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La Rúa.

Caserío entre El Moclín y El Reúndu, sobre la misma ribera del Güerna, ya en su tramo final. La parte inferior del caserío estaba formada por varios portalones y amplios establos. Vivieron hasta los años 80. Al otro lado del río, se había situado El Mercadiichu, desaparecido con la última autopista.

Conocido era José’l de La Rua, siempre con sus lecheras sobre la mula, camín de Fongarazán: todo un símbolo del trabajo rural hace algunos años. Y tal vez, no por casualidad, Manolo’l de La Rúa fue ‘el lechero’ de estos valles durante varias décadas también.

El nombre: ¿planta o lugar de paso?

El nombre de La Rúa es ambiguo en su entorno actual, una vez desfigurada, en parte, la zona bajo el asfalto: ya quedan pocos caminos que identifiquen el lugar, como paso de carreteros; o, por el contrario, como lugar de plantas medicinales. En principio, recordaba el último vecino (José el de La Rúa) que, antes de las escavaciones para la autopista, se daban allí los floritos de rúa, los cuales, junto con otros como laurel, ocalito, tila..., se cambiaban al troque por farina, lenteyas y garbanzos en tierras leonesas.

Valorada fue en estos pueblos la rúa, como planta de propiedades rebuscadas tiempos atrás: purificante, purgante, abortiva, afrodisíaca, anticonceptiva... Como resumen de su estima, quedó la copla:

“Si supiese la casada
para qué sirve la ruda,
trasnochara y madrugara,
pa cogerla con la luna”.

Al paso del camín real por “el Puente Romano”.

Con todo, el nombre de La Rúa parece en relación con el camino. El caserío se levantó junto al llamado Puente Romano, al lado del Moclín: el uno en relación con los caminos y vías de comunicación ya organizadas; el otro, con resonancias árabes (Moclín en árabe es igual a ‘lugar de distrito, límite, jurisdición’).

El lugar de La Rúa era, así, paso obligado de los caminos entre el río Lena y la pendiente de la ladera, una vez enlazados por el Puente los que descendían por ambos valles del Güerna y del Payares; o, lo que es lo mismo, La Rúa suponía la parada inmediata a la separación de caminos hacia tierras leonesas por dos valles distintos. En todo caso, La Rúa estuvo entre caminantes y carreteros hasta hace pocos años.

Por esto, resulta más lógico pensar que el nombre fuera puesto por la función de algún primer caserío al lado de la ruta: existió en castellano antiguo rúa ‘calle’; en Miranda de Ebro, ruga, rúa, ruar, es ‘paseo, pasear por las calles’, lo mismo que el gallego ruar; catalán, rúa, ‘desfile de carruajes’; italiano, rúa, ‘calle’; todos ellos, posiblemente tomados del francés rue (lat. ruga, ‘pliegue’).

Al paso del camín real

Por La Rúa pasaba el camín real, que venía de La Pará y continuaba hacia La Fuente’l Caño y El Reúndu, valle abajo; era el camín de carros a Castilla, por La Frecha, Fierros, La Romía, etc. Y era la vía que enlazaba con el camín francés por Sotiecho, Reconcos, Riospaso, Penasca Val de Dios, Acebos...

En Oviedo, finalmente, existe La Calle la Rúa, que Juan Uría Ríu encuentra desde el s. XIII documentada en la forma Rúa de las Tiendas. La Rúa ovetense es hoy una pequeña calle entre Cimadevilla, tras el Ayuntamiento, y La Catedral.

Como se acaba de señalar, la ambigüedad del nombre queda insoluble, sin referentes más claros. Pero la posición del lugar entre puentes, cruces de caminos y fuentes, el mismo portalón del caserío, o la localización antigua del Mercadiichu, inclinan a pensar que se trató, al principio, de una de tantas mansiones levantadas al lado de una ruta importante.

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