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Peñascosa
DECIAMOS AYER
Pregón de las fiestas de Peñascosa 2003
(El pregonero se rodeó de los niños de la villa para leer su pregón)BUENAS NOCHES:
Queridos niños, vecinos y vecinas de Peñascosa, de todos los pueblos y aldeas que integran su municipio y de las personas foráneas que comparten con nosotros estas fiestas.En nombre de la Corporación Municipal, de todos los organismos oficiales, las entidades colaboradoras, de todos y todas cuantos hacen posible estas fiestas -que son muchos- y del mío propio sed Bienvenidos, un año más.
A la semana cultural que nos ha engrandecido las luces del entendimiento, con su variado programa de actividades, damos paso, a partir de esta noche, a las Fiestas 2003 con la elección de la belleza femenina, que llevarán con orgullo su corona de reina y sus bandas de honor, de las palabras de este pregonero y de la verbena amenizada por el Trio Musical Fantasy.
Había en el siglo XVI un poeta de cuyo nombre sí quiero acordarme: Fray Luis de León. En uno de sus poemas el sabio castellano nos recuerda -después de tantos años- que hoy aquellos acertados versos son más válidos que nunca:
...Que descansada vida
la del que huye el mundanal ruido
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido...Pues bien, este popular asceta por hacer frente con sus ideas y escritos a la iglesia de la época, fue llevado a la cárcel por el Tribunal de la Inquisición donde permaneció varios años. Comprobada su inocencia regresó a su cátedra de la Universidad de Salamanca, donde impartía Umanidades y, desde el estrado de la sala, saludó sencillamente de esta manera a unos alumnos que le esperaban impacientes: Decíamos ayer....
Es decir, como si el tiempo vivido en cautiverio no hubiera pasado. No empero el tiempo si camina comiéndonos la vida poco a poco.
Hace cuatro años -en velada mágica como ésta- me habíais invitado a dirigiros la palabra desde esta misma tribuna. Esta noche, como en la salutación de Fray Luis de León también yo podría deciros: Decíamos ayer....Porque os aseguro que el tiempo se ha esfumado sin saber cómo ha sido. Que las estaciones se fueron sucediendo durante estos cuatro años tan deprisa, que en verdad volaron con el vértigo de las alas de una mariposa.
Sin embargo sí han pasado cosas. Muchas cosas. Unas felices y otras desgraciadas: Se nos han ido de las manos -hacia el misterio del más allá: la eternidad o la nada- la vida de seres queridos que esta noche y otras echaremos de menos. Desde mi querida poetisa Elisa Molina -cuyos versos quedarán para siempre con nosotros- hasta la muerte inesperada, trágica y cruel del joven Julio con quien tanto queríamos.
Perenne en el recuerdo para mi, pues él me había ayudado a plantar, en el mes de abril, doce oliveras que han prendido en la tierra -gracias a su buena mano- y muy pronto darán sus frutos. Ese lugar, al lado de lo que fue el hermoso y plateado río de Cilleruelo, se llamará, desde hoy como testimonio a su memoria, “El huerto de los olivos de Julio Vecina”. Para ellos, ellas y otros que ya concluyeron el otoño de sus días, vayan como sentido homenaje aquellos versos de Miguel Hernández que dicen:
...A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero
que tenemos que hablar de muchas cosas
compañero del alma, compañero.Pero la vida continúa y el milagro de la primavera ha vuelto a dejar en estas tierras, una nueva savia con el nacimiento de niños y niñas que continuarán siendo la estirpe y la imagen viva de la sierra. Sinite parvulos venire ad me; esto es: “Dejad que los niños se acerquen a mi “, dijo el profeta Nazareno, mientras les acariciaba el cabello con ternura.
Que las palabras del Buen Pastor no caigan en el vacío, porque la infancia -retina viva de los años a través de la vida-, necesita fantasía, buenos libros, leyendas y amor para crecer; buenos cuentos como el de aquel Principito que amaba en silencio a una rosa y le mostraba el valor de las pequeñas cosas; las enseñanzas de un buen maestro y los consejos de sus padres para mostrarles que más allá del culto a la imagen y al dinero, al vídeo-juego y a la televisión basura se esconde un mundo más bello, más sincero y solidario.
Y lo es porque no es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita. Y los niños de hoy, estos niños y otros, requieren, en todo momento, la presencia de padres, madres, familia, maestros y ciudadanos de bien para mostrarles los caminos de la vida porque los valores profundos del ser humano: respeto, libertad, honradez, paz y convivencia no están reñidos con el progreso del hombre buscando, entre todos, un mundo más justo y mejor.
Enseñarles que hoy existen muchos ídolos con pies de barro sobre los terrenos de fútbol y en las pantallas televisivas a los que siguen y adoran, mientras ellos y ellas se ríen de nosotros llevando sus millonarias ganancias a los bancos nacionales y extranjeros. Y así, un día vendrán -cogidos por la cintura- Beckhan, con su balón de oro y Bet, con su disco de platino y su vocecita eurovisiva, a redimirnos, buscarnos trabajo, aliviar nuestras penas y a curarnos de este pícaro mundo comercial y trajinero.
Durante estos años, los dioses que habitan en el Olimpo de La Almenara me dieron el primer verso y las musas de Las Coronillas me han inspirado para escribiros lo que es vuestro primer libro de romances y poemas. Le he dado en llamar LOS CLAMORES DEL VIENTO porque -sabed- que por esta serranía, cañadas y cerros grita y canta un viento especial que trae consigo las raíces y costumbres de los antepasados.
La raigambre que tenéis que trasladar a vuestros hijos. Porque la enseñanza del inglés y de la informática -materias tan necesarias en la vida de hoy para andar por el mundo- puede convivir, en hermosa simbiosis, con el aprendizaje de los trabajos manuales de los antepasados.
El esparto -verbo y gracia- para fabricar -en lo que es un verdadero “arte-sano”- el trenzado de la soga, el recincho, el bencejo o la pleita con los que hacer baleos, capachos, espuertas, abarcas, serones y agüeras como los que tejen Tomás y Mariano en Burrueco con habilidosa paciencia.
O aquella labor que aún pervive, a duras penas, como la que la señora Conversia sigue manteniendo en Fuenlabrada con su telar centenario tejiendo con lanas y algodones verdaderas obras de arte. Tened siempre presente que cuando fallece un anciano es como si ardiera una hermosa biblioteca.
En fin, la memoria de vuestra Historia que es necesario recuperar, defender y difundir porque, queramos o no, el campo se nos muere entre las manos día a día. Que a poco que se afine el oído se sienten los pálpitos del corazón de una tierra con sus majanos, chaparros, bancales, surcos y senderos que llora a lágrima viva porque se siente abandonada.
Una convivencia -desde la noche de los tiempos- entre ella y el hombre donde nunca hubo ni vencedores ni vencidos. Una serranía agreste y montaraz donde aún viven y conviven hombres y mujeres que la pueblan y trabajan como verdaderos luchadores de nieves y sequías, de cierzos y matacabras:
Por la sierra de Alcaraz,
por sus aldeas y pueblos,
roquedos de Peñascosa,
llanuras de Cilleruelo
en noches de luna llena
y en auroras de luceros
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que perfuma un aire triste
con el susurro del viento...Y hablando de libros, vuestro Ayuntamiento os pondrá para la fiestas del año que viene -así los espero, si se reciben las ayudas pertinentes- vuestra primera Guía Turistica y Cultural que la historiadora María Gento -vecina foránea de estas tierras que ya son suyas por méritos propios- os está redactando con su total entrega, buen hacer y estilo literario.
Será la gran obra de Peñascosa en la que se recogen la historia del municipio, las costumbres populares, el folklore, la gastronomía, el patrimonio artístico y rural, rutas y sendas que nos llevarán a hermosos lugares cuajados de vida y de leyendas. Nos hablará de las fiestas de los pueblos y aldeas, montañas, ríos, la flora -con sus plantas medicinales y sus setas comestibles- y la fauna con sus animales silvestres.
Todo ello para promocionar estas tierras con el fin de que sean -con el potencial natural y humano que tienen- un importante destino turístico para un futuro cercano que se me antoja próspero y duradero. Un libro profundo y serrano donde no falta la anécdota y el chascarrillo pícaro y popular.
¿Cómo no recuperar y transmitir a las generaciones venideras lo que le ocurrió a Víctor Moreno -a quien llamamos cariñosamente Victor Hugo- llevándose para comer del mismo nido de un buho real, los conejos que el pobre bicho tenía para dar a sus polluelos?
Hoy octogenario, con muchos años, muchas fatigas, gozos y las pesaumbres de lo que fue una vida dura, ahí está para poder contarlo y dar fe de lo vivido. Eso es amigos, la esencia de la sierra y de los nuestros.
Querido Victor le deseo muchos años de vida con salud y que yo los vea ¿Y por qué olvidar personas tan entrañables como el singular Rufino, el buen barbero, que sacaba a los “ñacos” y a los adultos las muelas picadas sin anestesia con unos alicates?
O el aforismo virtual que Juan, Víctor y yo nos encontramos en las ruinas de un caserón abandonado, mientras María nos preparaba unos suculentos bocadillos a la sombra del centenario nogal. Versos adobados con pimienta verde y una hoja de laurel pícaro:
Que polvo tiene el molino
que polvo la molinera
si no es en el molino
será bajo la noguera.Muy semejantes a los que se recogen del cancionero popular asturiano:
Vengo de moler, morena
de los molinos de abajo,
dormí con la molinera
no me costó gran trabajo.No. Tened la certeza que no hubiera sido posible este bello y singular trabajo sin vuestra valiosa colaboración y de forma notoria de aquellos que habéis acompañado a María en los trabajos de campo por montes, pueblos, ríos, senderos y cuevas rescatando la voz de la palabra muda.
Entre otros: los hermanos Beni y Víctor García, Juan Villora, Crescencio, José Tomás....y otros. A todos –en nombre de María y del mío- nuestras gracias sinceras y el más profundo de los agradecimientos.
Este pregonero que os habla también ha puesto sus años de experiencia en la enseñanza y en la edición de libros, todo cuanto está de su mano para que esta loable iniciativa cultural obtenga al final los frutos que se merece.
Sí, decíamos ayer. En todos estos años, he conocido a una alcaldesa, María José Rodriguez y a dos alcaldes: José Tomás Rodriguez y el regidor actual Francisco Ramón García Martinez. A ellos mi agradecimiento por su amistad y el apoyo recibido por cuantas iniciativas he podido dejar sobre la mesa de sus despachos.
Todos merecen nuestra consideración y nuestro respeto porque han sido elegidos por el pueblo y, con voluntad y honradez trabajaron y trabajan por y para los ciudadanos.
Y mi cariño y agradecimiento extensibles a las funcionarias administrativas: Mari Carmen, Beni, Marillanos y Remedios porque siempre he tenido la sonrisa y la respuesta puntual a mis llamadas y presencia.
En fin, durante estos años, os conozco mejor. Sé de vuestras “pesaumbres” y alegrías; de gentes que me han acogido con los brazos abiertos mostrando a flor de piel nuestros sentimientos recíprocos. Conozco cada día mejor vuestro original, bello y singular vocabulario: “apollancar”, “los ñacos y las ñacas”.
A propósito, “¡no andeis muy azocotaos en la francachela!”, “¡Madre que me voy anca la buela!, ¡Saja atrás padre, que se cae la burra a la cieca! “¡Na que...!”, luego a luego, cuando me invanden los calores ya se decir “toy asorratao”. ¡Pos que pijo, donde fueres haz lo que vieres!
Decíamos ayer, lo mismo que hoy -hablando de lo divino y de lo humano- que la palabra, la libertad y el respeto son la esencia de los valores del hombre. Quien habla y se comunica termina por entenderse con la persona que tiene frente a sí. De esta suerte no habría ni guerras, ni rencillas, ni querellas. ¡¡¡Por Dios, alguien podría desvelarme el ridículo papel que pintó España en la guerra de Iraq movida por intereses!!!
Sí, la palabra como un don sublime; aquella que fue, para nuestros antepasados un documento escrito ante notario. Ser libres en ideas, derechos y obligaciones para que la libertad, al igual que la justicia, sean la luz al tiempo que la sombra que nos acompañen a todas partes. Y el respeto y la tolerancia cual dos sólidos bastones en los que tenemos que apoyarnos para convivir.
Y a todas éstas, ¿Dónde anda el amor? Pues donde tiene que estar. En lo más alto. En el respeto hacia nuestros ancianos, como verdaderos patriarcas; en la tolerancia entre los ciudadanos; en el respeto entre los hombres y las mujeres, pues dicho está que somos unos complemento de los otros.
¿Por qué esa injusta violencia contra las que son las madres de nuestros hijos; nuestras compañeras? La mujer es realidad y fantasía, responsabilidad y trabajo, intuición y un sexto sentido.
Si estamos destinados a convivir en pareja, miremos juntos adelante. Miremos cogidos de la mano y amémonos unos por encima de los otros para deleite de los cuerpos y de las almas, como el dios Eros nos enseñó.
El amor a la naturaleza y a todo cuanto de bello nos rodea al claro de luna vestida también de romería y la lluvia de estrellas que se unen esta noche a nuestra fiesta. España arde por los cuatro costados y el enemigo público número uno de árboles y bosques es el hombre. Quien no respeta a un árbol, no se respeta a sí mismo; quien incendia un bosque no es un pirómano, es un enfermo invadido por el odio y la venganza.
Y con nosotros la belleza como ese don cuya contemplación produce un placer espiritual inmediato. La belleza femenina, aquí y ahora al proclamar a la reina y a su damas:
Tu eres mujer un fanal
transparente de hermosura
¡ay de ti si por tu mal
rompe el hombre en su locura
tu misterioso cristal...!Luego será la música, sus luces y colores, las fanfarrias de las peñas, el afecto de la amistad, los juegos infantiles, la gastronomía, el recuerdo a nuestros mayores, más bailes y cohetes, pasacalles con la charanga Parque-Sur, que bien se diría que ya son vecinos de Peñascosa, carreras delante de las vaquillas, comidas en hermandad -comed y bebed con tino y mesura, pues no solo de pan vive el hombre-, los oficios religiosos y la procesión en torno a San Miguel, los toros, la entrega de los premios y los fuegos de artificio.
¿Hay quien de más? Un bello programa para olvidar por unos días las manzanas amargas de la vida y ser felices haciendo dichosos a los demás. Ser generosos para que no sean siempre las mismas y los mismos los que baten el cobre
Permitidme para terminar, una última consideración a este respecto aquí delante de la infancia para que siempre lo tengan presente. Escuchad bien niños: Quienes escribimos utilizamos en nuestras fantasías y realidades muchos sujetos y predicados en el maravilloso tablero de ajedrez que representa el alfabeto.
Entre otros, aquel que dice: “amo, ergo sum”, esto es, amo luego existo. Sin embargo, muchos hombres y muchas mujeres sólo conjugan dos verbos. Dos. Porque consideran que son los más importantes en esta sociedad de consumo y de prisas, propicia a la envidia y al rencor. Lo hacen para hacerse más fuertes y atemorizar al otro que, más que un vecino es considerado como un adversario y, a veces, el enemigo:
Yo soy el mejor....yo soy el más alto...yo soy el más listo.... yo soy el más rico. Yo soy. Yo soy. Yo soy porque tengo el último modelo del Mercedes, tengo un televisor de pantalla plana que no cabe en la salita, tengo varios negocios, tengo un adosado con piscina. Tengo. Tengo. Tengo.
Pero es que ese soy y ese tengo carecen de valor mientras haya quince millones de niños que se mueren de sed y de hambre todos los años en el Africa negra. Pero es que ese soy y ese tengo no son solidarios con los demás ciudadanos que viven unos y malviven otros con lo que llevan puesto.
Mathama Gandhi -de quien tanto tendríamos que aprender- decía: “ Me dormí bajo la sombra de un sándalo y soñé que servía a los demás. Me desperté y entre el aroma del árbol y el dulce sueño comprendí que la verdadera felicidad está en servir a quienes me rodean.”
Niños. Niñas y niños de esta Sierra. En vuestras manos -inocentes y sinceras- están el porvenir y el futuro del mundo. Sed hombres y mujeres de bien y que sea lo que dios quiera.
.Decíamos ayer.... y dicho queda esta noche.
¡Felices Fiestas y Muchas gracias!
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