Costumbres, tradición, gastronomía, trabajos rurales, vida vaqueira, saber popular

La primavera avanza.
(II)
Antología

Ángel González
Edición de Susana Rivera.
Colección Visor de Poesía.
Visor Libros, 2009.

1. Áspero mundo
(1956)
a) el olvido,
la soledad
esencial
del hombre
Yo sé que existo
porque tu me imaginas.
Soy alto porque tu me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...

b) la libertad
esperada
Milagro de la luz: la sombra nace,
choca en silencio contra las montañas,
se desploma sin peso sobre el suelo
desvelando a las hierbas delicadas.

Los eucaliptos dejan en la tierra
la temblorosa piel de su alargada
silueta, en la que vuelan fríos
pájaros que no cantan.

Una sombra más leve y más sencilla,
que nace de tus piernas, se adelanta
para anunciar el último, el más puro
milagro de la luz: tú contra el alba
2. Sin esperanza
con convencimiento
(1961)
a) el exilio
(interior y
exterior)
Porque ninguna tierra
posees,
porque ninguna patria
es ni será jamás la tuya,
porque en ningún país
puede arraigar tu corazón deshabitado.

Nunca -y es tan sencillo-
podrás abrir una cancela
y decir, nada más: «buen día,
madre».

b) la guerra No hubo elección:
murió quien pudo,
quien no pudo morir continuó andando
los árbóles nevaban lentos frutos,
era verano, invierno, todo un año
o más quizá: era la vida
entera
aquel enorme día de combate.
c) el
compromiso
social

Pero el futuro es otra cosa, pienso:
tiempo de verbo en marcha, acción, combate,
movimiento buscado hacia la vida,
quilla de barco que golpea el agua
y se esfuerza en abrir entre las olas
la brecha exacta que el timón ordena.

En esa línea estoy, en esa honda
trayectoria de lucha y agonía,
contenido en el túnel o trinchera
que con mis manos abro, cierro, o dejo,
obedeciendo al corazón, que manda,
empuja, determina, exige, busca.

d) la dictadura El tiempo es más tenaz.
La tierra espera
por vosotras también.
En ella caeréis por vuestro peso,
seréis,
si no cenizas,
ruinas,
polvo, y vuestra
soñada eternidad será la nada.
Hacia la piedra regresaréis piedra,
indiferente mineral, hundido
escombro,
después de haber vivido el duro, ilustre,
solemne, victorioso, ecuestre sueño
de una gloria erigida a la memoria
de algo también disperso en el olvido
3. Grado elemental
(1962)
a) la represión
brutal

Es el momento este que nos pesa en el pecho
igual que una gran piedra,
y nos inmoviliza.

En el aire quedaron vestigios de palabras: ...supervivientes todos de inclinada postura:
sería
preferible
fallecer intentando enderezar los huesos....
y pasó un aeroplano y ya no se oye nada.

b) el exilio
de los literatos
disidentes

Al final del verano,
por las proximidades
pasan trenes nocturnos, subrepticios,
rebosantes de humana mercancía:
manos de obra barata, ejército
vencido por el hambre paz....,
otra vez desbandada de españoles
cruzando la frontera, derrotados ...sin gloria.

Se paga con la muerte
o con la vida,
pero se paga siempre una derrota

c) el hombre
irracional

Ya nuestra sociedad está madura,
ya el hombre dejá atrás la adolescencia
y en su vejez occidental bien puede
servir de ejemplo al perro
para que el perro sea
más perro,
y el zorro más traidor,
y el león más feroz y sanguinario,
y el asno como dicen que es el asno,
y el buey más inhibido y menos toro.
A toda bestia que pretenda
perfeccionarse como tal ya sea
con fines belicistas o pacíficos,
con miras financieras o teológicas,
o por amor al arte simplemente.
no cesaré de darle este consejo:
que observe al homo sapiens, y que aprenda

4. Palabra sobre
palabra (1965)
a) la realización
personal
del hombre
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
b) la
resurrección
imprescindible
cada día
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra
5. Tratado de
urbanismo
(1967 y 1976)
a) el amor
sin censuras
Las ordenanzas, además, proscriben
la caricia ( con exenciones
para determinadas zonas epidérmicas
-sin interés alguno-
en niños, perros y otros animales)
y el «no tocar, peligro de ignominia»
puede leerse en miles de miradas.
¿Adónde huir, entonces?
Por todas partes ojos bizcos,
córneas torturadas,
implacables pupilas,
retinas reticentes,
vigilan, desconfían, amenazan
.
b) la hipocresía
En los cafés, entraban
y salían los hombres, movidos
por algo parecido a una esperanza.
Se decía que aún era temprano. Pero
a las cuatro, Dora comenzaba
a quitarse las medias -las ligas
dejaban una marca
en sus muslos.
Lentas, solemnes, eclesiásticas,
volaban de las torres
palomas y campanas.
Mientras
se bajaba la falda
6. Breves
acotaciones para
una biografía
(1971)
a) el placer
de las palabras,
el placer
de construir
un poema
rebuscando
la palabra
más placentera
y exacta
Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
"Lo digo y no me corro".
Pero él disimulaba
.
b) el placer
de los sentidos

Meriendo algunas tardes:
no todas tienen pulpa comestible.

Si estoy junto a la mar
muerdo primero los acantilados,
luego las nubes cárdenas y el cielo
-escupo las gaviotas-,
y para postre dejo las bañistas
jugando a la pelota y despeinadas.

Si estoy en la ciudad
meriendo tarde a secas:
mastico lentamente los minutos
-tras haberles quitado las espinas-
y cuando se me acaban
me voy rumiendo sombras, rememorando el tiempo devorado
con un acre sabor a nada en la garganta.

7. Procedimientos
narrativos (1972)
a) el pesimismo
circundante
Aprendí de esta historia
que a los hombres educados en el desprecio
hasta el amor les sirve para expresar su odio
8. Muestra
corregida y
aumentada,
de algunos
procedimientos
narrativos y
de las actitudes
sentimentales que
habitualmente
comportan
(1967 y 1976)
a) el hastío,
la rutina, la falta
de ilusión
Cuando nada sucede,
y el verano se ha ido,
y las hojas comienzan a caer de los árboles,
y el frío oxida el borde de los ríos
y hace más lento el curso de las aguas;

cuando el cielo parece un mar violento,
y los pájaros cambian de paisaje,
y las palabras se oyen cada vez más lejanas,
como susurros que dispersa el viento;

entonces,
ya se sabe,
es lo que pasa:

esas hojas, los pájaros, las nubes,
las palabras dispersas y los ríos,
nos llenan de inquietud súbitamente
y de desesperanza.

No busquéis el motivo en vuestros corazones.
Tan sólo es lo que dije:
lo que pasa.
b) la precisión
con la palabra
Escribir un poema: marcar la piel del agua.
Suavemente,  los signos
se deforman, se agrandan,
expresan lo que quieren
la brisa, el sol, las nubes,
se distienden, se tensan, hasta
que el hombre que los mira
-adormecido el viento,
la luz alta-
o ve su propio rostro
o -transparencia pura, hondo
silencio- no ve nada
c) la reflexión
filosófica
Nada es lo mismo, nada
permanece.
Menos
la Historia y la morcilla de mi tierra:
se hacen las dos con sangre, se repiten
d) unos datos
biográficos
personales

Cuando estoy en Madrid,
las cucarachas de mi casa protestan porque leo por las noches.
La luz no las anima a salir de sus escondrijos,
y pierden de ese modo la oportunidad de pasearse por mi dormitorio,
lugar hacia el que por oscuras razones.,
se sienten irresistiblemente atraídas.
....
Lo que a ellas les gusta que yo me emborrache
y baile tangos hasta la madrugada,
para así practicar sin riesgo alguno
su merodeo incesante y sin sentido, a ciegas
por las anchas baldosas de mi alcoba.

A veces las complazco,
no porque tenga en cuenta sus deseos,
sino porque me siento irresistiblemente atraído,
por oscuras razones,
hacia ciertos lugares muy mal iluminados
en los que me demoro sin plan preconcebido
hasta que el sol naciente anuncia un nuevo día.

Ya de regreso en casa,
cuando me cruzo por el pasillo con sus pequeños cuerpos que se evaden
con torpeza y con miedo
hacia las grietas sombrías donde moran...

9. Prosemas o
menos
(1985)
a) la frustración
de la vida
Aquel tiempo
no lo hicimos nosotros;
él fue quien nos deshizo.

Miro hacia atrás.
¿Qué queda
de esos días?
Restos,
vida quemada,
nada.

Historia: escoria
10. Deixis en fantasma
(1992)
a) la reflexión
existencial

Cuando escribo mi nombre,
lo siento cada día más extraño.

¿Quién será ése?
-me pregunto.

Y no sé qué pensar.

Ángel.

Qué raro.

11. Otoños y otras luces
(2001)
a) el amor
frustrado
Alamedas desnudas,
mi amor se vino al suelo.
Verdes vuelos, velados
por el leve amarillo
de la melancolía,
grandes hojas de luz,
días caídos
de un otoño abatido por el viento.

¿Y me preguntas hoy por qué estoy triste?

De los álamos vengo
.
12. Nada grave
(2008)
a) el pesimismo
final

No achaques a tu edad
este desinterés, la indiferencia
-casi desdén-
con que hoy miras la vida.
No culpes a tus ojos fatigados.

La fatiga
no está en los ojos que miran,
está en todo lo que ven.

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la poesía de Ángel González

Una página de lectura
http://www.ucm.es/info/especulo/numero35/agonza.html

Otros apuntes, esquemas,
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...
por Xulio Concepción Suárez

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