Costumbres, tradición, gastronomía, trabajos rurales, vida vaqueira, saber popular
 

-Emilia.
"Sí, un montón [de mujeres],
y tantas como para poblar el mundo que les dieran.
Mas creo que si pecan las mujeres
la culpa es de los maridos: o no cumplen
y llenan otras faldas de tesoros que son nuestros,
o les entran unos celos sin sentido
y nos tienen encerradas; o nos pegan,
o nos menguan el dinero por despecho.
Todo esto nos encona y, si nuestro es el perdón,
nuestra es la venganza. Sepan los maridos
que sus mujeres tienen sentidos como ellos;
que ven, huelen y tienen paladar
para lo dulce y lo agrio. ¿Qué hecen
cuando nos dejan por otras? Gozar?
Creo que sí. ¿Los mueve el deseo?
Creo que sí. ¿Pecan por flaqueza?
Creo que también. Y nosotras, ¿no tenemos
deseos, ganas de gozar y flaquezas como ellos?
Pues que aprendan a tratarnos o, si no, que sepan
que todo nuestro mal es el mal que nos enseñan"

(de Otelo) .

Otelo, el moro de Venecia
William Shakespeare.

(Sólo algunos detalles
para que los añadas
a tu lectura de la obra,
con otras lecturas,
con otras web... ...,
como quedamos en clase)

1. El teatro isabelino popular (1558-1625)

  • De la barbarie al progreso. Hasta el reinado de Isabel I (1558-1603), la sociedad inglesa era escasa en poblamiento, rural y bastante pobre, pero en este período progresa de forma notable, por lo que pasa a ser conocida por su prosperidad en todos los campos (económico, militar, artístico...). Brilla, así, especialmente en el campo de las letras. Empieza a conocerse su idioma en Italia, Francia, España... Controlados los peligros exteriores y arregladas las luchas internas religiosas y civiles, su cultura empieza a progresar y a salir al exterior. Hasta entonces, la sociedad inglesa era poco menos que bárbara, sanguinaria y brutal: bebedores, violentos en las peleas, sanguinarios, crueles en los espectáculos, maltratadores con los animales...

  • Aportaciones de un reinado y de una reina. La llegada de Isabel es recibida con ilusión por el pueblo: se dedica a pacificar el orden interno y las relaciones externas con otros países. Pero no lo tendrá fácil: revueltas sociales, ejecuciones, asesinatos, confabulaciones..., dificultan el reinado. Pero crece la agricultura, la industria, el comercio exterior, sobre todo con muchos comerciantes aventureros que se enriquecen de golpe y con mal control. Aparecen grandes señoríos y enormes fortunas fruto del comercio exterior.

  • Coexistencia de contrarios. En esta época florecen de golpe también los creadores literarios: dramaturgos, poetas, músicos, pensadores... Y entre ellos William Sakespeare, que estrena su primera obra: Enrique IV. Así coexisten los dos aspectos enfrentados: la brutalidad más bárbara y la cultura más refinada. Los hombres igual manejan la espada que la literatura; los comerciantes, los campesinos, los artesanos..., leen, estudian y compran libros.

  • Las lecturas populares. Destaca, sobre todo, la afición por la lectura de la Biblia, traducida al lenguaje del vulgo, que la lee con avidez. Y destaca la afición a la tradición literaria oral: baladas populares, cantos legendarios, leyendas, poesía rural..., que se pone al alcance de las clases más humildes y menos dotadas económicamente. En definitiva se propaga rápidamente la instrucción popular, la cultura, la ilusión por los temas tradicionales.

  • Nivelación cultural generalizada . En su conjunto, se produce una especie de nivelación cultural entre las distintas clases sociales: señoríos pudientes, nobles, burguesía, terratenientes, mercaderes, magistrados, profesores, clero..., son todos personas instruidas, activas y preocupadas por el desarrollo cultural. La mayoría de la nación (campesinos, artesanos, obreros, marineros...) se benefician también de este interés cultural generalizado.

  • Una síntesis tradicional y moderna. El teatro isabelino, con Shakespeare sobre todo, resume la supervivencia del teatro popular. Se suma la tradición medieval con la nueva conciencia colectiva. El drama popular se enriquece con el nuevo humanismo renacentista, en una síntesis de valores tradicionales y modernos.

2. El teatro de Shakespeare (1564-1616).

  • Un nuevo humanismo floreciente. Con Shakespeare florece un nuevo estilo humanista: reflexión filosófica sobre el hombre y sus problemas sociales, estudio de las pasiones que afectan o afligen al ser humano; estudio de los caracteres que diferencian a las personas; expresión de los diferentes estilos de vida populares, caballerescos, cortesanos... Shakespeare, como Cervantes en la literatura española, es el prototipo del autor que mejor representa el aspecto individual del ser humano: sus pasiones, sus frustraciones, sus virtudes, su propia circunstancia vivida cada día en su tiempo.

  • Del renacentismo al barroquismo. Shakespeare representa el paso de dos tendencias: a) renacentista: universalista, optimista; b) barroquista: individualista, pesimista... El autor se sitúa en esa evolución de una época a la otra, como consecuencia de las nuevas condiciones sociales, políticas, económicas, religiosas... Ahora, los temas frecuentes serán los relacionados con el pesimismo, el desengaño, la burla cruel, las exageraciones, los excesos... Al mismo tiempo, al lado de las actitudes culterana y conceptista (para las élites cultas), se desarrolla un fuerte interés por lo popular, los temas medievales, del pasado, tradicionales.

  • Otelo desarrolla uno de los temas universales de la literatura: los celos, en su origen, desarrollo, consecuencias... De ahí la influencia de Shakespeare en toda la literatura y en otras artes posteriores hasta estos mismos días.

3. La obra de Otelo:

-Otelo.
"¿Tú crees que viviría una vida de celos,
cediendo cada vez a la sospecha
con las fases de la luna? No. Estar en la duda
es tomar la decisión. Que me vuelva
macho cabrío si mi espíritu se entrega
a conjeturas tan extrañas y abultadas
como tus alegaciones. Para darme celos
no basta con decir que mi esposa es bella,
sociable, sabe comer y conversar,
canta, tañe y baila...
Si dudo, pruebas;
y con pruebas no hay más que una solución:
¡Adiós al amor o a los celos!"

a) los sentimientos negativos

  • Celos. Otelo se fue volviendo celoso hasta la enfermedad: "el terrible monstruo" de los celos, inducidos por Yago. Se vuelve la misma debilidad mental, hasta el punto de que pierde el sentido de la realidad y de la objetividad de los hechos. Los celos injustificados llevan a Otelo al borde de la locura.

  • Engaño, mentira, hipocresía. Casi desde el comienzo, la mentira, la ocultación de las cosas, la falsedad..., serán las armas para conseguir los objetivos en beneficio propio, y a costa de provocar la muerte si llega el caso. Yago actúa siempre ocultado sus oscuras intenciones, bajo la apariencia de la amistad, la confianza, el buen trato. Yago engaña a Otelo contando cosas falsas de Casio y Desdémona.

  • Frustración. Yago se siente frustrado, al no haber recibido el ascenso militar a teniente, como Casio.

  • Odio. Yago comienza a odiar a todos por su frustración: a Otelo, porque no lo ascendió; a Casio, porque es más que él .

  • Tiranía. El deseo enfermizo de dominio lleva a la opresión de quienes rodean a ciertos personajes: Otelo oprime a Desdémona; Yago, a Emilia.

  • Venganza. Es el móvil de Yago: vengarse de Otelo por no haberlo ascendido como quería. Y será el móvil de Otelo, al sospechar de la infidelidad de su esposa ..

    -Otelo.
    "Feliz habría sido pudiendo ignorarlo,
    aunque toda la tropa, hasta el último peón,
    gozase con su cuerpo. Ahora,
    ¡adiós para siempre al alma serena!
    ¡Adiós al sosiego! ¡Adiós a penachos marciales
    y a guerras grandiosas que enaltecen la ambición!
    ¡Adiós! ¡Adiós al relincho del corcel...
    Y tú, mortífero bronce, cuya ruda garganta
    imita el fragor espantoso de Júpiter,
    ¡adiós! Otelo ya no tiene ocupación"

b) los sentimientos positivos

  • Amor. Desdémona es el símbolo más representativo: sinceramente enamorada de Otelo, admira a Casio, por quien interviene sinceramente para que su marido le perdone.

  • Bondad y fidelidad. Desdémona es una mujer buena: inocente, fiel, sin doblez, servicial, no piensa mal de nadie, no sospecha nada... Hasta sumisa, demasiado entregada a su marido, de modo que acepta la muerte casi más por devoción a su papel de esposa. Es el símbolo de la fidelidad, y no comprende cómo otras mujeres pueden ser infieles a sus maridos. Pero la acusan de infiel.

  • Fidelidad. Por ejemplo, Casio es un hombre fiel a Otelo, lo mismo que a Yago, a Desdémona... No tiene malas intenciones, precisamente por lo que va a ser engañado y traicionado por Yago y por Otelo, producto de los celos. Cae en la trampa de pedir a Desdémona que interceda por él ante Otelo, razón de su trágico final.

  • Honradez. Otelo, al principio, es hombre sensato, seguro de sí mismo, aunque luego se vuelve celoso, sospechoso, inseguro..

4. Los personajes

  • Yago. Aunque no da título a la obra, es el centro de todos los hilos que van tejiendo la red que va atrapando a todos los demás personajes, de acuerdo con un plan diabólico concebido para vengarse de Otelo. Representa sucesivamente todas las cualidades negativas de una persona frustrada: envidia, odio, infidelidad con los amigos, hipocresía, cinismo, traición, falta de lealtad a las palabras, persona sin escrúpulos, provocador, cobarde, mentiroso, criminal, asesino... Todo lo contrario de Desdémona: el modelo femenino con destino tan injusto. El texto termina con las palabras de Ludovico que reivindica un castigo tormentoso para Yago para tan diabólica injusticia con tantos personajes.

  • Otelo. Es el personaje que da título a la obra, pero es manejado por otros, sobre todo por Yago, quien mueve los destinos de cada uno y cada una. El general del ejército veneciano, un moro al servicio de la república, va pasando por situaciones que lo llevan de mejor a peor, de la felicidad y éxitos iniciales, al trágico destino de la muerte organizada por un alférez diabólico. De la seguridad inicial, honradez, bondad..., tiene que terminar inseguro, preso de los celos, violento, loco sin razones objetivas para ello. Hasta llega a creer que su esposa miente, pues ya agonizando ella misma le disculpa ante Emilia, diciendo que Otelo no la ahogó.

  • Casio. Teniente de Otelo, es la primera víctima que va a utilizar Yago para la estructura de la tragedia: engañado por las artes maquinadas por el alférez, va cayendo en las trampas, hasta que de forma tan inocente provoca las primeras sospechas de celos en Otelo, y se va desencadenando el final inevitable.

  • Rodrigo. El caballero veneciano enamorado de Desdémona, también traicionado por Yago en sus planes de venganza sobre Otelo.

  • Desdémona. Es el símbolo de todas las virtudes: fidelidad, sinceridad, seguridad, servicio a los demás, amor, valentía, honradez..., que se van volviendo en su contra con la red maquiavélica de Yago. El destino paradógico más injusto para una mujer buena. Tal vez, como dice la palabra: griego, dys (mal), daimon (destino maligno): algo así como 'destino desgraciado'.

  • Emilia. La esposa de Yago: otra víctima de la represión y el maltrato por parte de su marido. Al final, se convierte en el símbolo de la protesta por el maltrato a las esposas sumisas y fieles; vengarse de los hombres sería lo más justo, pues lo tienen merecido. Reivindica la igualdad ante la injusticia cometida con Desdémona. Muere también a manos de Yago.

  • Bianca. La amante de Casio, también un eslabón en la cadena de acciones para convencer a Otelo de la falsa infidelidad de su esposa.

    -Otelo.
    "Es el fin de mi jornada, el término,
    el último puerto de mi viaje...
    Apuntad al pecho de Otelo con un junco
    y se repliega. ¿A dónde irá Otelo?...
    ¡Azotadme, demonios,
    que no me posea esta imagen divina!
    ¡Llevadme en huracanes, quemadme en azufre!
    ¡Sumidme en abismos de líquido fuego!
    ¡Ah, Desdémona! ¡Desdémona muerta! ¡Muerta! ¡Ah!

5. El papel de las mujeres en el drama

  1. Desdémona. Es el símbolo de la mujer virtuosa, perfecta, en el aspecto individual y social. Ya en los primeros versos así es vista por Otelo, cuando confiesa al Dux la razón para haber conquistado su amor: ella admiraba a los hombres valientes como Otelo, era sensible, recatada, admirable... A lo largo de sus actuaciones y discursos va apareciendo como mujer humilde, sincera, honrada, fiel a su marido, leal a su palabra..., al tiempo que razonable y libre. Por ejemplo, cuando no acepta las imposiciones del padre y se decide a marchar con su amante elegido, con todas las consecuencias esperables desde entonces. Una mujer valiente y liberada, más que libre. Aún agonizante, sigue disculpando a su marido loco por los celos. Por eso se refuerza trágicamente la paradoja final: los celos pueden conducir a la locura de ver en la mujer más pura la esposa más infiel. Es la gran fuerza dramática del autor.

  2. Emilia. Es el símbolo de la mujer despreciada desde el principio por un esposo frustrado y tirano: le aguanta su actitud despectiva diaria de que las muyeres son cotorras, fieras, demonios, tontas, rameras... Emilia es una víctima del desprecio machista, de la violencia familiar y social, por parte de un marido que la engaña y la fuerza a mediar engañada por él en su trama diabólica para vengarse de Otelo y de sus propios amigos en apariencia. Emilia pronto va apareciendo como honrada y fiel, al defender a Desdémona, aún cuando no sabía que Yago la estaba utilizando para que Otelo la matara. Es inocente de las ideas perversas del marido, hasta que se da cuenta del engaño. Pronto se va percibiendo la trama contra Desdémona, aún cuando ya es demasiado tarde y no puede hacer nada por evitarlo. Emilia simboliza, por ello, la mujer liberada y segura que se enfrenta al tirano, aunque al final la mate. Sus palabras a Desdémona son un canto a la rebelión contra el maltrato femenino. Al final, se enfrenta a Otelo tras ahogarla, cuando descubre la complicidad de su marido, en todo el proceso tramado contra él. Poco antes de morir, exclama ante Yago: "Hablaré más libre que el viento. / ¡Que Dios, hombres y diablos, que todos / sí, todos, digan pestes contra mí! Voy a hablar... / ¿Qué hace un tonto, / como tú con una esposa tan buena?" .

  3. Bianca. Es la amante de Casio, y también sabe que es engañada, despreciada y burlada. Pronto empieza a sospechar de los planes de su amante al servicio de Yago, cuando las pruebas del pañuelo. Poco a poco se siente despreciada, utilizada, humillada, una simple manceba ("puta, ramera" en el mismo lenguaje del texto) al servicio de un egoista que sólo busca la vuelta a su cargo del que fue destituido. Es vista por Yago como una simple mujerzuela que se vende por sustento y favores.

6. El tiempo de la obra

  • El tiempo interno. La obra se desarrolla en unos días: en realidad, sólo los empleados por los personajes para trasladarse desde Venecia hasta la isla de Creta. La guerra que lleva a cabo el general Otelo contra los turcos (los otomanos), dura muy poco a juzgar por las afirmaciones de la esposa que espera en la isla.

  • El tiempo externo. Tal vez se trate de la guerra de Lepanto (sobre 1573), en la que los turcos intentaron tomar Chipre que entonces era una república de Venecia.

5. El espacio de la obra

  • Es siempre fictíceo, inventado: Italia y Chipre (el autor no los recorrió personalmente).

  • Comienza en Venecia (acto I); y luego van a Chipre (actos II, III, IV y V). Al final, Ludovico, tras la muerte de Otelo, dice que se embarca para Venecia de nuevo donde contará el trágico suceso con tristeza.

Versos finales

-Ludovico.
"¡Ah, [Yago], perro espartano! Más cruel
que la angustia, el hambre o el mar.
Ve la carga dolorosa de este lecho.
Obra tuya es. El cuadro hiere a la vista:
tapadlo...
A vos, gobernador,
compete juzgar a este canalla diabólico;
hora, lugar y tormento: imponedlo.
Ahora voy a embarcarme, y en Venecia
contaré tan triste caso con tristeza"

(página en construcción...)

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por Xulio Concepción Suárez

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