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Etiquetas, tags: horros, paneras, cabazos, terminología, arquitectura tradicional

"María, si vas al horru
del tocín corta pocu;
muchos meses tien el añu
y yera pequeñu el gochu
"
(copla recogida por Genaro Alonso Megido) .

Los horros, los horrios, l'horro, l'horrio, l'horru
(el hórreo, los hórreos),
los cabazos, las paneras:
léxico, partes, funciones...
La Arquitectura popular asturiana

Algunas etimologías ya están recogidas
en varios trabajos y publicaciones del autor.
Julio Concepción Suárez
.

Parte de esta terminología
ya está publicada en el libro:
Paisaje y toponimia. Materiales didácticos de aula.
(Xulio Concepción Suárez
y varios autores/as en colaboración)
Grupo de trabajo dirigido
por Benjamín Méndez.
Edita Consejería de Educación y Ciencia.
Centro del Profesorado
y de Recursos del Nor-Occidente.
CPR de Luarca. 2007

A) El léxico del horro, la panera...

aguileras, las
llaman así en algunos sitios a las tablas gruesas que sobresalen en el interior del tejado para proteger de la lluvia el armazón que queda debajo (colondras, trabes, presas...); la cubierta del edificio que sobresale, en definitiva.
aguilón, l'
arqueiro, l'
es la arista del tejado que va de la cúpide a la esquinera; cuatro, por tanto, en el horro.
cabazu, el
tipo de horro más occidental, de variadas formas, casi siempre más aireados, con tables más estrechas, ranuras intermedias, pegollos mucho más pequeños, techumbre de pizarra, sobre otra edificación, etc.; muchos tipos occidentales
cabrios, los
son los maderos más delgados que van a sostener las teyas.
cantapaxarín,
pegutsu,
peguchu,
pegollu
es el pequeño remate en piedra que culmina el techo del horro; se llama también en algunas zonas el cantapaxarín, porque allí suelen exponerse los paxarinos por el día para cantar, otear, llamar la atención...
cebatos, los
son los tejidos de varas que hacen de paredes y sirven, a veces, para realizar las divisiones interiores del horro
colondras, las
corondias, las
son los tablones laterales que se van encajando entre los trabes y los liños, para cerrar la estructura del horro; las paredes del horro; tienen como un par de metros de largos, por casi uno de ancho, por 8-10 cm. de grosor; siempre tablones enterizos; tal vez proceda de columna, sin más.
cornialeras, las
son las 4 colondras que hacen de esquinas en el horro, por tanto son dobles, es decir, en forma de ángulo recto, con casi un metro por cada lado para cubrir toda la esquina en las dos direcciones laterales. Dicen los paisanos que, en realidad, las cuatro cornialeras tendían que ser del mismo árbol, de la misma pieza. De esta dorma el árbol tendría que ser grueso y largo, para poder dar esas medidas: un metro de promedio en grosor, una vez labrado y sin las cortezas laterales. Más de metro y pico de diámetro, por lo menos.
correor, el
es el saledizo en torno al horro que aparece en los más modernos: no lo tienen los antiguos
cuartos, los cada uno de los compartimentos internos, que a veces tiene el horro, para diversos componentes familiares, herencias...
cumal, el
es la cumbre, el puntal donde coinciden las cuatro aguadas del teyao
durmiente, el madero sobre la puerta del horro
engüelgos, los
envuelvos, los
son las colondras del horro, cuando constan de una sola pieza, enterizas; es decir, las cuatro piezas de las esquinas, además de ser talladas en ángulo (una sola tabla), deben pertenecer a una misma rolla, tronco del árbol de unos veinte metros, por lo menos, para que dé las cuatro colondras esquineras;
escalera, la
es la pasera, el subiúriu..., de otras zonas: el conjunto de peldaños, lireramente separada de la talambera, de modo que los ratones no puedan acceder al granero
faldón, el
es el madero delgado también que va de una esquina a la cúspide, al puntal, de la techumbre; divide las aguadas del tejado.
gabitos, los
diversos ganchos de madera, sin labrar, sujetos a los liños, de los que se colgaban productos y utensilios diversos
gatos, los
las cuatro viguetas curvas que refuerzan los liños para soportar mejor el cumbreal; los cuatro gatos se enlazan (coinciden) bajo el eje de la cumbre
liños, los
liñolos, los
leños, los
son los cuatro maderos más delgados que enlazan las tablas laterales del horro (las colondras); sirven para asegurar con sus encajes la unión de esas tablas; tienen entre 6-8 m de largo, por 15-20 cm de grosor; se llamarán así por ser simplemente ‘maderos’ (latín lignos).
mandil, el
es el conjunto de tablas ensambladas que protegen el corredor del horro en algunas zonas, más bien occidentales: defienden los productos, de la lluvia, el viento...; no está en los horros antiguos
montera, la
es el remate del horro en el picu del teyao: suele ser una piedra cónica o prismática
moño, el
es, en otras zonas, también el remate del horro en el picu del teyao: suele ser una piedra cónica o prismática
muela d’arriba, la
pegollera, la
es una piedra redonda o cuadrada que se coloca entre el pegollu y el tillao; también tiene la función de que no puedan acceder al granero los animalillos menores desde el suelo; tiene como un metro cuadrado; o un metro y pico de diámetro; a veces, las redondas, eran aprovechadas de ruedas de molinos ya gastadas
muela d'abaxo, la
pilpayu, el
es la piedra redondeada o cuadrada sobre la que se asienta el pegutsu
panera, la

tipo de horro con más de cuatro pegollos

"Que nieve, que nieve,
si quier nevar,
tengo pan  nel horro,
y yerba nel payar.
Que nieve, que nieve,
si quier nevar"

(escuchada
a Juaquín Fernández, d'Escoyo)
pasera, la
subiera, la
subiúriu, el
subidoriu, el
escalera, la
es la escalera de piedra, para acceder a la talambera, de la que está separada como medio metro, para que no puedan acceder los ratones ni otros bichos al granero; tiene como metro y medio de altura por tres de largo; es el lugar de paso, para subir.
pegutsu, el
peguchu, el
pegollu, el
es el pilar más bien rectangular, aunque más ancho abajo, y más estrecho, arriba; con base cuadrada, que va sobre el pillayu y sostiene cada esquina del horro; puede ser de piedra (caliza, grenu...) o de madera; tiene como un par de metros de largo, unos 50 cm en la base, y unos 25 en la cabeza; pegollu viene de pie, por la función que desempeña; los más antiguos son los de maera; en información de Juaquín Fernández, cuando el horro se construía en suelo privado, por lo menos un pegollu tenía que ser de piedra (circunstancia comprobada en varios conceyos, por lo menos en la montaña); muy conservada la diferencia en el pueblo morciniego de Buslloñe, por ejemplo, donde todos los horros y paneras, tienen por lo menos, uno, dos, tres..., pegollos de piedra, en contraste con el resto en madera; en general, y en principio, los horros son muebles, construcciones móviles, con cielo pero sin suelo, por tanto, el suelo es del común; si cae el horro, ese espacio público queda para el vecindario otra vez; por eso se cortejaba baxo l'horro, y nadie podía echar de allí a los novios, como tampoco a los peregrinos de paso, a los pobres...
peines, los
son los listones estrechos, a modo de tiras, que tapan las ranuras entre las colondras.
pilpeyu, el
pilpayu, el,
plipayu, el
pilpañu, el,
es piedra base donde se asienta el pegollu; tiene como un metro cuadrado de superficie, unos 15 cm de grosor, y es de piedra; es la plepa castellana; en realidad, algo inútil, pues sólo servía para asentar otro pilar más importante (el pegollu), como era la columna que sostiene; cada pilpayu nivela los pegochos correspondientes, y los aísla de la humedad'
pontas, las
sollas, las
son las tablas gruesas que forman el piso, el tillao del horro; van empotradas en los trabes; a veces van reforzadas por debajo con una viga central llamada el sovigañu.
portuga, la
es la pequeña puerta que en algunas zonas lleva el horro frente a la puerta principal, para asegurar la ventilación; tampoco está en los horros antiguos.
presas, las
llaman en algunos sitios a las muelas d'arriba: las piedras redondas o cuadradas que se colocan entre el pegollu y el tillao; tienes la función de que no puedan acceder al granero los animalillos menores desde el suelo; tiene como un metro cuadrado; o un metro y pico de diámetro; también aislan a los trabes de la humedad
puntal, el
es el pequeño madero de poco más de un metro que sostiene la cúspide sobre las vigas a modo de mojón.
quiciu, el
quicial, el
eje de madera sobre el que gira la puerta, encajado en uno de los trabes; tiene varios centímetros de largo (4-6) y varios de grosor en redondo (3-4)
ripia, la
en algunas zonas, tabla que se coloca en el intermedio de los cabrios para asentar mejor las teyas
sol'horro
debajo del horro, el suelu de tierra normalmente, siempre muy seco y soleado según las horas del día
sollas, las
pontas, las
son las tablas gruesas que forman el piso, el tillao del horro; van empotradas en los trabes; a veces van reforzadas por debajo con una viga central llamada el sovigañu
sovigañu, el
viga central del horro que refuerza el pisu (el tillao) por debajo, a veces apoyada sólo en dos gabitos que se incustran hábilmente en los trabes desde el sol'horro

subiúriu, el
subidoriu, el
subidoria, la
pasera, la
escalera, la

es la escalera de piedra, con escalones, para acceder a la talambera, de la que está separada como medio metro, para que no puedan acceder los ratones ni otros bichos al granero; tiene como metro y medio de altura por tres de largo; es el lugar de paso, para subir.
talambera, la
talamera, la
tarambera, la
tenovia, la
es el tablón que sirve de peldaño suelto entre la pasera y la puerta del horro; tiene como 6-8 m de largo por unos 5-6 cm de grosor y unos 30 de ancho (siempre aproximados); tal vez con el sentido de ‘tálamo’ por referencia a la entrada al cuarto que supone el interior del horro.
tarabica, la
era la única cerradura antigua de los horros: una trasga de madera, un pasador, que cerraba por fuera o por dentro la puerta, antes de los cerrojos de fierro posteriores
tazas, las
son en algunas zonas las pequeñas maderas (cubos) en forma de tacos, que se colocan entre las muelas y los trabes para el equilibrio del horro: si el peso de los trabes (la vigas más gruesas) cayeran directamente sobre las muelas de piedra (siempre más o menos delgadas), al menor movimiento del horro con el aire, se partirían.
tenobia, la
tenobiera, la
especie de peldaño que hay delante de la puerta l'horro a veces, colgado del trabe; este peldaño es imprescindible cuando no hay talambera; corredor del horro en algunas zonas.
tenobiera, la
son los trabes de otras zonas: las cuatro vigas que se apoyan sobre los pegollos.
testigu, el
es el pegollu de piedra que atestigua la propiedad del suelo respecto al dueño: si los cuatro pegollos eran de madera, significaba que el horro se había levantado en terreno comunal; si había uno de piedra, significaba que el suelo era de propiedad privada, la del dueño del horro. Es decir, la mayoría de los horros se levantaban en terreno comunal, por eso eran con cielo, pero sin suelo; en este caso, si el horro se caía o se dejaba deteriorar y se derrumbaba, el dueño no tenía ya más derechos de propiedad; en cambio, si tenía un pegollu por lo menos de piedra, seguía con todos los derechos del suelo, pues era privado. Con el tiempo, se cerraron cantidad de horros que tienen los cuatro pegollos de madera; es decir, se cerraron como privados, terrenos que eran públicos.
teyas, las
son las rústicas tejas, antes hechas a mano en las teyeras; en ocasiones, son de pizarra
tillao, el
es la base cuadrada del horro, de gruesa madera, asentada sobre las cuatro trabes colaterales; las dimensiones pueden ser muy variadas, según la capacidad del granero; suele tener entre unos treinta y cuarenta metros cuadrados; si fuera mayor se pasa a la panera, que ya tiene más pegollos
tornos, los
cada uno de los clavos de madera que servían para unir las tablas: los horros antiguos no llevan ni una sola punta de fierro; ni un hierro; todo era de madera; hasta la cerradura parece que fue de madera en algunos casos
torondia
piedra redonda del horro y la panera en asturiano de la fala, más occidental (la muela, de otros conceyos)
trabes, los
son las cuatro vigas laterales sobre las que se asienta el tillao, y van sobre las muelas; tienen entre 6-8 m de largo, por 40-50 cm de grosor; se llaman así porque sobre ellas ‘traba’ todo el peso del hórreo; son el armazón del granero.
tsave, la
chave, la
la llave l'horro: de fierro ahora, gruesa, pesada...
vigas, las
son los maderos interiores del horro que sostienen la techumbre en forma de cruz.

"Cómo quieres que te quiera
galán, y que te regale,
si del horro nel que duermo,
tien la llave mio padre"
(recogido por Juaquín Fernández)


(foto de la panera prestada por Juaquín Álvarez)

B) Un buen ejemplo de panera: la de Bueño / Güeño
Por Juaquín Álvarez en Facebook

"Tengo ya llena la panera,
faiga viento o nieve fuera.
Quien nun ta lista en otoñu,
pel invierno ve al demoniu"...

“Panera estilo Carreño, construida en 1856 por el reputado taller de San Andrés de los Tacones (Gijón): fue propiedad del Conde del Real Agrado; se encontraba en El Campanal, Perlora (Carreño), con evidentes muestras de deterioro, cuando el Ayuntamiento de La Ribera/Ribera de Arriba la adquirió para formar parte del Centro de Interpretación del hórreo.

Presenta una decoración clásica, a base de motivos barrocos tallados y pintados, que aún conservan buena parte de su policromía original (entre estos elementos decorativos se integran diversos vanos para ventilación). Fue desmontada, trasladada y vuelta a montar por el taller de Manuel Suárez; y, tras su restauración, luce hermosa para que todos la podamos disfrutar.

El estilo Carreño coincide en el tiempo con el estilo Allande, vinculados ambos a la difusión de la panera, y hace su aparición en la segunda mitad del XVIII; se propagó hasta el siglo XX, aunque con una perceptible simplificación de motivos y empobrecimiento de la talla. Su mayor número de ejemplares se concentra en los concejos de Carreño y Gozón, pero se extiende por los territorios vecinos de Avilés, Corvera, Llanera y Gijón, con el río Nalón como límite occidental y meridional (sin adentrarse en las áreas de montaña).

Aparecen así en la panera grandes conjuntos decorativos, tallados y pintados con colores vivos, organizados de forma simétrica en torno a las puertas, la colondra que las separa y las adyacentes; y tal vez se extienda también a les colondres anteriores, a los engüelgos y, en ocasiones, pueda aparecer en pequeñas ventanas de ventilación en los costados de las paneras; muy raras veces en su cara posterior. Sus tallas y motivos, entre los que predominan los elementos de carácter vegetal, denotan la influencia de los retablos barrocos, localizada en algunas de ellas la mano de maestros entalladores de la zona”.


(foto de la panera, los detalles, prestada por Juaquín Álvarez)

C) Alguna bibliografía del horro, los cabazos, las paneras: artículos específicos en esta obra. (El resto de la bibliografía lleva su edición citada en cada caso).

  • Caamaño Suárez, Manuel. Agrupamentos e tipoloxías singulares no mundo dos hórreos galegos (p. 109)

  • Campal Fernández, José Luis. El hórreo y su bibliografía: hacia un repertorio general de los estudios sobre graneros aéreos (1450

  • Fernande Gutierri, Gausón. Memoria Gráfica d'Asturies. Al pie del horru. Un viaxe a la Asturies de la primera metá del sieglu venti al traviés de las postales, en Asturies. Memoria encesa d'un país, númberu 29 (pp. 38-47).

  • Fernández Catuxo, Javier (2011): Supra Terram Granaria. Hórreos, cabazos y otros graneros en el límite de Asturias y Galicia. Red de Museos Etnográficos de Asturias. Muséu del Pueblu d'Asturies. Xixón

  • Fernández García, Joaquín. El hórreo asturiano en la toponimia, la paremiología y la poesía popular de la región (p. 169)

  • Fernández Riestra, Francisco Xosé - Marcos Fernández, Jesús (2011) Aproximación a la arquitectura tradicional de los concejos de Cangas del Narcea, Ibias y Degaña (Asturias). Edita Consejería de Agroganadería y Recursos Autóctonos. Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FIADER).

  • Frankowski, Eugeniusz (2004) Hórreos y palafitos de la Penísnula Ibérica. Conmemorativa II Congreso Europeo del Hórreo en la Arquitectura Rural. Fundación Cultural del Noroeste. Oviedo.

  • García Iglesias, Amparo. Análisis científico de las policromías en hórreos y paneras asturianas (p. 331).

  • García Peliz-Nadaya, Juana. Aromas y olores en el hórreo asturiano (p. 131)

  • Gómez-Tabanera y otros (2004). Foro Cultural del Noroeste. II Congreso Europeo del Hórreo en la Arquitectura Rural. Actas. San tirso de Abres (Asturias. 5, 6 y 7 de noviembre de 2004). Editor José Manuel Gómez-Tabanera. Oviedo.

  • Lema Suárez, José María. Presente y futuro de los hórreos: ausencia y urgencia de una planificación (p. 465).

  • Mayor López, Matías - Fernández Benito, Margarita. Medio rural y hórreo: el paisaje vegetal de Entrambasaguas (p. 49).

  • Méndez, Benjamín. El Bajo Navia: área de yuxtaposición de hórreos y cabazos.

  • Rodríguez, Perfecto. Las primeras menciones del hórreo en la diplomática medieval asturiana (p. 83)

  • Rodríguez Hevia, Vicente (1999), en Webgrafía: "Toponimia del horru y del molín nel conceyu Llaviana". Academia de la Llingua Asturiana, nº 72 (pp. 45-88)

  • Varela Aenlle, Carlos Xesús - Fernández Riestra, Francisco Xosé. A arquitectura popular da comarca del Eo-Navia (301).

  • Velarde Fuentes, Juan. La economía y el hórreo asturiano (435).

"Cuatro pates tien el hórreo
y seis tien la panera,
cuatro pates tien la cama
onde duerme mio morena"

(recogido por Juaquín Fernández)

D) Y un poema...:

EL HORREO
de Alfonso Camín

Ha mucho más de un siglo de brumas que altanero,
como el bastión agreste de una leyenda santa,
sobre sus cuatro plintos de piedra, se levanta
con el orgullo noble de un soñador austero.

Ni siquiera la nieve con que le cubre enero,
su voluntad de anciano sus ímpetus quebranta;
bendice con sus proces al sol que le abrillanta;
sonríe si le besa la lumbre de un lucero.

Goza al mirar que tiene, si llega abril florido,
en cada teja un ave y en cada hueco un nido,
y un perro que a su sombre mira volando un ave...

!Y de maíz ceñido, sobre el sitial de escombros,
el horreo es como un César, imperativo y grave,
con un soberbio manto de púrpura en los hombros.

ANEXOS.

En fin. El horro supone todo un patrimonio asturiano inmemorial con muchos detalles todavía poco estudiados. Sirva el ejemplo de los furacos del horro en la puerta principal, o en las diversas puertas que tuviera, según los propietarios que fueran (2-3-4); casi todos con cielo, pero sin suelo; es decir, propiedad sólo de uso, si se dejaba caer, ya no tenía derecho a levantarlo, pues en la mayoría de los casos, el solar es público; del Ayuntamiento

1. Los furacos de la puerta l'horro

En la mayoría de los hórreos antiguos se observan varios agujeros en torno a las cerraduras actuales, canados..., casi siempre por debajo; pueden estar en la puerta, o en la colondra de la derecha, a modo de marcación; ellos suponen todo un estratégico proceso de cerraduras en la historia de los propietarios, o los cambios lugar por sospecha de robos posibles... Tantos furacos, tantas veces que cada dueño iba cambiando el sistema del cierre: el agujero por el que se introducía un gancho de hierro doblado, en ángulo, de forma que accediera a una corredera de madera, aserrada, que se desplazaba a izquierda y a derecha, casi adosada a lo puerta por dentro y a la colondra vertical; con unos ángulos fijos para que no se saliera al desplazarla; todo ello de madera.

Sólo el dueño o dueña sabía dónde estaba colocada la traviesa interior con dientes: abajo, arriba...; y a qué distancia estaba colocada; o qué dimensiones tenía el gancho de fierro para acceder justo hasta esa cremallera, y desplazarla hacia la izquierda (cerrar), o hacia la derecha (abrir). Si se desconocían estas medidas, imposible abrir; y ante la sospecha de que alguien hubiera podido observan desde fuera el gancho, o hubiera visto la cremallera por dentro, el dueño cambiaba el agujero, la posición de la barra corredera... De ahí que aparezcan a veces hasta 4, 6..., agujeros usados en la misma puerta del horro.

2. El Horro la Retoral, l'horro'l Cura, con tsábanas per dientro.

Otro ejemplo de las estrategias y usos de los horros era el que se obeserva en algunos en especial, como en el horro de una Retoral, de un cura: la colocación de varias tsábanas (piedras más bien delgadas y lisas) sobre todo el piso de madera del horro por dentro. La estrategia estaba calculada también por el dueño: el cura cobraba los diezmos, las rentas parroquiales, los donativos, en especie, y parte en escanda, trigo... Así, los almacenaba en el horro en forma de grano, de harina, en sacos...

Pero sugía la picaresca: alguien se acercaba de noche baxo l'horro, hacía un agujero hacia arriba, taladraba las tablas del piso, llegaba a la farina, a los sacos, los perforaba, y la harina, el grano, caía por el agujero a la fardela del habilidoso que la esperaba abajo. Cuando el cura se daba cuenta, le habían podido sisar unos cuantos kilos. Solución: cubrir el piso por dentro con losas de piedra (tsábanas) que ya no podía taladrar alguien desde abajo. La farina y el grano quedaban así seguros. Un dato de interés, digno de estudio para aquellos tiempos y contextos.

Otros tipos de horros en el mundo:
páxina de Xuan Pedrayes y Salvador Barro
http://www.barroypedrayes.com/v_portal/apartados/apartado.asp?te=3018

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