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Cánticos de ausencia

Son muy diversas las técnicas para remover las ciénagas interiores y todas ellas legítimas si la turbulencia se produce. Un poeta tevergano, Celso Peyroux, polifacético u audaz, ensaya unos versos de difícil química, con elementos de recuperación cultural nativoamericana, lírica amatoria y simbología política, en la carátula de cuyo cuaderno dice CÁNTICOS DE AUSENCIA.

En alguna ocasión escuché recitar al autor, y éllo me ayuda a comprender sus versos pensados para recibir el soporte de una voz honda, sintiente y vibratoria. Al poeta que cito no le importan los acicalamientos expresivos, porque escribe con vocación de transmitir, de arengar y los fragmentos en los que es fácil imaginar el recio vuelo de las frases, con sonoro aleteo, constituyen lo mejor del cuaderno. (...)
Pedro de Silva (escritor).

Celso Peyroux se anuncia siempre desde la sonrisa o contrapunto de su barba florida. Llega siempre sosteniendo en sus manos temblorosas de amor a su pueblo: Teverga. A su región: Asturias. Nos llega siempre con las palabras justas: para contarnos la pequeña historia, el reportaje humano en el periódico o para organizar el poema ambicioso, denso, nutrido de versos armoniosos, equilibrados y nobles.

Como ahora. CANTICOS DE AUSENCIA es el fervoroso homenaje a la libertad que el poeta quiere encender como una lámpara eterna a las orillas de todos los mares enlazando a España con el Universo, invocando a la Libertad con voz estremecida.

En CANTICOS DE AUSENCIA Celso Peyroux ha fortalecido, en el crisol del hondo convencimiento, el poema perdurable donde la leyenda, el sueño, la metáfora, la historia, el amor y la esperanza articulan la lealtad insobornable hacia lo que quiere y espera de la condición del hombre, del Universo y solamente posible de satisfaces desde la poesía.

Celso Peyroux canta, en este nuevo poemario, la presencia eterna de la realidad inmarchitable que se llama poesía. Sin afeites y artificios, con entereza y pureza ejemplares.

El verso en sus manos es una hermosa ofrenda de amor a la esperanza en la Vida, Belleza, el Hombre; ese Hombre que no abdicará nunca del consuelo gratificador, sutuoso, prodigioso, del verso sin fronteras. Es, en suma, uno de nuestros grandes poetas asturianos para la Poesía.

Manuel F. Avello
Cronista Oficial de Oviedo