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toponimia, preindoeuropeas, celtas, galas, germánicas,
ilirias, ligures, euskéricas, latinas, árabes

“Reflexione usted un momento si no sería posible descubrir por su medio [por medio de las etimologías] el origen de los pueblos, de las artes, de los usos y costumbres primitivos, de cuanto merece más aprecio en las investigaciones históricas. Si no podría fijar la edad de muchas épocas, determinar la posición de muchos pueblos e ilustrar así los ojos de la historia:. la cronología y la geografía.

Reflexione usted, en fin, si por ese medio no se podría atinar con el principio de muchas opiniones y dar mucha luz a los anales de la filosofía y de la literatura"
(Gaspar Melchor de Jovellanos)
.

A) La toponimia en el tiempo:
de los preindoeuropeos al milenium

Publicado en:
El paisaje toponímico asturiano:
unidad dentro de la diversidad
.

Discurso leído por el autor
en el acto de recepción académica
el día 18 de mayo de 2011.
Contestación por el Ilmo. Sr. D.
Joaquín Fernández García.
Edita Real Instituto de Estudios Asturianos. Oviedo.

Desde antes del Neolítico, tal vez...

Muchas etapas se fueron sucediendo desde aquel remoto paisaje preindoeuropeo de 10.000, 20.000... años atrás, hasta un paisaje actual salpicado de edificios, calles, autopistas, aparcamientos, plásticos, cementos... Se podría decir que hay todo un paisaje diacrónico en el paisaje sincrónico: una ciudad cualquiera de hoy, un pueblo rural, con su aparcamiento, plaza, campo de fútbol…, se levantó sobre un paisaje milenario, que sólo describen ya los topónimos y algunos vestigios estratificados en el suelo.

Con demasiada frecuencia, nombres de personajes o políticos de turno destruyen aquellas funciones que tuvo antes cada barrio, cada altozano, cada arroyo de paso por el pueblo. Leer el paisaje es leer la historia de un poblamiento con todas sus nuevas tecnologías del momento: El Batán, La Ferrería, La Faragua, La Pisona, La Calle Peatonal, El Paseo’l Colesterol...

la antigua vía pecuaria por los altos de Pendilla y de Parana, mucho antes de la vía romana de La Carisa

Difícil precisión cronológica, más allá de los milenios...

Diversos autores vienen intentando poner fechas a los primeros topónimos que se hayan podido asentar, como palabras más o menos estables, a la hora de definir, precisar un lugar en boca de lejanos nativos preindeuropeos. Difícil objetivo, al tratarse sólo de supuestas raíces, siempre orales y con sus variantes de lengua en lengua. En todo caso, sólo algo queda claro, como dice el francés Éric Vial: que, tal vez desde hace 20.000, 30.000 años, algunas palabras comunes fueron produciendo topónimos hasta estos mismos días.

Los estudiosos de esta difusa cronología toponímica (R. Menéndez Pidal, Corominas-Pascual, Edward Roberts-Bárbara Pastor, Albert Dauzat-Charles Rostaigne, Francisco Villar, Martín Sevilla, Rivas Quintas, Javier García, Cabeza Quiles...) nos fueron remontando a esas culturas de origen en cada etapa toponímica: preindoeuropea, indoeuropea, paneuropea, celta, germánica, gala...; pero sólo con fechas aproximadas por milenios: -6.000, -5.000, -3.000, -1.000, a.de C..., romanización...; es decir, cultura indoeuropea, megalítica, celta, romana..., pero sin más precisiones posibles más seguras.


El imprescindible saber inmemorial de los nativos: sus palabras, sus tiempos dedicados, todo un privilegio en estos tiempos

Sirva un esquema práctico de estas lecturas, para entender un poco mejor, documentar, explicarnos y explicar, todo ese lenguaje toponímico, en ocasiones, con tantos siglos, milenios, transformaciones populares..., detrás:

Tiempo léxico, culturas sucesivas...
Unos cuantos ejemplos online en esta páxina

Topónimos: etimología, significados, en el Diccionario etimológico de toponimia asturiana (3ª edición, 2017, HiFer, revisada y actualizada)

1. Onomatopeyas
(el procedimiento
de imitación fónica multilingüe)

La Bufona, La Bisbitera, La Gotera, La Pinga, La Papina, El Tantán, El Pimplón, El Tambarón, El Tamborón, El Tumelín, La Trapa, La Baba, La Farrapona, La Güérgola, La Gorgotsosa, La Borbolla, Burburanes, El Farfáu, Fonfaraón, Fonfargón, Fonformigo, El Chirrián, El Partseiru, El Xiblu...


2. Preindoeuropeo

Cantábrico, el ríu Cares, Caranga, Quirós, Narcea, Naranco, Orria, Grandas de Salime, Ándara …

3. Protoindoeuropeo

Llata, La Fonte la Tsata,
El Monte la Llata


4. Indoeuropeo

Asturias, Navia, Nava, Trubia, Aramo, Bendueños, Candamo, Langreo, Ponga, el ríu Sella, Taranes, Teverga, Valduno, Lugones, Aller…

5. Paneuropeo

Alba, Los Albos, Obios, L'Ubiu, Oviedo, Orvíz, Orbón, Urvieyos...

6. Ligur

Puerma, Fampuerma, Porma, Cabeza la Forma, Fonformigo, (interpretación popular), Borburanes; tal vez, Lama...

7. Ilirio Arganza, Lameiro, Tsamas de Mouro, Retsamiego, Llamaquique… Boroñes, Caoru, Carabanzo, Carabanés, El Carpiu...
8. Precelta El Cornón, La Barca, Bárzana, Pena Mea, Sariego
9. Protocelta Amieva, Los Beyos, el río Bedón…
10. Celta.

Dobros, El ríu Dobra, Pena Tolóbriga, Pena Tolondra, Los Tserones, La Tsera...

11. Ibero-celta

La Bolgachina, La Buelga, La Güelga, La Huera…

12. Ibérico, euskérico

L’Artosa, A Veiga, El Vilortu…


13. Germánico

El Franco, La Franca, Almurfe, Los Burdiayos, La Trapa, El Truébanu

14. Gótico La Huera, Las Güelgas, Banduxo...
15. Griego Ampueiros, Ampuero, Cea, Cieza, Brañacé, El Caruezu...

16. Latino

Xixón, Buenavista, La Bobia, La Chalga, La Cobertoira, La Frecha, Miño, Naraval, Tinéu, Mamorana…

17. Grecolatino

Teinás, Santueña (Santa Eufemia), Santolaya, El Tálamu.


18. Latinizado

Burdiayos, Castro, El Castiellu, Castrillón, Currietsos, Colmenar, La Curiscada, Faéu, Penadereita, Porciles,  Sempronian,Tourayu, Las Tsirizas

19. Cristiano Santueña, Santoveña, Santa Cristina…
20. Cristianizado La Virgen del Acebo, Sanfrichoso (fructuoso, fructífero), Capietsa Martín, Samartín.
21. Árabe L’Atalaya, Sarracín, El Moclín, L’Albirte…
22. Medieval
(alto y bajo
medievo)

La Pola, Avilés, Villaviciosa, Llanes, Laviana, Tiñana, Corneyana, Campomanes, Payares…

23. Americano, moderno...

El Pataqueiro (Tineo), El Maizal (Morcín)…

24. Más o menos reciente, actual...

L’Aparcamientu, El Mercao’l Ganao, La Feria, El Polígono Industrial, El Istituto, El Campo Fúbol, Parque Principao, Parque Prin...,, Intu…

Los ejemplos propuestos en estas charlas,
y otros parecidos,
están definidos y explicados en cada entrada
correspondiente al
Diccionario etimológico de toponimia asturiana
(ed. 2017, HiFer).
Algunos casos concretos
quedan más desarrollados en
diversos artículos y publicaciones del autor,
Xulio Concepción Suárez

B) En el origen, el balbuceo remoto de las palabras: las onomatopeyas multilingüísticas.

a) "Las onomatopeyas... son formas que por el procedimiento de la imitación significan referentes sonoros, son onomatopeyas, por lo que es lógico y previsible... que presenten también una forma relativamente afín a muchas lenguas.

Así, por onomatopéyica podría explicarse la multilingüística tendencia a expresar la noción de 'solplo-soplar'... mediante una secuencia labial como /pu phu bu/ o afines...

Porque los otros humanos ¿cómo hablaban? Quizá de manera muy distinta a nosotros, muy distinta a como se habla en las lenguas que hoy conocemos, quizá silbaban, resoplaban, carraspeaban o emitían sonidos totalmente diferentes"(Xaverio Ballester, 2002: 105).

b) "Primeras palabras de la humanidad... "¿Es posible remontarnos hasta las primeras palabras de la humanidad? y ¿nos dan estas palabras la idea de una única lengua común (o unas pocas) antes que de múltiples y numerosas?

Honestamente creemos que la respuesta es sí en ambos casos: un sí confiado para la primera pregunta y un sí, por el momento, mucho más matizado para la segunda. Nos parece que las afinidades entre las lenguas del mundo son al menos suficientes como para defender actualmente la hipótesis como una propuesta seria y no descabellada

Nos parece además que algunas afinidades aún rescatables entre las lenguas del mundo no pueden explicarse ni tipológicamente ni sicológicamente, por lo que la explicación de un ancestral origen común es, otra vez, una hipótesis digna de nuestra atención...

En todo caso, lo que sí nos parece objetivamente claro es que, si no todas las lenguas del mundo, al menos la inmensa mayoría de las lenguas tendrían un origen común. Una comunidad original que, desde la Lingüística, sería empíricamente evaluable por una serie de características comunes..., en el terreno fónico..., en el terreno morfológico..., en el terreno léxico..." (Xaverio Ballester, 2002: 115).


Los remotos corros de las construcciones circulares, sólo con piedra, tsábanas..., sabiamente ensambladas hasta el mismo remate de la cúpula (al descubierto, una vez deteriorada)

(ver también
algunas opiniones, teorías,
textos relacionados
:
Alberto Porlan
y otros...)


Foto: con la niebla en sala a los pies del Tiatordos

C) Algunos otros textos sobre el origen y desarrollo de las lenguas

1) La teoría onomatopéyica de Max Müller:

"Se supone, entonces, que [el origen del lenguaje radicaría... en la imitación de los sonidos...]; el hombre, aun siendo mudo todavía, oía las voces de los pájaros, de los perros, de las vacas, el trueno de las nubes, el bramido del mar, los rumores del bosque, los murmullos del arroyo y los susurros de la brisa. Intentaría imitar esos sonidos y encontró algunos gritos imitativos que le resultaron útiles como signos que representarían los objetos de los que procedían" (En José C. Vales (2022: Enseñar..., p. 29).

2) Como una larga historia por leer, descubrir, describir, narrar, contar, escribir..., desde el comienzo de los nombres tallados sobre cualquier paisaje habitado. En palabras de Antonio González Blanco

"Cuando los romanos llegan, en nuestro caso, a España, no son ellos los que dan nombre a nada en particular. La Península Ibérica existía y tenía ya un largo acontecer histórico en lugares que tenían todos nombres y que eran conocidos por sus pobladores con tales denominaciones.

Cuál fuera el origen y significado de tales nombres es lo que se trata de descifrar y eso no por capricho culturalista, sino por estricta necesidad histórica.

Tales nombres recogidos por los romanos en sus historias no todos están localizados y su estudio puede alumbrar una correcta narración de los hechos que acontecieron y que dieron origen a las historias romanas, unas de sus relaciones con el mundo indígena y otras de sus actividades y administración de la tierra.

Muchos de tales lugares son bien conocidos y su identificación no ofrece duda alguna, pero muchos otros no tienen tanta fortuna y son y serán durante mucho tiempo objeto de estudio y de discusión".

3) Pues hay una historia muy larga de nombres y nombres asentados sobre cualquier paisaje, desde tiempo inmemorial, como sugiere García Márquez en los comienzos habitables de su fantástico Macondo:

"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo"


(dibujo de Javier López Guerrero)

4) O como se fueron tejiendo en nuestru palabreru personal las palabras más comunes que balbuceamos desde niños, y sólo después descubrimos en el sentido original. En los versos de Dámaso Alonso:

"Desde el caos inicial, una mañana
desperté. Los colores rebullían.
Mas tiernos monstruos ruidos me decían:
«mamá», «tata», «guauguau», «Carlitos», «Ana».

Todo —«vivir», «amar»— frente a mi gana,
como un orden que vínculos prendían.
Y hombre fui. ¿Dios? Las cosas me servían;
yo hice el mundo en mi lengua castellana.

Crear, hablar, pensar, todo es un mismo
mundo anhelado, en el que, una a una,
fluctúan las palabras como olas.

Cae la tarde, y vislumbro ya el abismo.
Adiós, mundo, palabras de mi cuna;
adiós, mis dulces voces españolas".

5) En palabras de José C. Vales (2022: Enseñar..., p. 27):

"Si tuviéramos que avanzar alguna idea sobre cómo serían aquellas "lenguas primigenias" (llamadas protosapiens, protohumanas o protomundo), seguramente optaríamos por hablar de gruñidos, alaridos, gritos, chillidos u otras formas más o menos simples de comunicar las nociones esenciales de la vida salvaje, como "atención, "peligro", "hambre", "ira", "dolor, "inquietud", "miedo", o "sumisión".

Pero es difícil concebir esos alaridos como un lenguaje, especialmente si concretamos la definición de lenguaje como la facultad de comunicar algo "mediante signos convencionales"".


(foto prestada por Juaninacio el de Zurea)

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