos, si van a salir en cachos, espiazaos, esmigayaos...? Llevando a la vitrina los despojos del botín, ¿qué ganamos en el cambio? |
Fuego | Es el primer agresor (aparte del humano) sobre el entorno de estas montañas: y cuanto más pendientes más destructor. En circunstancias normales, nunca existe razón alguna para prender una hoguera a campo abierto: no digamos ya en medio del monte o del matorral. El fuego con viento, calor, yerba, xamasca seca , puede arrasar toda una ladera por muchos años; puede destruir cuadras, xebes, árboles centenarios, ganados , de consecuencias trájicas para ellos mismos, y para sus propietarios. |
Ganados | Son animales: lo que ya sería bastante, para respetarlos. De otro lado, pueden jugar malas pasadas: perros guardianes, vacas un poco bravas, toros...: los daños pueden resultar imprevisibles (para el gracioso, o el torero de turno, claro). Mejor, respetar sus territorios y sus leyes en la manada. |
Herbarios | También tienen su lugar, seleccionados con cuidado: son otra forma de entender y sentir el paisaje, al conocer mejor cada árbol. ¿Pero qué ganamos, también, desgarrando, o afanando a puñaos, raíces, bulbos, flores..., que tal vez tarden mucho en reproducirse, o incluso están al borde de la extinción, o extinguidas como lo está el saño en estos altos? Y además: son muchas las yerbas, hojas, granas, flores..., que siguen usando los curiosos que bien las conocen, y las aprecian por sus muchas propiedades y funciones. |
Nieblas, nublinas | Cada día son más los accidentes debidos a las nieblas. Observa el movimiento de la nublina: si no se mueve, es ciega, está pegada al suelo, no deja claros entre los picachos, viene del norte, orbaya..., si los animales no se mueven..., muy mala cosa. No te arriesgues, no te salgas de la pista, sigue los senderos más amplios de los animales (los que tienen más huellas); y si se van estrechando, si aparecen yerbas a los lados, si están cubiertos de musgo o de maleza..., no sigas, vuelve al camino principal. Seguro que acaban en precipicio. Piensa que el sendero no te lo vas a inventar tú.. |
Piedras | Procura no mover (y menos, tirar...) las piedras de la pendiente a tu paso por los senderos, o por el pedreru: una piedra suelta, rodando ladera abajo puede tener consecuencias impredecibles; si es grande, hasta la muerte de un animal, de alguien que pasa por el valle o por el río, a quien tú no ves, pero que está allí... |
Perros sueltos | Los perros sueltos en el monte suelen tener unos riesgos, comenzando por ellos mismos: algunos ganados los persiguen por varias razones (tienen celo de sus crías, los confunden con animales salvajes...). Los perros sueltos de los ganaderos, si están sin enseñar lo suficiente, pueden atacar a las personas que van simplemente de camino. Los perros que van de paso con sus dueños también pueden ser atacados por (o atacar a) otros perros que sienten invadido su territorio; y enzarzarse ambos en pelea que va a dejar a uno/a malparado/a. Finalmente, algunos perros de compañía se vuelven agresivos en el campo al considerar que alguien se acerca a sus dueños: pueden causar serios problemas. |
Plantas | Explícitamente protegidas o no, hemos de respetar todas las plantas a nuestro paso: cada una tiene (o tuvo) su importancia. Y si son venenosas, por razón doble. Está fuera de lugar todo tipo de corta caprichosa, ruptura de cañas, grabados de iniciales en los troncos impecables |
"Predar": no "depredar" |
Es evidente que todo ser vivo es un "predador": el que toma lo necesario, lo imprescindible para seguir viviendo con una cierta calidad de vida. Pero lo que pasa la raya del equilibrio es "depredar": dañar, separarse de esa necesidad natural de subsistencia ecológica, sin más. Del entorno tomemos sólo lo imprescindible: no nos convirtamos en un "depredador" más entre tantos otros. ¿Será verdad eso de que el hombre es el mayor "depredador" de la naturaleza"? ¿Exageramos, o no? |
Productos de la zona | Otra manera positiva de colaborar con el entorno es valorar sus productos: alimenticios, artesanales, caseros... Al adquirirlos directamente a sus productores (donde los hay, claro), colaboramos con esa larga historia de creatividad y de trabajo en los pueblos rurales. Estimulamos a los vecinos y vecinas para que sigan produciendo otros: y nosotros los seguimos disfrutando. |
Pueblos | Los pueblos rurales (y los despoblados, por supuesto) también tienen sus derechos: y el primero es el de seguir viviendo como viven (o como malviven, si es el caso). Incluso tienen derecho los despoblados a seguir desmoronándose en silencio, como también tienen derecho a morirse las personas sin sufrimiento, sin que nadie las moleste (si es que nadie puede evitarlo). Es la ley más elemental de la vida, según parece. Por esto, ¿qué razón hay para romper el silencio de los pueblos, irrumpiendo, ocupando, invadiendo sus espacios con ruidos de motores "a toda pastilla" en pleno día o a plena noche. Y rompen los derechos de los pueblos los coches altravesaos nas caleyas, los alborotos, los desperfectos, las bolsas de plástico, las botellas disimuladas por las esquinas... Y un simple matiz de palabras (por si acaso): "despoblados" no es igual que "abandonados" (cuestión de simple diccionario). No existen pueblos rurales "abandonados": siempre hay alguien que los lleva dentro, aunque esté a muchas millas de camino. |
Ruidos | Son otra forma de contaminar los montes y los pueblos: la contaminación acústica que se dice hoy (la voz es lo de menos). Cada día son más frecuentes motores "a toda pastilla" por las caleyas de los pueblos, o por los mayaos entre las cabanas, comprobando quién levanta más polvareda, o quién espanta más ganados: son de "admirar" sus "proezas" (gracias a la paciencia de los vecinos, los caminantes y los vaqueros, claro). |
Senderos, caminos, sendas ... | Ya, por principio, sigue los senderos más trillados, los más frecuentados: anchos, con huellas, pateados...; no te salgas por sendas que acaban en el precipicio, que te pueden llevar a una pendiente de la que tendrás que dar la vuelta... (si puedes, claro) Piensa que los senderos tienen una lógica estratégica que no puede fallar: son una red trazada por animales y personas desde hace miles de años (muchos miles); no fallan, si los endiendes: mira su anchura, que vayan a media ladera, o al filo de la cima; que crucen los altos por lo mejor de lo malo; que busquen los pasos entre las peñas, que no se metan al precipicio... No tengas miedo: los animales nunca se arriesgan el tipo; y los lugareños sólo pasan por donde se puede pasar; otra cosa es que ellos pasen mejor que nosotros; pero tampoco ser meten al precipicio. |
Señales del camino | Como se dijo, pueden ser imprescindibles (cuando están bien puestas, por supuesto) para evitar muchos rodeos, rabietas, y a veces, lágrimas, desgracias: las respetaremos como están. Y los fitos, los jitos, ni tocarlos: sólo agradecerlos a los pacientes montañeros y montañeras de verdá. |
Sentido común | Como alguien muy bien dijo por ahí: "A la montaña, además de mapa y linterna, hay que llevar sentido común" |
Vestigios históricos. | Son relativamente abundantes los que sobreviven como pueden por los montes y en zonas rurales: túmulos, fósiles, dólmenes, castros, empedrados, ermitas derruidas... (lo que nos van dejando las garras de las máquinas, y las normas subsidiarias). Su mejor protección hoy (por desgracia, claro) es el olvido entre las zarzas: allí ya no los molesta nadie. Por esto, lo mejor es dejarlos como están: más que piedras, utensilios, restos del subsuelo..., llevemos fotos, vídeos, diseños, notas en las libretas. Los demás también tienen derechos. |
En fin, ¡qué bien resuenan por las esponjosas camperas! desarrollo sostenible,
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... pero ¡qué ruidos, qué chirridos! explotación local, Y represión, ocultación, tergiversación, malversación, manipulación ... |
Seguiremos construyendo, estudiando, diseñando un uso sostenible de nuestros entrañables recursos naturales asturianos |
En fin, seguiremos en la estaferia de unas mejores sendas Siempre con la esperanza |
En principio, y sin ir más lejos, porque son los únicos que tenemos: los que permite la naturaleza de estas montañas, de momento, y según lo que parece... |
(Reflexiones sobre la ecología lenense, Más reflexiones sobre el valor de la tierra: |
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