Costumbres, tradición, gastronomía, trabajos rurales, vida vaqueira, saber popular

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Lobos de luna negra.
Celso Peyroux.
Editor: César García Santiago
2009.

Club de Prensa Asturiana.
La Nueva España.
17 de diciembre de 2009.
20 horas.

SINOPSIS

Un minero de esmerada cultura -motivada a sus estudios sacerdotales y a la lectura- es apresado por la tropas de búsqueda y captura una vez terminada la Guerra Civil Española y encarcelado en los sótanos de una mansión palaciega.

Durante el tiempo que duró su cautiverio escribe, con exquisita prosa, un diario. "El manuscrito azul- sobre la vida en cautividad junto a otros presos y sus meditaciones en soledad.

Una noche es conducido, con otros compañeros de celda, ante un pelotón de fusilamiento del cual por su pericia y agilidad logra huir "tirándose al monte", donde permanece escondido durante varios años.

La esencia de BALADA TRISTE DEL LOBO SIN NOMBRE no la conforman los eventos políticos de aquellos años que también laten a lo largo de sus páginas. El corazón de la obra reside en los valores más profundos del ser humano y la consciencia primigenia de sobrevivir.

El escritor y periodista Celso Peyroux logra narrar -con una pluma  rigurosa y  poética-  las aventuras de este fugao -amigo del lobo sin nombre y de los animales silvestres- relatadas por sus familiares.

LOBOS DE LUNA NEGRA

Es un cántico sensual a la vida montaraz y a la libertad suprema del hombre. Una balada de amor y de respeto al corazón del bosque

El autor de La sombra de un dios ausente tiene una dilatada obra compuesta por novela, poesía, relatos, cuentos, ensayos y guías culturales y turísticas.

"El manuscrito azul" o diario de uno de los presos, intercalado en la novela, es una pieza indispensable para entender el sufrimiento de un condenado a muerte, su soledad y la visión dolorosa de la vida dentro de una celda.

Nadie sabe del sexo de los ángeles, si la estatua de sal en la que quedó convertida la mujer de Lot era gema o marina o si el vino de las Bodas de Canáan era blanco o tinto. Tampoco sé si esta nueva criatura -mi hijo número treinta a la que hemos bautizado con el nombre de LOBOS DE LUNA LLENA- es hombre, mujer o simbiosis de ambos. Lo que si puedo asegurar es que lo quiero y le deseo lo mejor como hacía León Felipe con sus versos:

¡Oh pobres versos míos
Hijos de mi corazón,
Que os vais ahora solos
Y a la aventura del mundo.
Que os guíe Dios!

PRESENTACION DE LA NOVELA
"LOBOS DE LUNA NEGRA"
DE CELSO PEYROUX

Por  JOSÉ  MARÍA  RUILÓPEZ

Conservo una foto de Celso Peyroux con el cantante hispano cubano Antonio  Machín   cuando éste ya estaba en los últimos  años de su carrera artística y el autor que hoy presentamos estaba en plena juventud, haciendo los  primeros alardes periodísticos. Corría  el final de la década de los años sesenta. 

A partir de ahí  la carrera periodística  y literaria de Celso Peyroux no se ha detenido.  En mi colección   de artículos periodísticos denominados "Semblantes" sobre personas de las letras y las artes de Asturias,   en el corresponderte a Celso,  lo definía  como un escritor Vivaz, versátil y válido.

Creo que es vivaz  porque a lo largo de todos estos años ha demostrado tener  intacta  su capacidad de  sorpresa  para interesarse  por todos los asuntos de su entorno vital.

Es versátil, porque, enlazando con lo anterior,  ha plasmado en  el papel   obras dentro del ámbito del periodismo, de la poesía, de la novela, del ensayo,   tratados históricos y  guías turísticas.

Y es válido porque todo lo que ha llevada a cabo en sus tares creativas o recopilatorias ha  servido,   ha sido útil,   ha trascendido y tiene una continuidad.

Celso Peyroux es un autodidacta en casi todas las materias.  Y eso a pesar de las titulaciones que le avalan como Diplomado por la Escuela Normal Superior  de Saint Cloud de París. Por la Escuela Oficial de idiomas de Madrid. Por la universidad de Oviedo. Por sus experiencias en el gobierno del Principado de Asturias en el departamento   de Turismo, y otras titulaciones y actividades que le han dado el conocimiento,  la sabiduría y el reposo de lo trascendente.    

Desde su salida de Teverga hacia Francia en la primera juventud, se ha planteado el futuro desde la creación poética, desde el periodismo como Cronista oficial del Municipio de Teverga,  y desde la investigación  rural  palmo  a  palmo.

En uno de sus libros históricos: "Matar para seguir viviendo", hace un ejercicio de nostalgia. Desvela de modo detallado la melancolía que se desprende de los hechos que narra y de las imágenes que presenta.

Por la acumulación de datos geográficos, de croquis y mapas, de lemas y enseñas, de carteles y símbolos, de citas poéticas, de nombres de protagonistas y una serie  de amplia volumetría de  contenidos  históricos, que dan una abigarrada  factura a este  libro.

En su guía "Teverga soñando caminos" desgrana el origen del Concejo, y dentro de él, una variada toponimia, donde el autor rescata del saber popular denominaciones casi inverosímiles de rincones, corraladas, esquinas, antojanas, cobertizos,  desmontes, que nunca se habían relacionado de este modo.

Desde aquel primer  libro  sobre le concejo que lo vio nacer, "Historia y vida de un Concejo", en 1978,  hasta hoy, han aparecido muchas obras de variada enjundia. Uno de los más recientes es, "Los clamores del viento" que fue prologado por el actual presidente de las Cortes,  José  Bono, y cuyo título dio nombre a la biblioteca pública del conejo de Peñascosa, en Albacete, sobre el que trata "Cánticos de ausencia", de poesía hispano mejicana. "Los últimos druidas" recopilación de artículos periodísticos con un trasfondo tevergano. "Alba poética", sus inicios  en la poesía.      

Siempre cercano a lo popular,  Celso ha segmentado el contexto social, artístico, literario y popular del Concejo de Teverga. Ha concitado en su pluma el pulso diario de esa realidad geográfica caprichosa del sur de Asturias. Y se ha inspirado en ella para sus propias creaciones de ficción. 

De ese modo, en su interior y con el tiempo dedicado a esto, se ha ido agrandando  esa inquietud que muchas veces   provoca el amor a la tierra que te vio crecer, o, mejor dicho,  esa tierra que viste mientras crecías.

Esa visión paulatina del entorno desde al infancia hasta la madurez ha ido esculpiendo en  su  subconsciente una serie de celdillas en las que se han ido escondiendo lugares entrañables, rostros queridos, rincones mágicos, palabras imperecederas, consejos paternos,  juegos irrepetibles, inquietudes de crecimiento, amistades perennes, experiencias únicas y sueños olvidados.

Todas esas celdillas, con los años, se han fundido en una sola, amalgamadas en una indivisible cavidad, con una sola identidad, que se llama nostalgia y de la que se sale de vez en cuando una obra de creación, en este caso,   en  forma de novela.

Ahora presenta esta novela  titulada, "Lobos de luna negra", editada por Ediciones La Cruz de Grado, de perfecta factura técnica, que forma la tercera de una trilogía compartida con "La sombra de un dios ausente" y "Hasta que en el cielo toquen aves". 

Y aunque  es el propio autor el más indicado  para desmenuzar esta nueva entrega, me atrevo a decir que  se trata de un nuevo periplo por los recuerdos, las añoranzas  y las vivencias  amalgamadas  de forma novelada,  muchas veces inquietante y  siempre blasonado por ese trasfondo geográfico de lo propio.  

Si antes denominábamos la autor como vivaz, versátil y válido, ahora podemos decir que también  posee un tesón  inalterable que le conduce a un  aprovechamiento exquisito del tiempo.  Fruto de lo cual es toda esa obra que ha generado en estos años. 

Celso  Peyroux,  en sus apariciones públicas, ha firmado un sello estético que no abandona: chaleco, camisa de cuadro fino, lazo de terciopelo azul cobalto al cuello, y rostro barbado en nieve y gris, que nos recuerda a los tradicionales músicos americanos del Country.

Gesticula con pausa y ahueca la mano, mano aguerrida de cien batallas laborales de iniciación,  en la que parece querer introducir toda la sabiduría de sus argumentos,  y todo el cúmulo de experiencias variadas.  Gusta y regusta de la entonación  cálida y el verbo poético. Disfruta en la charla y vive con intensidad  la comunicación oral.  Y para corroborar lo que digo en este último párrafo,  y espero que no me defraude,  voy a dar la palabra al autor.  Gracias. 

Gijón, Enero de 2010